2.3. La Capilla Real de la catedral de Sevilla (1553-55)

El 11 de noviembre de 1553, siendo regente de España el príncipe Felipe, el pintor flamenco Pedro de Campaña recibe tres ducados por el dibujo de tres reyes de Judá, repitiéndose una entrega similar en febrero del año siguiente. Entre los entalladores que las esculpen en piedra destacan Lorenzo de Bao. Las figuras se terminaron de colocar a finales de 1556 en el arco de entrada de la Capilla Real de Sevilla, de 24 metros de altura. Debe destacarse que las seis figuras reconocibles por sus atributos están sobre el arco (de izquierda a derecha y en grupos de tres, David, Ezequías y Josafat; Josías, Asá -o Jessé según Morales- y Salomón), y que cinco coinciden con las de la portada de la Basílica escurialense (de izquierda a derecha, Josafat y Ezequías; David; Salomón; Josías y Manaqués, ca. 1580-84), lo que ha llevado a Morales a señalar su posible relación con el Templo de Jerusalén. Fernando III el Santo -conquistador de la ciudad de Sevilla y primer rey de Castilla y León unificadas- comenzó la Catedral y sus sucesores se debían ocupar de terminarla, como ocurrió en Jerusalén. En otro lugar he señalado este componente dinástico de las seis estatuas de los Reyes de Judá en El Escorial como un probable aviso de Felipe II a sus sucesores para que se ocuparan de la terminación y mantenimiento de su edificio.

Josafat y Ezequías David Patio de Reyes Salomón Josías y Manasses
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Morales también destaca el carácter dinástico que expresan los Reyes de Judá (ya que puede verse también como un arbol genealógico de la Casa de David que culmina en Cristo) y que debe verse en relación con los enterrados en la Capilla: el cuerpo incorrupto de Fernando III (1217-52), bajo la imagen de la Virgen de los Reyes en el centro, y Alfonso X el Sabio (1252-84) y la reina doña Beatriz de Suabia a ambos lados. También están enterrados en esta capilla Pedro I el Cruel (1350-69), su hijo Don Juan y el infante Don Fadrique. Pueden encontrase en el medievo francés antecedentes de este intento de relacionar la dinastía castellano-leonesa con la de Judá. La portada de catedral de Notre Dame de París, por ejemplo, tiene 28 reyes flanqueando a Jesucristo entre las tres puertas y el rosetón. Su origen está en el Evangelio de San Mateo (Mt 1:1-17), que señalaba 14 generaciones entre Abraham y David, 14 reyes tras éste hasta la cautividad en Babilonia y otras 14 generaciones hasta San José y Jesús.

Las grandes hormacinas laterales (en la esquina inferior izquierda de la sección) incluyen estatuas orantes de Alfonso X y la reina Beatriz realizadas por Antonio Cano y Juan Luis Vasallo, con un gran escudo heráldico encima, en una composición similar a la de las estatuas orantes de Carlos V y Felipe II, y situadas en una posición similar detro del presbiterio escurialense. Sáenz de Miera ha señalado también cómo al preparar la Carta de Fundación de El Escorial se consultaron documentos de la Capilla Real sevillana, que aún se estaba terminando en 1561. Felipe la visitó en 1570, aunque no se terminó hasta cinco años después. También cree que Montano, que estudió en Sevilla, pudo valerse de este «nítido antecedente» para la transformación que propondría en El Escorial hacia 1580.

Capilla Real de Sevilla   Mausoleo de las «entrañas» de Alfonso X en la Catedral de Murcia
Foto de la Capilla Real de Sevilla antes de colocarse los orantes en los años cincuenta y del mausoleo donde se llevaron las entrañas o «tripas» de Alfonso X en la Catedral de Murcia, hecho construir por Carlos V

Por contra, Jesús Miguel González ha señalado certeramente que el actual estado de la capilla no es el original y no pudo influir en El Escorial; si acaso el proceso fué al revés. En la actual Capilla se acomodaron los sepulcros reales procedentes de la antigua, consistentes en los féretros y -algo insólito en España-, de las efigies funerarias en metal plateado, pero no yacentes u orantes, sino sedentes, colocadas anteriormente a los lados de la imagen de la Virgen de los Reyes y que aquí se dispusieron en las grandes hornacinas situadas a derecha e izquierda de la entrada. Los ataúdes de plomo quedaron ante el altar, sobre una meseta de piedra: el de Fernando III en el centro y, a sus lados, el de Alfonso X y el de Beatriz de Suabia. En los bancales a izquierda y derecha del altar, los de varios personajes de la realeza castellana. Con motivo de la canonización de Fernando III, en el siglo XVIII, se planteó la necesidad de redistribuir la capilla, apartando del cuerpo del nuevo santo los de su esposa e hijo. Fernando III quedó en un relicario situado aproximadamente donde estaba antes, con un altar adosado para su culto; Alfonso X y Beatriz de Suabia pasaron a ocupar las hornacinas a la entrada de la capilla, quedando los ataúdes como antes, a la vista, cubiertos por paños fúnebres y acompañados por coronas reales colocadas sobre cojines. Así se pueden ver en fotografías anteriores a los años cincuenta del pasado siglo, cuando se dispusieron estatuas orantes sobre los cuerpos, que quedaron ocultos tras unos frentes ornamentales figurando sarcófagos. Los demás sarcófagos, junto con el de Pedro el Cruel, se acomodaron en la cripta de la capilla. De las estatuas funerarias sedentes, que en ocasiones señaladas eran paseadas por la ciudad -la de Fernando empuñando su auténtica espada-, no ha quedado ni rastro.


- Alfredo José Morales, La Capilla Real de Sevilla, pp. 44, 62-64 y 148, Arte Hispalense. Publicaciones de la Exma. Diputación Provincial de Sevilla, Sevilla, 1979.
- Jesús Sáenz de Miera, De obra «insigne» y «heroica» a «Octava Maravilla del Mundo»: la fama del El Escorial en el siglo XVI, Sociedad Estatal para la conmemoración de los Centenarios de Felipe II y Carlos V, Madrid, 2001.
- Jesús Miguel González, comunicación personal, citando a Ricardo del Arco, Sepulcros de la Casa Real de Castilla, CSIC, Instituto Jerónimo Zurita, Madrid, 1959.



2.4. Felipe, rey consorte de Inglaterra (Londres, 1554)

En 1554 el príncipe Felipe emprende la más larga de sus estancias fuera de España, que se prolongó durante cinco años: dos en Inglaterra y el resto en los Países Bajos. El viaje comenzó con destino a Inglaterra con motivo de la boda con María Tudor. El 12 de enero el Conde de Egmond, flamenco de origen, pidió la mano de la Reina siguiendo órdenes del Emperador desde Flandes. El 13 de julio salió el príncipe Felipe de La Coruña, arribando en Antona (Southampton) el día 19, donde le recibieron los almirantes de Inglaterra y Flandes. Con motivo de la boda oficiada por el Gran Canciller y obispo de Winchester Stephen Gardiner en la catedral de dicha ciudad el día 25 (fiesta de Santiago, santo patrón de España), el Emperador cede a su hijo los reinos de Nápoles y Jerusalén para hacer a su hijo igual en jerarquía a su esposa; al mismo tiempo le confiaba la administración del Ducado de Milán, cuya investidura había recibido años atrás. El documento, a modo de regalo de bodas, fue leido en francés por el duque de Feria. Leemos por ejemplo en Cabrera de Córdoba: "Felipe y María, por la gracia de Dios Rey y Reina de Inglaterra y Francia, Nápoles, Jerusalén, Hibernia (Irlanda), Príncipes de España y Duques de Milán en el año primero y segundo de su reinado". Antonio de Herrera añadía: "fue el principe proclamado Rey de Inglaterra, Napoles y Jerusalem, y Duque de Milan, titulos que su padre le dio por q. la Reyna no tuuiesse marido de menor grado".

Pero en Inglaterra, no se necesitaban metáforas de sucesión dinástica ni de sabiduría. El problema allí era la división religiosa, contra la que María Tudor estaba realizando un dura política represiva. Y sería en Inglaterra donde se introduciría un elemento nuevo: Felipe no sólo era el príncipe pacífico y prudente que sucedería a su belicoso padre, sino que reedificaría el Templo de Jerusalén, símbolo de la nueva unidad religiosa. Y el autor de esta imagen fue el anciano cardenal Reginald Poole, legado pontificio en Inglaterra, en su discurso ante el Parlamento en el Gran Salón del Palacio de Whitehall (desaparecido en un incendio a principios del XVII), el 21 de noviembre de 1554. La reina estaba convaleciente de una enfermedad y allí se desplazaron las dos cámaras.

Palacio de Whitehall, en Londres

Tras expresar la alegría que le transmitió Carlos V en Flandes por la conversión de Inglaterra y la llegada de su hijo al trono, señaló que no había podido terminar con las discrepancias religiosas por algún oscuro designio de Dios: "Bien puedo yo compararlo con David, que aunque fue un hombre elegido por Dios, como estaba contaminado por la sangre y las guerras aún no podría construir el Templo de Jerusalén, pero dejó que lo terminara Salomón que era un rey pacífico. De esta manera, puede pensarse que la apaciguación de las controversias sobre religión en la Cristiandad no podrá asignarse a este Emperador sino a su hijo, que terminará el Edificio que su padre había empezado. Y dicha Iglesia no podrá ser finalmente construida, a menos que universalmente todos los Reinos nos unamos bajo una sola cabeza y lo reconozcamos como vicario de Dios, para tener un poder superior.". Los estados presentaron un memorial en latín suplicando el perdón por el error que habían cometido. A cambio, Felipe les permitió no restituir los bienes arrebatados a la Iglesia. Esta misma concepción del Templo no como monumento material, sino espiritual, fue expresada también por Felipe en su respuesta ante el Parlamento, llena de paralelismos bíblicos. Cabrera lo transcribe así: "Ésta según el estado del Nuevo Testamento es nuestra Iglesia Católica, que tuvo principio en Jerusalén [...] gobernada por elegido por el Espíritu Santo [...] Por esto en la ley antigua se mandó a los hebreos poner en la frente del Sumo Sacerdote el nombre inefable de Dios esculpido en lámina. Es la Iglesia militante divinamente traslado de la triunfante; y vio San Juan decender del Cielo a Jerusalén nueva y santa. Como en ella hay un príncipe, Dios, [...] en la militante hay un romano pontífice".

El discurso de Poole fue comentado por uno de los españoles asistentes de la siguiente forma: "leyda [la carta de Felipe], el Legado [Poole] hizo vna plática á los Reyes y al Parlamento en su lengua, loando á los del Reyno, admitiendo su petición; dixo al Rey que en su primera salida auia hecho tan gran seruicio á Dios de conuertir y reducir este reyno á la verdadera y cathólica religion: y que aunque el Emperador, como chriptianísimo príncipe, auía trabajado tanto en juntar materiales y querer edificar el templo, que nuestro señor no auia permitido sino que lo edificasse y acabasse su hijo: como acaesció á Dauid y Salomon; y assí se a visto, pues, en breues dias aurá acabado un edificio tan grande y no de materiales como el de Salomon, sino de ánimas que tan perdidas estauan por mal exemplo y dotrina, y que así como Dios hauia permitido que se redimiese el humanal linage por mujer, asi auia permitido que este Reyno se redimiese por esta buenauenturada Reyna". La idea de este discurso, que el cronista Muñoz toma de un testigo español anónimo, se repetirá en más de una ocasión. Autores como José Luis Gonzalo han destacado que el hecho de que este anónimo testigo recuerde precísamente esta parte del discurso de Poole nos señala el impacto que sus palabras debieron producir, al menos, entre los cortesanos españoles.

Siguiendo el mismo espíritu, el profesor de latín del Colegio Trilingüe de Lovaina Petrus Nannius (Alkmaar 1500 - Lovaina 1557) había solicitado en una carta del 5 de septiembre de 1546 al canciller Stephen Gardiner dedicarle su edición de la Sabiduría de Salomón, finalmente dedicada en 1552 a Luis de Flandes. Años después, en julio de 1554 editó sus comentarios y estudios sobre el Cantar de los Cantares de Salomón, donde escribió en la dedicatoria a los reyes Felipe y María, recien desposados por el mismo Gardiner: "Serenissimis et potentissimis Principibus Philippo et Mariae regibus Angliae, Franciae, Neapolis, Hierusalem, Hiberniae, &c. Quum vulgo persuasum sit nuptias diuina prouidentia conciliari [...] Nobis proinde circunspicientibus, quid potissimum ad thorum tam sanctum pro gratulatione mitteretur, nihil oportunius visum est, quam epithalamicum carmen, quod Salomon Christo, & Ecclesiæ modulatus est, non poetico furore, sed spiritu sancto plenus.".

Petrus Nannius (1500-1557)    

El famoso Cardenal Reginald Poole (o Reginaldo/Ricardo Pole/Polo) nació en 1500 en Staffordshire y murió el 17 de noviembre de 1558, el día siguiente de María Tudor (totalmente contemporáneo pues de Carlos V). Tenía un estrecho parentesco con la familia real inglesa, pese a lo cual abandonó su país tras el divorcio de Enrique VIII y su proclamación como cabeza de la Iglesia. Fue perseguido desde Inglaterra por toda Europa, y tras su tortuosa llegada a Roma fue nombrado cardenal. Finalmente representó a la Santa Sede presidiendo Trento. Tras el ascenso de María Tudor, fue nombrado legado apostólico de la Santa Sede y consejero de la reina. Llegó a Dover el 14 de noviembre de 1554 desde Alemania y Bruselas, de donde fue a Londres a finales de mes, presentándose ante el parlamento y los reyes para aceptar a los miembros de la cámara en el seno de la Iglesia romana y librar a Inglaterra de la excomunión pontificia. El año siguiente ocupó el recién creado arzobispado de Canterbury.

Svmaria y verdadera relacion del bven viaje que el inuictissimo Principe de las Españas don Felipe hizo a Inglaterra    El Cardenal Pole    De Concilio Liber, Reginald Poli Cardenalis (Roma, 1562)
1) El escudo del Reino de Jerusalén en la portada de la Svmaria y verdadera relacion del bven viaje que el inuictissimo Principe de las Españas don Felipe hizo a Inglaterra (Andrés Muñoz, 1554). 2) Retrato del cardenal Reginald Poole, legado del Papa y consejero de María Tudor, por Adrián van der Werf. 3) De Concilio Liber, Reginald Poli Cardenalis (Roma, 1562)

Poole fue el autor del famoso saludo a María Tudor (Ave Maria, benedictus fructus ventris tui) cuando su famoso embarazo imaginario, comparación desafortunada que para algunos rozó la blasfemia. Su intervención en el Parlamento decía en su lengua original: "Of all Princes in Europe the Emperor hath travelled most in the Cause of Religio, as it appeareth by his Acts in Germany; yet happily, by some secret Judgement of God, he hath not atchieved the End. With whom in my Journey hitherwards I had Conference touching my Legation; whereof when we had Understanding, he shewed a great Appearence of most earnest Joy an Gladness, saying, That it rejoiced him no less of the Reconcilement of his Realm unto Christian Unity, than that his Son was placed by Marriage in the Kingdom; and most glad he was of all, that the Occasion thereof should come by me, being an Englishman born; which is (as it were) to call home ourselves. I can well compare him to David, who though he were a Man elect of God, yet, for that he was contaminate with Blood and War, he could not build the Temple of Jerusalem, but left the finishing thereof to Solomon, which was Rex pacificus. Si may it be thought, that the appeasing of Controversies of Religion in Christianity is not appointed to this Emperor, but rather to his Son, who shall perform the Building that his Father had begun. Which Church cannot be perfectly builded, unless universally in all Realms we adhere to one Head, and do acknowledge him to be the vicar of God, and to have power from above".


- Enciclopedia Espasa, t. XLVI, p. 65.
- Ramón Menéndez Pidal, Historia de España, t. XIX-I, pp. 356-360.


- The Parliamentary or Constitutional History of England, vol. III, pp. 319-320, 2ª ed., Londres, Tonson & Millar, 1762. El discurso de Poole está copiado literalmente de las Grafton's Chronicle, p. 1344.
- Andrés Muñoz: Svmaria y verdadera relacion del bven viaje que el inuictissimo Principe de las Españas don Felipe hizo a Inglaterra, y recebimiento en Vincestre donde caso, y salio para Londres en el qual se contiene grandes y marauillosas que en este tiempo passaron [...], por Andres Muñoz criado del serenissimo Infante don Carlos nuestro Señor. Çaragoça. En casa de Esteuan de Nagera, a costas de Miguel de Çapila mercader de libros, 1554 [Rª BN: R/1751]. Para el discurso en Whitehall, ver la carta IV, p. 135, de la ed. 1877: «Traslado de una carta que fue enviada del reyno de Inglaterra á la muy ilustre señora Condesa de Olivares en que se da relación como aquel reyno se ha reformado en la fe católica...», en Viaje de Felipe Segundo a Inglaterra por Andrés Muñoz (impreso en Zaragoza en 1554), y relaciones varias relativas al mismo suceso. Dálas á luz la Sociedad de Bibliófilos Españoles [Rª BN: R/15163].
- Cabrera de Córdoba, Historia de Felipe II, rey de España, lib. I, cap. V, p. 23; cap. VI, pp. 26-27; cap. VII, pp. 30s; 1601, ed. Junta de Castilla y León, Salamanca, 1998.
- José Luis Gonzalo Sánchez-Molero: "Los orígenes de la imagen salomónica de El Escorial", en las actas del Simposium: literatura e imagen en El Escorial, pp. 739s, Ediciones escurialenses, San Lorenzo de El Escorial, 1996.
- Petri Nannii Alcmariani in Collegio Buslidiano Latini professoris, In Cantica Canticorum Paraphrases et Scholia. Lovanii. Ex officina typographica Stephani Gualtheri & Ioannis Batenii Typogr. Iurat. Anno Domini 1554 (julio).



2.5. Abdicación de Carlos V (Bruselas 1555 - Amberes 1556)

El 12 de abril de 1555 muere Juana la Loca en Tordesillas. Carlos V es ya rey legítimo de España, ya que era en puridad sólo regente tras haber encontrado la poco ortodoxa fórmula de "Doña Juana e Don Carlos, su hijo, por la gracia de Dios reyes de Castilla, de León, de Aragón...", pero que tuvo que ser aceptada por un país que necesitaba mantener una dinastía que garantizara su unidad. El envejecido Emperador puede, por fín, renunciar a todos sus reinos en su hijo Felipe.

Palacio de los Duques de Brabante de Bruselas, S. XVI

Abdicación de Carlos V

El 22 de octubre de 1555 Carlos renuncia al maestrazgo de la orden del Toisón de Oro, y en su lugar los caballeros eligen a Felipe. La abdicación de los Países Bajos tuvo lugar en el Palacio de los Duques de Brabante en Bruselas el 25 de octubre de 1555, ante los Estados Generales de las Diecisiete Provincias de los Países Bajos. Carlos V se presentó en la asamblea apoyado por Guillermo de Orange-Nassau (Dillemburg 1533-1584), caballero del Toisón y el noble más poderoso de los Países Bajos. Aún faltaba una década para que el que se conocería como «el Taciturno» organizara la rebelión contra la ocupación española. En torno suyo, el resto de los caballeros, generales, consejeros y gobernadores de los Países Bajos, Filiberto de Saboya, su hijo Felipe y sus dos hermanas, Leonor de Francia y María de Austria.

El acto lo abrió el consejero Manuel Filiberto, duque de Saboya, tomando a continuación la palabra Carlos V. La contestación al Emperador la hizo en francés el obispo de Arras, Antonio Perrenot de Granvela, tras disculparse Felipe de no dominar mejor el idioma del país. El acto fue cerrado por la gobernadora María y el Dr. Jacobo Maso, síndico de Amberes.

El «tableaux vivant» de la «Chambre de Rhétorique» de Amberes, denominado «de Goudbloem» (la Flor de Oro). El texto de la inscripción latina dice: «Vivat rex, Benedictus dominus deus israel quy dedit hodie sedentem in solio meo videntibus oculis meis; Ut quondam David procerum plaudente senatu / arce sua natum regali in sede locavit / carolus augustus modo sic permisit habenas / filius ut regni plena ditione teneret / gaudet et ingenti nunc ergo antverpia plausu / Laetisonusq. tuba fecit aurea sidera clangor».

En un acto mucho más íntimo, el Emperador abdicaría el 16 de enero de 1556 en su hijo sus reinos de Castilla, Aragón, Dos Sicilias y las Indias, así como de los maestrazgo de las tres órdenes militares españolas. Era el paso previo a las fiestas del XXII Capítulo del Toisón de Oro, celebradas en Amberes entre el 19 y el 30 de enero de 1556 y presididas ya por el nuevo rey Felipe II. Los ejemplos artísticos que aluden a la relación sucesoria entre ambas figuras incluyeron varias medallas de León Leoni con la doble imagen de Carlos y Felipe.

Pero sobre todo debemos resaltar las inscripciones del arco triunfal donde actuó el tableaux vivant «de Goudbloem» (la Flor de Oro), de la Cámara de Retórica local, que rezaban: "Viva el rey, bendecido por el Señor Dios de Israel, que se sienta hoy en mi trono, como en otro tiempo David al hacerse mayor quiso hacer con su hijo". Se realizaron dos representaciones: una con el rey en el trono con los símbolos de poder, rodeado de una gran multitud, y la otra con el rey en la cama aconsejando a su joven hijo. Como en el felicissimo viaje, otra vez los grupos de teatro locales señalaban el paralelismo entre los Austrias y los Reyes Bíblicos

Todos estos símiles tuvieron un éxito casi inmediato en el entorno del monarca. El cardenal Silíceo, su antigua maestro, le escribía desde Toledo el 22 de septiembre de 1556 para aconsejarle qué política económica seguir: "Y tenga por cierto que si el rey Salomón que reinó cuarenta años se llamó Rey pacífico y en todo el tiempo de su reinado no se atrevió Rey comarcano ni otra potencia á le mover guerra, fue porque tuvo tan gran tesoro".

Debemos recordar, por último, que el origen de la orden del Toisón de Oro se remonta a 1429, cuando Felipe el Bueno, duque de Borgoña, decidió rescatar el espíritu caballeresco de las cruzadas, para intentar replantear la conquista de Jerusalén. Este objetivo fue también asumido por Felipe II hasta que tuvo que frenar ante el turco en Lepanto. En esa época, la Orden estaba principalmente relacionada con los Estados de los Países Bajos, cuyo blasón (un león rampante negro sobre campo de oro) se suponía que se había conseguido precisamente en el monte Sinaí a finales del siglo XII, a través de Felipe de Alsacia.


- Jacques Le Boucq, "Eschauffault de la confrarye de la goude", en Le tresad- / mirable tri- / umphe de la / noble Order- / de la Thoi- / son dor / Chelebree de La / florisantte Ville / danvers Ian 1555 / Par Treshault & / Tresillustre Prince / Philippes Daustrice / Roy despaigne dangle- / terre de france & / duc de bourgoigne , f. 14 y 14v. Archivos del Toisón de Oro, Viena, cod. 24, Haus-, Hof- y Staatsarchiv (59 pages), 270 x 210 mm, Valenciennes, 12 de marzo de 1556.
- Antonio de Herrera, Historia general del mundo de XVII años del tiempo del señor rey don Felipe II..., lib I cap. II, p. 5 y lib. II. cap. XVII, pp. 125-129, Valladolid, por Juan Godinez de Millis, 1606.
- E. Roobaert, "De triomfbogen opgericht te Antwerpen in 1556, ter gelegenheid van het 22ste kapittel van de Orde van het Gulden Vlies", en Bulletin Koninklijke Musea voor Schone Kunsten van België, p. 221-276, XI , 1962.
- Fernando Checa Cremades, "La formación del príncipe Felipe", en Felipe II, mecenas de las artes, p. 20 y 469, Nerea, Madrid, 1992. Aunque tomamos originalmente de este gran libro esta información, incluye algunos errores, como situar las fiestas del Capítulo del Toisón de Oro en Bruselas en 1555, cuando se celebraron en Amberes en 1556. El tableaux vivant de la Chambre de Rhétorique de Amberes (no de Gouda) se llamaba «de Goudbloem» (la Flor de Oro). El texto completo de la inscripción latina era: «Vivat rex, Benedictus dominus deus israel quy dedit hodie sedentem in solio meo videntibus oculis meis; Ut quondam David procerum plaudente senatu / arce sua natum regali in sede locavit / carolus augustus modo sic permisit habenas / filius ut regni plena ditione teneret / gaudet et ingenti nunc ergo antverpia plausu / Laetisonusq. tuba fecit aurea sidera clangor». En Carlos V. La imagen del poder en el Renacimiento (p. 70, Madrid, 1999), Checa repite esta cita con idénticos errores.
- T. González: Noticia histórica de las minas de Guadalcanal, p. 281, Madrid, 1831. Cit por J. L. Gonzalo, Orígenes de la imagen salomónica, p. 741.



2.6. Felipe de la Torre y los erasmistas de Lovaina: "Institucion de un rey christiano" (Amberes, 1556)

El escritor aragonés Felipe de la Torre fue maestro de la Universidad de Lovaina, en el Ducado de Brabante. Allí formó parte un grupo capitaneado por Pedro Jiménez, junto con otros erasmistas como Fox Morcillo, Juan Paez de Castro, Fadrique Furió Ceriol, Dr. Morillo y Fray Julián de Tudela. Conocido por su heterodoxia, Torre se hizo sospechoso de simpatizar con los protestantes de los Países Bajos. El célebre Julianillo Hernández lo acusó de estar en relaciones con los conventículos reformados de Amberes.

Esta obrita de 127 páginas en octava versa sobre un clásico asunto ya tratado por el holandés Erasmo de Rotterdam (1469-1536) cuarenta años antes en su «Institutio Principis christiani» (Lovaina, 1516), dedicado en este caso al futuro Carlos V como réplica a El Príncipe de Maquiavelo, editado tres años antes. Ese año Erasmo adquiere el cargo honorífico de Consejero del soberano en la corte de Bruselas. La monarquía que soñaba Erasmo, temperada por la aristocracia, supone un contrato tácito entre el príncipe y sus súbditos, tema que veremos en cuadros de tema salomónico como el famoso cuadro de la Catedral de Gante. Reinar consistiría en mantener la justicia en el interior del reino y mantener la paz con las naciones vecinas. El príncipe reina para servir al pueblo, no para servirse de él. Marcel Bataillon señala cómo Felipe de la Torre, que demuestra conocer las Apotegmas de Erasmo, curiosamente no cita nunca la Institutio (posiblemente la segunda obra más conocida de Erasmo después del Elogio de la locura), como si no supiera que Erasmo haya tratado alguna vez el tema de su libro. "Éste es un puro alarde de erudición escritural y patrística, en el que nunca se trasluce el problema apremiante, actual, de un gobierno según Cristo." Bataillón señala que la Institutio Principis Christiani de Erasmo de Rotterdam "fue traducida por al castellano por Bernabé Busto, maestro de los pajes de su magestad, para que la leyese el Príncipe Don Felipe", según dejó escrito en 1535, aunque probablemente quedó inédita.

Salomón y la educación de reyes y príncipes

Es algo más que una casualidad que el consejo de reedificar el Templo de Salomón que da Felipe de la Torre en su Institvcion de vn Rey Christiano al ya rey Felipe II en su primer año de mandato esté tan relacionado con la advertencia que Erasmo de Rotterdam daba a Carlos V el año antes de acceder al trono español en su Institutio Principis christiani medio siglo antes. Erasmo advertía a Carlos que era mejor ser un rey sabio que convertirse en un rey guerrero, ya que Dios no le dejaría construir su Casa como le había ocurrido antes a David, que tuvo que esperar a ver como su hijo Salomón le edificó un Templo: «Dado que la sabiduría es algo eximio por naturaleza, oh Carlos, el más ilustre de los príncipes [...] Ésta, evidentemente, es aquella sabiduría que los príncipes deberán intentar obtener, la única que, después de desdeñar las demás cosas, deseó Salomón, el más prudente adolescente y que, continuamente, quiso que estuviera cerca de su trono real [...] David fue muy agradable a Dios por otras virtudes y, no obstante, le prohibió que le construyese un templo sólo porque era sanguinario, i.e., guerrero. Para construirlo eligió al pacífico Salomón.»

A partir de Erasmo y Maquiavelo, surge una larga cadena de libros que tratan la educación de los príncipes, como el de Francisco de Monzón, capellán del rey de Portugal, dedicado a Juan III deja patente la influencia erasmiana (Espejo del Príncipe christiano, Lisboa, 1524), en la que Salomón no sólo es un rey sabio, sino que su actividad constructora servían también como aglutinante de las voluntades de sus súbditos. Monzón describe ampliamente el Templo de Jerusalén, desarrollando la tesis de que el Templo es un ejemplo y precedente para los reyes cristianos, personalizando su ejemplo en Juan III de Portugal, hermano de la emperatriz Isabel y tío por tanto de Felipe, al que presenta como un nuevo Salomón por sus construcciones, elogiando a Lisboa como una nueva Jerusalén.

Podemos destacar también por su importancia el Libro áureo de Marco Aurelio (Sevilla, 1528) y el Relox de principes (Valladolid, 1529) de fray Antonio de Guevara, dedicado a Carlos V. El tema fue retomado por Furió Ceriol (Valencia, 1527 - Valladolid, 1592), que fue enviado por Felipe II a Lovaina donde perteneció al heterodoxo círculo de Felipe de la Torre. Furió intentó escribir una gigantesca obra sobre el mismo tema, de la que sólo pudo acabar el El Concejo y Consejeros del Píncipe (Martín Nuncio, Amberes, 1559). Esta obra debe inscribirse en la teoría política que desembocaría en las guerras de los Países Bajos. Esta teoría política también fue seguida por el jurista Joachim Hopperus en su libro Ferdinandus sive de Institutione Principis que tanto influiría en el famoso cuadro de Gante que representa a Felipe II como un nuevo Salomón.

La cadena no terminaría aquí. Al año siguiente de la muerte de Felipe II, el profesor y predicador jesuita Juan de Mariana (1535-1624) publicó su famosa «De rege et regis institutione», que había preparado por encargo de García de Loaysa, preceptor de Felipe III, cuando éste era príncipe. Fue uno de los libros más discutido de la época, llegando a considerarse obra de escándalo, por lo que llegó a conocer la cárcel. En ella, elogiaba a diversos tiranicidas, lo que según la profesora Rosa Collado le granjeó numerosas simpatías en los rebeldes Países Bajos. El Padre Mariana se complacía en subrayar la sumisión del rey a las leyes del reino, una idea típicamente erasmiana. En su capítulo sobre las obras públicas que debería acometer un rey para que "los que están bajo su autoridad vivan con la mayor felicidad posible", recuerda a Felipe III como su padre se había comportado como el Rey Salomón en su actividad constructora: «Entre los judíos siguió estos preceptos Salomón, que invirtió todos los tesoros del imperio en edificar un templo muy suntuoso [...] Entre nosotros se ha hecho acreedor a la mayor alabanza nuestro gran rey Felipe II».


- Desiderio Erasmo de Rotterdam: Educación del príncipe cristiano, cap. XI, p. 176, trad. de Pedro Jiménez Guijarro y Ana Martín, Tecnos, Madrid, 1994. Dedicado al ilustrísimo príncipe Don Carlos, nieto del Invictísimo César Maximiliano.
- Fray Antonio de Guevara, Relox de Príncipes, est. y ed. Emilio Blanco, [s.l.], 1994.
- Ionnis Marianae Hispani, e Soc. Iesu, De rege et regis institutione libri III, ad Philippum III Hispaniae Regem Catholicum, anno 1599. Toleti, apud Petrum Rodericum, lib. III, cap. IX. Ed. mod. La dignidad real y la educación del rey, lib. III, cap. X, p. 361, ed. y est. prel. de Luis Sánchez Agesta, Centro de Estudios Constitucionales, Madrid, 1981.

Institvcion de vn Rey Christiano    De reges. Portada

La Institucion de un rey christiano de Torre, dedicada al rey Felipe cuando éste subió al trono y fechada el 8 de septiembre de 1556, está muy influida según José Luis Gonzalo por el impacto causado por la abdicación de Carlos V, al que Torre alude en esta obra, y que "reforzaba, entre los cenáculos cortesanos, las imágenes davídicas y salomónicas de ambos soberanos". Si Pole se inspiró para su discurso en el Libro de Reyes, Torre, dos años más tarde, encuentra la metáfora del templo un poco más adelante en el discurso que David -al igual que Carlos V en Bruselas- pronunció en Jerusalén ante su hijo Salomón, cuando le cedió el cetro de Israel. éste se basaba exclusivamente en la promesa de la construcción del templo". Para Torre, en una propuesta audaz, la idea de la reconstrucción del templo jerosolimitano pasaba por la restauración de la unidad de la cristiandad. Carlos V, pese a sus esfuerzos, no la había conseguido, pero ahora podía conseguirla su hijo.

...edificar a Dios su templo...

Torre exhorta a Felipe II a ayudar a convocar un Concilio y «[p.95v] si vniuersalmente no pudiere por los estoruos que pone siempre su perpetuo enemigo, hagalo V.M. en sus prouincias y reynos, guardando en esto la orden y Canones eclesiasticos que conviene». Esta propuesta se vuelve a imbricar en la idea de la reconstrucción del Templo:

Estos «artífices» serán para Torre los obispos, predicadores y demás miembros de la iglesia, herederos de los apóstoles y los profetas. La «piedra angular» de este edificio es, naturalmente, Jesús. Tras el inicio de la reforma de la Iglesia y la colocación de sus cimientos, igual que pasó con Salomón, los enemigos de Felipe II cesarán sus hostilidades, afianzándose el gobierno de su dinastía en sus reinos. Esta es la idea o traza que propone Torre al rey para edificar este nuevo templo:

Torre [p.100v]también compara a David con Carlos V, ya que ambos pudieron matar a sus enemigos Saul y Francisco I no lo hicieron, ya que ambos fueron guerreros contra su inclinación y voluntad. Finalmente, y si todos sus consejos se cumplen, podrían alegrarse por el prudente y sabio Felipe II como se alegró el Rey Hiram de Tiro y la Reina de Saba de la sabiduría de Salomón y del levantamiento del Templo:

En este ambiente de loa a la sabiduría de Salomón, también el humanista Juan Páez de Castro aconsejó al joven rey desde Bruselas ese mismo año de 1556 el crear una biblioteca, después de que Carlos V hubiera rechazado su propuesta. En su «Memorial» informa a Felipe II sobre las principales bibliotecas de la historia, desde Moisés y Salomón hasta los egipcios, griegos y romanos, sobre su decoración y la utilidad de las bibliotecas para los príncipes y los pueblos. Como en el cuadro que Viglio van Aytta pondría sobre su tumba, la decoración estaría presidida por una pintura de Cristo enseñando en el Templo.


- Institvcion de vn Rey Christiano, colegida principalmente de la Santa Escritura, y de sagrados Doctores, por el Maestro Felipe de la Torre: Dirigida A la S.C.R. Magestad d'el Rey Don Felipe, por diuina gracia Rey de España, Inglaterra, Francia, &c. nuestro Señor. Beatus quem tu erudieris Domine, & delegetua docueris eum. Psal. 93. En Anvers, En casa de Martin Nucio, à la enseña de las dos Cigueñas. Año de 1556. [Rª BNM: R/7814]
- José Luis Gonzalo Sánchez-Molero: "Los orígenes de la imagen salomónica de El Escorial", en las actas del Simposium: literatura e imagen en El Escorial, pp. 742s, Ediciones escurialenses, San Lorenzo de El Escorial, 1996.
- Marcel Bataillon, Erasme et l'Espagne, 1937; ed. esp. trad. Antonio Alatorre, Erasmo y España: estudios sobre la historia espiritual del siglo XVI, pp. 80, 390 y 630, Fondo de Cultura Económica, México, 1995.
- Dr. Juan Páez de Castro, Memorial al Rey Don Felipe II sobre las librerías, Bruselas, 1556, Biblioteca del Real Monasterio de El Escorial, Ms. Esc. & II-15 fol., pp. 190s.



2.7. Las "Guerras de los judíos" de Josefo (Amberes, 1557)

Al año siguiente se edita en castellano, también en la imprenta de Martín Nuncio, en Amberes, las Guerras de Josefo, en traducción de Juan Martín Cordero, con privilegio real y dedicatoria en la portada a Felipe II. El Josefo incluye una completa descripción del Templo de Jerusalén que Herodes construyó sobre las ruinas del de Salomón en la época de Jesucristo. Sabemos también, gracias a Geoffrey Parker, que el Josefo fue, junto a la Biblia y las Metamorfosis, el primer libro que el príncipe Felipe compró a la tierna edad de doce años para su «librería rica». También hay que reseñar que, de los tres manuscritos griegos que se conservan en la actualidad en España, dos de ellos están en la biblioteca del monasterio.

Portada de las Guerras (ed. Amberes, 1557)     Manuscrito griego del Josefo de la biblioteca del Monasterio

Compra del primer lote de libros del príncipe Felipe

Libro de cuentas con la entrada del 20 de marzo de 1540 comprando el primer lote de libros del príncipe Felipe, que incluye las «Guerras de los judíos» (De Bello judaico) y las «Antigüedades judías».



Los siete libros de Flauio Iosepho Los quales contienen las guerras de los Iudios, y la destrucion de Hierusalem y d'el Templo: traduzidos agora nueuamente según la verdad de la historia Por Iuan Martin Cordero y dirigidos a la S. C. y R. M. dél Rey don Felipe , por la gracia de Dios Rey de España, &c. nuestro Señor. En Anvers, En casa de Martin Nuncio, à la enseña de las dos Cigueñas. M.D.LVII. Con privilegio Real. Ed. mod: Guerra de los judíos y destrucción del templo y ciudad de Jerusalén, Barcelona, Iberia, 1989.


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