3.1. EL ESCORIAL COMO NUEVO TEMPLO DE SALOMÓN EN LA LITERATURA DE LA ÉPOCA (s. XVI)
La Ciudad de Dios Mayo-ago 2000

(Extraído, corregido y ampliado de mi artículo «El Escorial como nuevo Templo de Salomón en la literatura de los siglos XVI y XVII», en La Ciudad de Dios, vol. CCXIII, núm. 2 (mayo-agosto 2000), Real Monasterio de El Escorial, p. 449-476)

Los tiempos anteriores a la construcción del Monasterio ya nos cuentan alusiones a Felipe como nuevo Salomón, el hijo de otro gran rey guerrero, como continuación de los viejos paralelismos de Carlos V con el rey David. El origen de estas primeras alusiones se corresponde con la larga estancia del rey en los Países Bajos, hasta su definitiva vuelta del rey a la Península Ibérica. Veremos como la adulación del aún príncipe Felipe por sus súbditos neerlandeses fue una constante desde 1549, es decir, 14 años antes de la colocación de la primera piedra en El Escorial. Felipe II era comparado en prudencia y sabiduría con el rey hebreo, con el que compartía el título de rey de Jerusalén. Incluso aparecía en vidrieras y cuadros de tema salomónico. Los rigores de Trento con las fuentes judías harían desaparecer tal motivo hasta que el exégeta y biblista Arias Montano, primer bibliotecario escurialense, inspiró la colocación de los seis reyes de Judá en la entrada de la Basílica. Desde entonces, el salomónico volvió a ser uno de los principales motivos para lisonjear al rey y su obra.

Los tiempos anteriores a la construcción del Monasterio ya nos cuentan alusiones a Felipe como nuevo Salomón, el hijo de otro gran rey guerrero, como continuación de los viejos paralelismos de Carlos V con el rey David. Podríamos incluso remontarnos al abuelo de Felipe, Manuel I de Portugal. Pero no sólo los cronistas y el mundo de los escritores allegados a la corte escribirán sobre el salomonismo escurialense. También los escritores de nuestro Siglo de Oro harán alguna alusión a lo que debía estar en el ambiente de la época. Nada más entrar en el edificio más espectacular de la España de entonces, se encontrarían con la estatua del rey Salomón en la entrada de la iglesia, recordándoles como el diseño del Templo era de origen divino y que estaba consagrado a Dios.


1552
El cortesano Juan CALVETE DE ESTRELLA relata cómo en los Países Bajos, en la época en que Felipe II viajó a los Países Bajos (1548-1559), surgen los primeros atisbos del salomonismo oficial que desembocará en el monasterio de El Escorial. Aunque ya lo hemos tratado en un capítulo anterior, no está de más recordar que la primera alusión directa a Felipe II como un nuevo Salomón tal vez se diera el 1 de marzo de 1549 en la entrada a Bruselas de Carlos V y el príncipe Felipe, 14 años antes de la colocación de la primera piedra en El Escorial: "Vos soys el prudente Salomon, que por mandado de vuestro justo Padre gouernareiys los reynos, que os pertenecen, con grandissimo contentamiento de los pueblos".

En ese mismo viaje se repetiría tal alusión una y otra vez. Famosos personajes como el famoso cardenal inglés Reginald Poole y el profesor de Lovaina Felipe de la Torre animaban también al rey a reconstruir el Templo de Dios, es decir a reunificar la Iglesia. Ideas parecidas habían sido apuntadas por Erasmo en su libro sobre la Institutio Principis christiani (Educación del príncipe cristiano) que dedicó al entonces príncipe Carlos. Era el gérmen de El Escorial. No vamos a insistir más en el ambiente de fuerte salomonismo que el príncipe Felipe vivió en los Países Bajos justo antes de la ideación de El Escorial, pero sí debemos señalar que en España no calaría hasta los 70, cuando Arias Montano importa estas ideas desde Amberes con la publicación de su Biblia Sacra.

Calvete de Estrella (portada)

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El felicissimo viaje del muy alto y muy Poderoso Príncipe don Phelipe, hijo d'el Emperador Don Carlos Quinto Maximo, desde España a sus tierras de la baxa Alemaña: con la descripcion de todos los Estados de Brabante y Flandes. Escrito en quatro libros, por Iuan Christobal Caluete de Estrella [...] en Anuers, en casa de Martin Nucio. Año de M.D.LII.

1556 El Cardenal Primado de Toledo, Juan Martínez SILICEO, el primer maestro de Felipe II a sus seis años, le escribía el 22 de septiembre de 1556 a Flandes para aconsejarle qué política económica seguir tras los últimos descubrimientos de minas de plata en Guadalcanal (Sevilla) y en América. José Luis Gonzalo cree que «la carta del prelado da a entender que su antiguo pupilo le había confesado su deseo de ser un nuevo Salomón»:

«Sacra Católica Magestad. Como antiguo criado y servidor de V. M., le quiero dar un parecer [...] quiera recoger todo este tesoro en este alcazar de Toledo, y hacer como por lo menos cuarenta ó cincuenta millones se pongan en él con muy buena guarda, lo cual podrá hacer V. M. en tiempo de dos ó tres años, á mas tardar, porque si supiese bien el valor de los tesoros descubiertos en esta su España, tiénese por cierto que á poner mucha diligencia y aua con mediana para los sacar, en un año se cogerian mas de veinte millones, porque.hay muchas minas que se tienen por tan ricas como es la de Guadalcanal, en la cual quieren decir que hay dia que se sacan della cien mil ducados de plata; y haciendo esto que tengo dicho, los Reyes y grandes Príncipes comarcanos, sabida esta potencia de dinero que Dios ha dado á V. M., amainarían y quebrárseles hian las alas, y no osarían atreverse á lo que al presente se atreven, mas antes enviarían embajadores á V. M. sabiendo esto, suplicándole quiera ser amigo dellos: Y tenga por cierto que si el Rey Salómon [sic] que reinó cuarenta años, se llamó Rey pacífico y en todo el tiempo de su reinado no se atrevió Rey comarcano ni otra potencia á le mover guerra, fue porque tuvo tan gran tesoro, que es la verdadera potencia humana, que todos los comarcanos reyes juntos, no tenian la cuarta parte de tesoros de los que el dicho Rey Salomon poseía. Asi que haciendo V. M. lo arriba dicho, todo el mundo le obedecerá y ningun Rey se atreverá á querer competir con V. M., y si la Magestad del Emperador nuestro señor padre de V. M. dejó muchas deudas, paréceme que debría V. M. represar y detener á las personas á quien se deben, dándoles esperanza que serán pagados, y seguridad; y esto sin que corran cambios. [...] Muchas otras cosas tengo, represadas para comunicar con V. M. muy necesarias, y que aumentarán su potencia en tanta manera, que á lo que puedo alcanzar, será otro Salomon Rey pacífico por todos los tiempos que Dios le diere vida, si me creyere y pusiere por la obra lo que viere ser justo de lo que yo le hobiere comunicado. Nuestro señor la sacra católica persona de V. M. haga bienaventurada. Amen. De Toledo veinte y dos de setiembre de mil quinientos cincuenta y seis. Beso los reales pies y manos de V. M., su maestro y menor capellan -- Joannes Cardinalis.

Minas de Guadalcanal 1 Minas de Guadalcanal 1 Minas de Guadalcanal 1

No en vano se confió en las riquezas que traerían de esa minas que, cuando Álvaro de Mendaña descubrió las Islas Salomón en 1568 en una expedición dirigida a descubrir la legendaria Terra Australis Incognita le dio a la mayor de las islas precisamente el nombre de Guadalcanal. La Biblia señalaba que cuando Salomón terminó el Templo hizo una gran flota que envió a la Isla de Ofir de donde le trajeron 420 talentos de oro para financiar la decoración del edificio (I Re 9:28). La leyenda de la época decía que al ser tan grande esa cantidad, Salomón debió mandar al último confín del mundo a buscarla, es decir, al meridiano de 180º (la Isla de Hierro era entonces el de 0º, el extremo del Mundo para los Antiguos). Luego el que encontrara ese meridiano encontraría la isla y sus riquezas. Como Salomón había ordenado cortar el niño en dos, también partía la tierra en dos.

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- Secretaría de Estado. Correspondencia de Castilla, nº 113; recogido en Tomás González, Noticia histórica documentada de las célebres minas de Guadalcanal desde su descubrimiento en 1555, vol. I, p. 280-282, Madrid, Miguel de Burgos, 1831.
- J. L. Gonzalo, Orígenes de la imagen salomónica, p. 741.

1575 Debo a José Luis Gonzalo (como no) el hallazgo de una carta de Fray Julián de TRICIO, cuarto prior del Monasterio entre mayo de 1575 y 1582, al rey Felipe II que se conserva en la Biblioteca del Instituto Zabálburu en Madrid, en la que el jerónimo expone al rey que Nicolás de la Torre, el calígrafo griego, había llegado al Monasterio y consulta cómo realizará su labor como copista en la biblioteca. En la despedida de la carta no se alude a la sabiduría o prudencia de Salomón sino a su superioridad sobre sus predecesores y continuadores en el reinado de Israel. Significativo del relajo del antibiblismo que siguió a la finalización del Concilio de Trento, cuyo máximo exponente fue la Biblia de Arias Montano de 1572, se trata de la primera alusión a Felipe II como un nuevo Salomón que hemos encontrado desde que en la década de los 50 fuera un lugar común en las adulaciones al rey que se realizaron en los Países Bajos, y desde luego muy anterior a la estatuas del Patio de Reyes.

Madrid.
El P. Julián de Tricio al Rey. 11 noviembre 1575
S. C. R. Majestad

Nicolás de la Torre escritor griego de V. Majestad está aquí y ha acabado de copiar los libros del convento de Uclés que para esto se le encomendaron, yo he dicho al secretario Gracián que era necesario que él o quienes V. Majestad mandare tuviese cuenta con este hombre, así para que le corrija lo que escribiere, que según tengo entendido hasta ahora no lo ha hecho de libro alguno, que ha escrito, como para ver qué libros ha de copiar, y en qué ha de entender y cómo se ha de tasar lo que escribiere, porque no habiendo quien tenga cargo de ésto será sin fruto lo que trabajare, pues ningún libro trasladado vale más de cuanto esté corregido, y porque es necesario tener claridad de este negocio y saber lo que se ha de hacer en él, V. Majestad lo mande proveer como más fuere servido.

Con ésta envio a su Majestad dos capítulos de una carta suya que me envió acerca de esto, digo al secretario Gracián que me ha parecido muy bien que aunque nunca se sacasen, tener noticia de todos estos libros, quiénes son, qué materias y en qué librerías están, sería gran curiosidad, cuánto más tenerlos.

El padre Julián de TricioDios dé a V. Majestad tan largos años y tan prósperos de vida, que pueda verlos y gozarlos muchos años para que como otro Salomón venza y exceda a todos los reyes que han precedido y sucederán a V. Majestad.

V. Majestad mande a Gracián que con brevedad dé aviso de lo que ha de hacer; en el ínterim irá haciendo algunos índices de libros particulares.

Besa las manos de V. Majestad su servidor. De San Lorenzo a 11 de noviembre, 1575.


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Miguel Modino de Lucas: Los Priores de la construcción del Monasterio de EL Escorial (vol. II), p. 228, Documentos para la historia escurialense (IX), Ed. Patrimonio Nacional, Madrid, 1985. [Rª BZ. s.d.].

1576 ca. En la biblioteca del monasterio se conserva una copia de un manuscrito del secretario real Antonio GRACIÁN, que murió el 6 de abril 1576, y que debió realizar los primeros meses de ese año. De complicado y espeso estilo, trata de nuestro asunto salomónico en dos momentos. El primero es especialmente interesante, ya que lo imbrica en una hagiografía del mártir San Lorenzo. Especialmente interesante es su comparación entre los siete sacerdotes Levitas que se ocupaban del cuidado del Arca de la Alianza y posteriormente del Templo de Jerusalén y los siete diáconos de Roma que se ocupaban de guardar los tesoros de la iglesia, tanto los materiales como los personales (ses. 23 Conc. Trento). Recordemos que, según la tradición, San Lorenzo fue martirizado por no entregar a los romanos las riquezas de la Iglesia, ya que se presentó acompañado por pobres a los que presentó como los verdaderos tesoros de la Iglesia. Esta historia se relata en un fresco de Rómulo Cincinatto en el coro de la basílica escurialense.

San Lorenzo en El Escorial
San Lorenzo en El Escorial: 1) Pellegrino de Pellegrini «il Tibaldi» (1527-1596): «El martirio de San Lorenzo», cuadro central del segundo cuerpo del Retablo Mayor (lienzo, 419 x 315 cm). 2) Rómulo Cincinatto (1542-ca.1600): «San Lorenzo presenta al Tirano de Roma, que le obligó a entregar los tesoros de la Iglesia, una multitud de pobres», fresco del Coro, pared Sur. 3) Breviario de Felipe II (Fr. Julián de la Fuente el Saz y Fr. Andrés de León): «San Lorenzo con la parrilla», códice en pergamino (s. XVI) iluminado por monjes jerónimos (fol. 82v).

La relación entre los diáconos y los sacerdotes del templo de Salomón se subrayaba con la idea de que el hombre es el verdadero templo de Dios, como dijo Jesucristo cuando avisó de que destruiría el Templo en tres días, y a que ambos estaban hechos con la misma traza por Dios, una idea antropomorfista de los templos luego secundada por Villalpando y cuyas raices pueden encontrarse en el Renacimiento italiano: "[...] En este tiempo, como la iglesia crescia, y hauia muchas viudas y mugeres necessitadas, en cuyo seruicio ocupados los Apostoles y mayorales dela iglesia hazian falta en la doctrina espiritual, que era lo mas importante, como el hombre es el verdadero templo de Dios vino hecho à imagen y semejança y por la misma traça del glorios templo que Dios dixo que le desharia y tornaria a hazer dentro de[l] tercer dia, que era su sancto cuerpo, acordaron à imitacion de los Leuitas que seruian en el templo material de Salomon (mientras fue de quenta) elegir siete varones que llamaron Leuitas, no por respecto del linage sino del officio, para que sirviessen a las viudas y personas necessitadas. Y por esta misma razon los llamaron Diaconos, que quiere dezir seruidores, porque su officio era seruir en las obras pias corporales, porque los Apostoles quedassen desocupados para lo espiritual y mas importante." (f. 12v). En otro sitio señalaba que las reliquias de San Lorenzo "que hoy se muestran en su sancta casa de St. Lorenzo el Real muestran en la carne asada las puncturas de los garfios conque desde aparte (porque desde cerca no podían) le rodeauan en las brasas" (p. 18).

Por otra parte, como señaló Sáenz de Miera, no falta una alusión a un asunto que será muy controvertido la década siguiente: las finanzas escurialenses, en un momento en que las bancarrotas comprometían el reinado filipino. Como harán Sigüenza y Villalpando, Gracián utiliza los textos bíblicos sobre las riquezas del Templo de Salomón para señalar que estas eran en honor a Dios, que vivía realmente en el Templo, y no del propio rey: "[...] y todo aquello que por su excellencia es vario y peregrino, aqui es tan ordinario (como dize la sagrada escrptura) qu een tiempo de Salomon no era en su casa el cedro mas estimado, que si fuera sycomoro vil arbol y de poca quenta. No hai parte destas, que no se auantaje en ella a qualquiera de las que en sola aquella se auentajaua a todas [...] lo uno y lo otro junto aun esa menor de lo que realmente hai alli, y se les representa a todos los que lo veen, que dizen lo que la Reina Sabba dixo de la gloria de Salomon quando la vio, que sin duda era mucho mayor de lo que della se decia, puesto que la fama era grande." (f. 31v-32).


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Antonio Gracián Dantisco, Declaración de las armas de St. Lorenço el Real, manuscrito aprox. 1576 [Rª RBME: mss. &-II-1]. Debo el conocimiento de este manuscrito a Jesús Sáenz de Miera, De obra «insigne» y «heroica» a «Octava Maravilla del Mundo»: la fama del El Escorial en el siglo XVI, p. 345, Sociedad Estatal para la conmemoración de los Centenarios de Felipe II y Carlos V, Madrid, 2001.

1577 El monje cisterciense y célebre orador Fray Luis de ESTRADA (Ávila ca. 1518 - Burgo de Osma 1588), que fue consultor de Felipe II, llegó a ser rector del famoso Colegio de Alcalá en 1560, donde colaboró con Arias Montano en las primeras consultas de la Biblia Regia en Madrid y Alcalá, antes de que éste último fuera enviado a los Países Bajos. Una temprana muestra de la asociación que Arias Montano tenía entre el Templo de Salomón y El Escorial es una carta de Estrada al biblista de aproximadamente 1577 en la que le informa sobre su deseo de que Montano proponga a Felipe II la idea de realizar una maqueta a escala del Templo para guardar en El Escorial siguiendo el modelo de la Biblia patrocinada por Felipe II: "Y antes que de aquí pase, querría comunicar con Vm. una tentacion que he tenido grande; y es que Vm. suplicase a su Magestad que entre otras grandezas que manda hacer en San Lorenzo, hiciese en un aposento un modelo de la fabrica del Tabernáculo del Viejo Testamento, y otro del Templo de Salomón con el Pontifical del Sumo Sacerdote, porque no basta estanpa para dár á entender estas arquitecturas, toldos y tapicerias; y si Vm. ordenase unos modelos conforme á lo estanpado en la Biblia de su Magestad, seria la cosa más de vér que se hubiese hecho en el mundo desde Salomón acá; y cierto, que si yo lo hubiera de ordenar, que á lo menos el Tabernaculo, yo lo hiciera de tal modo que se pudiera cada año armar para monumento en la Capilla mayor de la Iglesia grande de San Lorenzo".

Esta idea de construir en el Presbiterio de la iglesia el Tabernáculo de Moisés -acorde con el biblisno que Estrada y Montano representaban y que al menos quedará en el nombre con el que pasó a la historia el retablo o tabernáculo escurialense- es significativamente apuntada con cautela, dado lo que estas posturas de biblismo arcaizante eran tenidas por pro-judías: "Vm. lo vea, si acaso no teme que dirá su competidor que judaizamos". Ello nos recuerda al caso de las desaparecidas inscripciones que Arias Montano redactó para los Reyes de Judá, caso que prueban -como apuntó Bustamante- las tensiones que debieron existir por evitar convertir El Escorial en un nuevo Templo Salomón.


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"Carta y Discurso del Maestro Fr. Luis de Estrada sobre la aprobación de la Biblia Regia y sus versiones; y juiçio de la que hizo del Nuevo Testamento Benito Arias Montano", en Joseph Rodríguez de Castro, Biblioteca Española, t. I, Imprenta Real de Gazeta, Madrid, 1781; recogida en "Carta apologética del Sabio cisterciense Fr. Luis de Estrada por el mérito y arreglo de la célebre Biblia Regia de Arias Montano y sus versiones", en Luis Esteban, ocso (ed.), IV Centenario de Fray Luis de Estrada, Monasterio de Santa María de la Huerta, Soria, 1983, p. 656. Cfr. Guy Lazure, "Percepcion of the Temple, Projections of the Divine, Royal Patronage...", en Calamvs renascens. Revista de humanismo y tradición clásica, p. 167, no. 1, Instituto de Estudios humanísticos, Alcañiz, Cádiz, 2000.

1580 En la universidad de Alcalá de Henares se compusieron estas Coplas dichas en loor deste monesterio de San Lorenzo el Real: "Segundo, el sin Segundo, es quien la habita [esta obra],/ rigiendo desde allí su monarquía/ Filippe, de metales suma infinita/ ofreciendo a su templo cada dia:/ vasos, joyas, riquezas, nunca escripta/ del oriental tesoro pedrería/ cruces y atavíos sacerdotales/ que al suyo Salomon no las dió tates."

El padre Julián de Tricio

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Fray Juan de San Jerónimo, Memorias; manuscrito de 1592 editado originalmente en Colección de Documentos Inéditos para la Historia de España, vol. 7, p. 273, Madrid, 1845. Ed. facs. Patrimonio Nacional, 1984.

1581 El monje de la orden de premonstresa Fray Diego de VERGARA dedica a la ylustrissima señora Doña Anna Enriquez de Cabrera, marquesa de Aguilafuente, un tratado manuscrito sobre el templo de Jerusalén que se conserva en la Biblioteca del Monasterio de El Escorial. Debo este feliz hallazgo al historiador José Luis Gonzalo, que lo encontró entre los Manuscritos Castellanos catalogados por el padre Zarco. La descripción de las dependencias y medidas en el tratado es exahustiva, como lo es la cita de autoridades del manuscrito: San Gregorio, San Agustín, Santo Tomás, San Isidoro, San Jerónimo, San Ambrosio, Josefo, Tito Livio, Aristóteles, etc. Sorprende la ausencia de Arias Montano, que había editado en su Biblia Sacra un extenso comentario sobre el Templo de Salomón en 1572. El manuscrito se escribe con motivo de las reparaciones que los marqueses de Aguilafuente hacían en el monasterio de San Pelayo: «Como el ilustrisimo marques y V.S. esten agora ocupados en el edificio y reparo del templo de su monasterio de S. Pelayo paresçeme que no sea fuera de propósito pintar a V.S. la grandeza y la manifescencia de aquel templo que el rrey Salomón edificó [...]».

La fecha de la dedicatoria es de XII de septiembre MDCXXXI, mientras que las estatuas del los Reyes de Judá se colocaron el 12 de marzo de 1585, si bien la mayoría de los autores sitúan su ideación a principios de la década. Por ello la influencia no puede ser directa de las estatuas, y muy dudosamente de su encargo. Ello nos hace pensar en que el salomonismo latente que ya circulaba en esa época no debería provenir únicamente de los Reyes de Judá de la fachada de la Basílica. La alusión a Felipe II es demasiado ajena como para considerarlo cercano al círculo escurialense, aunque sí sintomática del ambiente de salomonismo que se respira en España tras la publicación de la Biblia Sacra: «Ha abido infinitos rreyes principes señores [...] y en nuestros tiempos vemos la largueza y magestad conque el rrey no. señor edifica cassa y templo en honrra del bien aventurado martir español San Lorenzo» [p. 2v y 3].

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Tratado de grandeza y magnificencia del Templo de Salomón, por Fray Diego de Vergara, premonstratense, dirigido a la Illma. señora Doña Ana Enriquez de Cabrera, marquesa de Aguilafuente, 88 h. 294x210 enc. pergamino [Rª BME: J.II.13].

1582 El editor Juan GRACIÁN dedica a Felipe II una edición española de Vitruvio, de Juan de Orea con las siguientes palabras: "A quié se pudo dar libro de architectura sino a otro Salomon, y principe de los architectos, a quien ellos deven lo q. saban agora". La fecha de la dedicatoria es del 20 de Março de 1582, por lo que es también anterior a los Reyes de la fachada de la basílica escurialense.
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M. Vitruvio Pollion de arqchitectvra, dividido en diez libros, traduzidos de latin en Castellano por Miguel de Vrrea Architecto, y sacado en su perfectió por Iuan Gracian, impresor vezino de Alcalá, p. A 3, Alcalá, M.D.LXXXII.

1587 El matemático y escritor malagueño Diego PÉREZ DE MESA, profesor de matemáticas en Alcalá de Henares, amplió y corrigió el Libro de grandezas y cosas memorables de España del astrónomo y cosmógrafo sevillano Pedro de Medina (1493-1567), en el que incluye otro de los primeros paralelismos entre los dos edificios: "[...] las grandes marauillas deste edificio y templo que parece imitacion, de aquel que fundo el sabio Rey Salomon en la santa ciudad de Hierusalem, y con razon podemos contarle a este por el otauo milagro del mundo". Fue posteriormente editado por la imprenta del ya fallecido Juan Gracián en 1590.
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Primera y segunda parte de las grandezas de España. Compuesta por el Maestro Pedro de Medina, vecino de Sevilla y nuevamente corregida y muy ampliada por Diego Pérez de Messa, catedratico de Matematicas en la Universidad de Alcala. Dirigida al muy catholico y muy poderoso ley don Philippe segundo desde nombre nuestro Señor. Impresso en Alcala de Henares en casa de Juan Gracian que sea en gloria. Año 1590. Acosta de Luys Mendez, mercader de libros. La edición original de Medina es de Sevilla, Domenico Robertis, 1548, pero no incluye nada sobre El Escorial. Hay una segunda edición de Pérez de Mesa de 1595, acosta de J. de Torres, también en Alcalá. Se dedica a El Escorial el último párrafo del cap. LXXXIX, de la 1ª parte (fol. 98v) y el cap. CXXIV, de la 2ª parte (fol. 263v-266v).

1589 Como muestra de todo ello, podemos recordar el famoso soneto «De San Lorenzo el Real del Escorial» de Luis de GÓNGORA Y ARGOTE (1561-1627) que puede fecharse entre 1589 y 1590 y que expresa muy bien el sentimiento que debió tenerse en Castilla tras ver acabada al fin la obra:
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Luis de Góngora, Sonetos Completos, ed. de Biruté Ciplijauskaité, Clásicos Castalia, Editorial Castalia, Madrid.

El padre Julián de Tricio 1591 Posiblemente la primera crónica que se realizó del monasterio, la del monje jerónimo Fray Juan de la CRUZ,está aún sin publicar. El padre Sigüenza, que toma párrafos enteros como más adelante los tomarán de él, la usó para su Historia de la Orden, lo que seguramente explica porqué no se publicó, pese a tener todas los permisos necesarios. Aunque sólo dedicó un capítulo de seis páginas a la fundación de El Escorial, ya introduce tres referencias de la comparación con el rey Salomón: Felipe sucedió al emperador Carlos como Salomón a David, El Escorial es un nuevo Templo de Jerusalén y el rey es un nuevo Salomón: "Por lo mucho quexcedio en la deuocion el catholico Rey Philippo Segundo a aquel emperado [Carlos V], ha querido el bienauenturado sancto [Lorenzo] manifestar al mundo [...] quan acepto tenia Dios este serucio de la fundacion de tan sumptuso templo. En la vieja ley agradecio Dios por el propheta Nathan, el buen intento de su leal Rey Dauid de quererle edificar templo en Hierusalem, más no lo quiso aceptar por obra de su mano, por averse ocupado mucho en las guerras y derramando sangre humana, y con todo eso le prometio que le recibiria de manos de su hijo y sucesor Salomon, a quien adornaria para ello con paz y sabiduria singular, y le añadio riquezas sobre todos los Reyes de Israel [...] El que quisiere creer y saber con mas certidumbre lo que es, vealo que hallara edificado otro templo de Salomon [...] que con todo ello pareciese hariense allegado, puesto, y edificado en tan pocos dias, y tan sin ruido de martillos, y sin sentir, que no parece obra hecha por solas manos humanas [... añadido al margen, más abajo] en este sancto templo, que con tanta aficcion y deuocion, mostrara y empleara en el sus riquezas, el Catholico rey don Philipo, ofreciendolo como otro Salomon".
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Historia de la Orden de S. Hieronymo Doctor de la yglesia y de su restauracion y fundacion en los Reynos de España, por fray Joan de la Cruz frayle de la dicha orden professo de S. Bartholome el Real de Lupiana, 1591. Libro quarto de la Hystoria de la orden de nro. Padre Sanct. Hieronymo (f. 393v), manuscrito inédito de 1591 conservado en la biblioteca del Monasterio de El Escorial, códice &-II-19.

1593 Otra de las más tempranas referencias salomónicas -dado que Felipe II murió en 1598- fue la del jesuato (que no jesuita) Paolo MORIGI MILANESI (Milán 1525-1604) que dedicó una Historia de la Casa de Austria a la emperatriz María, infanta de España y hermana de Felipe II: "[...] el cual podríamos dignamente llamar la octava maravilla del mundo; [...] podríamos decir que es el más admirable que se ha construido para cualquier rey antiguo o moderno o emperador. Y así lo podamos comparar en cada una de sus nobles partes a aquel gran templo (tan nombrado en las Sagradas Escrituras) que hizo construir el gran Rey Salomón en Jerusalén".
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Historia brieve del'agustissima Casa D'Austria Nella quale si racconta someriamente [...] con la deseritione della rara al mondo fabrica dello Scuriale di Spagna, p. 53, Bergamo, 1593. El texto origina reza: "il quale lo possiamo degnamente chiamar l'ottaua marauilla del mondo; per cioche, e di belleza, e d'ornamenti, e diricchezze, possiamo dire, che sia de piu mirabili che siano stati fabricati da gli antichi, ò moderni Rè, ò Imperatori: & anco lo possiano pareggiare in ogni sua nobil parte a quel gran Templo (tanto nominato nelle Sacre Lettere) che fece fabricare il gran Rè Salomone in Gierusalemme".

1594 El arquitecto que sucedió a Herrera, Francisco de MORA (1553-1610), tío de Juan Gómez de Mora y de Baltasar Porreño, también participó de esta comparación. La maqueta que trajo el jesuíta Villalpando, y que el rey guardaba en el salón de arquitectura del Alcázar de Madrid, sirvió para que Mora comparara el Templo de Salomón con el Monasterio de El Escorial. El arquitecto, como se lee en un manuscrito de Villalpando, comentó al rey que el Templo Hierosolimitano era 32 veces mayor que El Escorial, lo cual, calculadora en mano, es una evidente exageración que bien pudo formar parte de los intentos por parte de Felipe II de alejar las comparaciones de su fundación con el prototipo hierosolimitano: "El modelo y caxa en quel vine sera de siete palmos largas, arriba seis, y uno de altura, bien dorada y barnizada [...] con un titulo al derredor que dice Phillippo secundo Hispaniars et Hierusalem Regi Catolico [...] mando su mag. que se lleuase la caxa del modelo a Palacio cerrada y liada sin abrirse y ponerla en la torre que cae sobre el porq. encima de su galeria a donde duerme [...] Deciale de quando en quando Mora tracista del Rey q. era mayor edifficio q. el de el escorial. La grandeza del templo dicen q. era mayor 32 veces queel escorial".
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Antonio Martínez Ripoll lo atribuye, erróneamente, al mismo Mora. En realidad pertenece a un volumen encuadernado en Valladolid el 12 de septiembre de 1690 con el título «Cosas memorables que la Magestad del Rey Don Phelipe segundo nuestro señor tenia entre sus papeles». El capítulo titulado "R[elaci]on. sumaria del Modelo de la antigua Hierusalem q. ymbro a su Magd. de Roma el Pe. Joan Baptista Villalpando y la presento y mostro el Pe. Gaspar de Pedrosa en Madrid con el primer Tomo sobre Ezechiel y con la estampa y aparato de el Templo de Salomon" van firmadas al final por el padre Villalpando, fechado en Roma el año 1597. Su contenido lo señala claramente como el famoso texto explicatorio de la maqueta de Jerusalén que el jesuíta presentó al rey, según su propia confesión, en 1594. No estuvo muy fino Mora, ya que según el padre Sigüenza El Escorial mide 735x580 pies castellanos, y por tanto ocupa un área de 426.300 pies cuadrados. Como el Templo de Villalpando mide 500x500 codos de 45½ dedos castellanos, ésto equivaldría a que Ezequiel vio un edificio de 1.421'875 pies de lado, y su superficie sería de 2.021.728'516 p². De esta manera, la relación real es de 2.021.728'516/426.300 = 4'74 veces. También podríamos considerar el área total del monte, cuya superficie es de 125 cañas cuadradas (de 6¼ codos), por lo que su lado valdría 2.221'68 pies y la relación alcanzaría las 11'58 veces.

1595 Extrañamente, ya que era alumno de Herrera y su obra fue financiada personalmente por Felipe II, Juan Bautista VILLALPANDO (Córdoba, 1552-1608) es parco al relacionar Monasterio y Templo, pero no así al establecer paralelismos entre sus fundadores. En el prólogo del tomo I, Villalpando saluda al rey Felipe, al que compara con sus antecedentes bíblicos: "Al ser Tú una imagen de la piedad de David y de la sabiduría y grandeza de Salomón, eres ya también un claro reflejo de la apasionada y santa emulación de Ezequiel al levantar las muy admirables y regias mansiones y Templos de San Lorenzo en El Escorial; cuanto Ezequiel había encubierto en una oscuridad, pués así lo exigían aquellos tiempos, Tú has procurado dejarlo al descubierto, como rompiendo los velos de las tinieblas [...] de igual modo has puesto tu empeño en exponerlo abiertamente a los hombres piadosos y deseosos de la verdad, con el fin de que Jesucristo reciba un mayor honor, aquí en la tierra; con ello, la verdad perfectamente identificada brillará como si fuera en un molde impreso" (Prado, p. 108). En los otros dos tomos, apenas se incluye alguna alusión velada a como en la construcción del Monasterio se usaron métodos similares en el corte de la piedra y en la elección de las piedras preciosas. Señala también Villalpando que el rey, que mostró ser un gran experto en Arquitectura, conocía perfectamente las descripciones del Templo: "Su real Magestad comprendió al momento muchos de los aspectos sobre cada una de las partes de estos grabados; e incluso, con afabilidad, advirtió que faltaban algunos datos" (II.XX.93b) y "Me di cuenta de que el Rey superó incluso a los más sabios arquitectos, como me confirmó personalmente el mismo Juan de Herrera" (II.XX.94a). Muerto ya Felipe II, se alaba lárgamente a Felipe III como nuevo Salomón en el prólogo del Tomo III, pero por haber logrado la paz con Inglaterra y por su gran sabiduría. Extrañamente, no hace ninguna alusión a la comparación entre los Templos.

Templo de Villalpando

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Tomi I, prol. p. 108. Hieronymi Pradi et Ioannis Baptistae Villalpandi e Societate Iesv In Ezechielem Explanationes et Apparatus Vrbis, ac Templi Hierosolymitani. Commentariis et imaginibvs illvstratvs opvs tribvs tomis distinctvm, 1595. Tomi II. De postrema Ezechielis Prphetae visione Ioannis Baptistae Villalpandi Cordvbensis e Societate Iesv. Tomi secvndi explanationvm pars secvnda , 1605. Tomi III. Apparatvs vrbis ac templi hierosolymitani. Pars I et II Ioannis Baptistae Villalpandi Cordvbensis e Societate Iesv. Collato Stvdio cvm H. Prado ex Eadem Societate. Ed. trad. El Templo de Salomón según Juan Bautista Villalpando. Comentarios a la profecía de Ezequiel. Trad. de José Luis Oliver Domingo del tomo II. Ed. Juan Antonio Ramírez. Siruela, 1991.

1598 El predicador Fray Alonso de CABRERA dio tras la muerte del rey un sermón fúnebre en el que abundan las comparaciones con el rey bíblico. La imagen del monarca cumple con el requisito de estar basada en la religión cristiana, usando el típico método alegórico del barroco para cristianizar la Antigüedad: ese "retrato digno" no es otro que el de "Salomón, aquel celebratissimo rey, con quien lo comparo, y aun con un Plvs Ultra, diciendo Ecce Plus quan Salomon hic. Mira a este mas que a Salomon". Las vidas de los dos Austrias corren paralelas a los reyes de Judá: A David sucedio Salomon, y a Carlos, Felipe II Salomon [...] fuele parecido. Lo primero en sabiduria [...] lo segundo en justicia [...] Por último, señalaba que Felipe II "fue excelente Salomón, que lo escogio Dios, para que le edificasse casa, aquel templo de San Lorenzo el Real."
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Sermón que predico el maestro Fray Alonso de Cabrera predicador de su magestad, a las honras de nuestro señor el serenissimo y Catolico Rey Filipo Segundo [...] que hizo en la villa de Madrid en Santo Domingo el Real [...], 1598, Madrid.

1599 Al año siguiente de la muerte de Felipe II, el profesor y predicador jesuita Juan de MARIANA (Talavera, 1535 - Toledo, 1624) publicó su famosa «De rege et regis institutione», que había preparado por encargo de García de Loaysa, preceptor de Felipe III, cuando éste era príncipe. En 1573 había sido nombrado censor del Biblia Regia de Arias Montano en Amberes, con una gran objetividad elogiada por Américo Castro.

«De rege», su obra más conocida, fue uno de los libros más discutido de la época, llegando a considerarse obra de escándalo, por lo que llegó a conocer la cárcel. En ella, elogiaba a diversos tiranicidas, lo que según la profesora Rosa Collado le granjeó numerosas simpatías en los rebeldes Países Bajos. El padre Mariana se complacía en subrayar la sumisión del rey a las leyes del reino. En su capítulo sobre las obras públicas que debería acometer un rey para que "los que están bajo su autoridad vivan con la mayor felicidad posible", compara la actividad constructora de los dos famosos reyes enmarcado en una de las primeras descripciones del Monasterio: "Entre los judíos siguió estos preceptos Salomón, que invirtió todos los tesoros del imperio en edificar un templo muy suntuoso [...] Entre nosotros se ha hecho acreedor a la mayor alabanza nuestro gran rey Felipe II, que, dejando aparte los demás edificios, fortalezas, villas y sitios reales de soberbia estructuran que ha dejado en todo el reino ha levantado el magnífico templo consagrado al glorioso mártir San Lorenzo, que lleva este nombre". De reges. Portada

Sin embargo, más adelante -típico en este final de siglo- hace una sospechosa descripción de los reyes de Judá (que como consta en sus inscripciones y comentará al año siguiente Sigüenza, son los que se relacionan con el templo de Jerusalén), señalando que son las "figuras de los reyes hebreos que más sobresalieron por su piedad y por sus hechos". Bustamante señalaba que era muy sospechoso que las inscripciones que redactó Arias Montano se extraviaran en vida del rey (como contaba Sigüenza), seguramente debido a que los opositores a un "Escorial Templo de Jerusalén", aunque debieran aceptar las estatuas de los Reyes judíos, frenarían las inscripciones, acaso por excesivamente claras.

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Ionnis Marianae Hispani, e Soc. Iesu, De rege et regis institutione libri III, ad Philippum III Hispaniae Regem Catholicum, anno 1599. Toleti, apud Petrum Rodericum, lib. III, cap. IX. Ed. mod. La dignidad real y la educación del rey, lib. III, cap. X, p. 361, ed. y est. prel. de Luis Sánchez Agesta, Centro de Estudios Constitucionales, Madrid, 1981. La cita la encontré en Jesús Sáenz de Miera, «La magnificiencia del Rey Prudente y la fama de El Escorial», en Felipe II. Un príncipe del Renacimiento, p. 112, Sociedad Estatal Centenario Felipe II y Carlos V, Madrid, 1998.

1600 A la mano de Fray ANTONIO DE VILLACASTÍN se debe una carta a Jehan Lhermite, el mayordomo flamenco de Felipe II, escrita por mano de fray Juan de Olmeda, por estar «ciego de los ojos». Lhermite, que regresaba a Flandes, había escrito al obrero para despedirse, a lo que el jerónimo respondió con una larga carta con «algunas cosas de las grandezas desta Casa que contar alla», entre las que, como no, mete una alusión al salomonismo de la fundación. Curiosamente, ya que se hizo con su oposición frontal, cuenta como la decisión de Herrera de trabajar la piedra en las canteras donde se "cortava y labrava, conforma a lo que dice la Sagrada Escritura del Templo de Salomón, que lo trayan labrado, de manera que se assentava en ladicha fabrica sin tornarlo a labrar, y esto se hacia principalmente en el templo desta casa". Esta comparación está tomada de fray Joan de la Cruz (1591): "edificado en tan pocos dias, y tan sin ruido de martillos", aunque será Sigüenza el que la haga famosa.

La obra de El Escorial
Fresco en la escalera del napolitano Lucas Jordán (ca. 1694).
El fraile de la izquierda es Fray Antonio, junto a Herrera y Toledo.

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- Carta fechada el 4 de marzo de 1600 y reproducida en su original castellano por J. Lhermite en «Le Passetemps» (ed. Amberes, 1890-96, t. II, p. 86-91). Texto completo en J. Zarco, El Monasterio de San Lorenzo el Real del Escorial y la Casita del Príncipe, Madrid, 1926, pp. 216-221.
- J. Sáenz de Miera, De obra insigne y heroica a Octava Maravilla del Mundo: la fama de El Escorial en el siglo XVI, Madrid, 2001, pp. 277-283.

1600-1605 Pero es sobre todo el monje jerónimo Fray José de SIGÜENZA (1544-1606), bibliotecario del monasterio, cargo en el que sucedió a Benito Arias Montano, el que da grandeza a una tradición panegírica en su Fundación del monasterio de San Lorenço el Real, que continuará a lo largo de una larga cadena. Por lo que se refiere al Templo de Salomón, empiezaba señalando que "no era tan grande o al menos no era mayor que El Escorial". En la introducción de su Historia de los Jerónimos coloca el edificio en la sucesión del Arca de Noé, del Tabernáculo y del Templo Salomónico. Distingue también entre el templo que hizo construir Salomón y el que mostró un ángel al profeta Ezequiel, que son "tan diferentes como el Cielo y la Tierra" y dice, coincidiendo con los comentarios de San Jerónimo, en cuya sabiduría insiste una y otra vez, que "no se parecen en nada, ni en la arquitectura ni en la decoración". Según él, también el doctor Arias Montano es de la misma sabia opinión que San Jerónimo en el sentido de que en el Templo de Ezequiel todo su ámbito era llamado Sancta Sanctorum, a diferencia del de Salomón, donde este lugar era único. La comparación con El Escorial se limita a los métodos de construcción, material empleado, medidas y costes, sin hacer alusión a ninguna forma de relación ideal o intencional. Sigüenza llama al Monasterio "otro Templo de Salomón, a quien nuestro patrón y fundador Felipe II fue imitando en esta obra". Las comparaciones con el Templo son, por otra parte, numerosas: "[...] aunque se pudo contar la gente que andaba en el templo de Salomón, la que anduvo en éste no se pudo averiguar facilmente, por estar allende [...] infinitamente repartida [/] haciendo como otro Salomón infinitas gracias a su Criador y Rey eterno [...] Que si fue cosa tan lícita [...] que David y Salomón edificasen aquel templo tan admirable para que reposase allí el arca del Señor [/] El templo de Salomón [...] miraba a Occidente, y así tenían la entrada a la parte Oriental [...]". En toda la historia y descripción de la obra, Sigüenza no desperdicia ninguna oportunidad para hacer referencia al Templo Salomónico: en el solar de El Escorial crecían "tan hermosos pinos, que los podemos llamar cedros de España, de poco menor firmeza que los del monte Líbano"; los obreros de El Escorial eran cristianos libres y no "no gebuseos ajenos de la casa de Israel, como lo fueron muchos millares de hombre que trabajaron en el Templo de Salomón [/] de la manera de fabricar esta iglesia y labor de ella se imitó mucho a la del mismo Salomón"; se compara el traslado solemne del sacramento del altar desde la capilla del convento a la iglesia terminada con el traslado del Arca de la Alianza con las tablas de la ley desde Sión al Tabernáculo, etc.

El padre Sigüenza

Es curioso destacar un hecho especialmente significativo de las tensiones sobre el salomonismo que debieron darse en esa época: en el resto del manuscrito de la crónica de Sigüenza hay apenas diez líneas tachadas, mientras en el capítulo dedicado a la comparación de El Escorial con el Templo, ascienden a 44 líneas y una nota completa, sin contar las numerosas interpolaciones. El jerónimo reescribió prácticamente la mitad de este capítulo. Desaparecieron asimismo todas las referencias en hebreo y dos críticas directas a Villalpando, al que nunca cita por su nombre en la versión definitiva.

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Fray José de Sigüenza: La fundación del monasterio de San Lorenço el Real (1600) y sobre todo en Descripción y relación cumplida de todas las partes de la fábrica(1605), pp. 593-618: discurso XXII: "La comparación y conferencia de este templo y casa con otros edificios famosos, principalmente con el templo de Salomón". Puede leerse aquí el texto completo.

1600 El agustino vallisoletano Fray Luis Francisco de AZEVEDO publicó un libro de sermones donde aprovecha para disertar sobre el Templo de Salomón, apoyando la línea Montanista y criticando la línea antihebrea de Villalpando. Las alusiones a El Escorial van en la línea de la defensa de la utilidad de su gasto que también vimos en Sigüenza: "Pues como esta señora se cria para Reyna de loa Angeles y de los hombres, para Emperatriz del cielo para ser madre de Dios con lo que otros estuuieran muy ricos, estuuiera ella pobrissima, ser madre de Dios es un gran vaso, quando el Rey Dauid quiso hazer vn templo donde Dios morase, junto gran suma de riquezas de oro, plata, piedras preciosas, y todos contribuyeron para esta obra largamente, y espantados los principales del pueblo de Israel, de ver tanta suma de oro y piedras preciosas, decian que con aquel caudal, se podian hazer muchos templos, como dicimos aqui en Hespaña del Templo sumptuosissimo de San Laurencio el Real del Escorial, que la magestad del Rey don Felipe nuestro Señor Segundo de este nombre ha labrado, que con lo que se ha gastado en el solo se pudieran hauer edificado otros muchos, y respondio el Rey Dauid opus enim gra(n)de est neque enim homini preparatur habitatio sed Deo. I. paralipomeno(n) 29. No es mucho que sea tanta la costa tan excesibos los gastos, en tanta abu(n)dancia, las riquezas y tesoros porque no ha de ser palacio para hombre el que quiso edificar si no casa y templo para el mismo Dios, con lo que otros templos estuuiran ricos, estuuiera este pobre y necesitado".
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Fray Luis de Azevedo: Discursos morales en las fiestas de la Reina del cielo de Nuestra Señora, compuestos por el padre Fray Luis de Azeuedo... de la orden de nuestro Padre San Agustin. Impreso en Valladolid por Francisco Fernandez de Cordova, 1600 (2ª ed. Lisboa, 1602). Discurso décimo, parte segunda: "Fiesta de la Annunciacion" (p. 111).


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