(Extraído, corregido y ampliado de mi artículo «Los historiadores modernos ante las semejanzas entre el templo de Jerusalén y El Escorial», , en La Ciudad de Dios, vol. CCXIII, núm. 3 (septiembre-diciembre 2000), Real Monasterio de El Escorial, p. 1049-1074
Las semejanzas entre el Templo de Salomón y el Monasterio de El Escorial no sólo han sido tratadas por los cronistas del siglo XVI y XVII, sino que los historiadores modernos las han discutido tanto desde el punto de vista simbólico, como desde el punto de vista de la posible influencia del prototipo bíblico en la traza arquitectónica escurialense.
A continuación, y antes de recoger sus opiniones por riguroso orden alfabético, los enumeraremos en función de sus opiniones, para por último señalar también sus opiniones sobre los parecidos entre El Escorial y el Templo de Villalpando. Me gustaría destacar que sólo los muy convencidos, como J.L.Gonzalo, Moya, Taylor y Osten Sacken, han podido elaborar una teoría coherente sobre las influencias salomónicas en El Escorial. El resto, tanto los que están a favor como en contra, se limitan a expresar sus opiniones -o como mucho sus dudas- sobre la importancia del tema, que suele ser el caso de los que han investigado las implicaciones simbólicas del asunto.
Muy convencidos:
José Luis Gonzalo Sánchez-Molero,
Luis Moya Blanco,
René Taylor,
Cornelia Von Der Osten Sacken
A favor:
José Luis Abellán,
Luis Arciniega,
Manuel Ayllón,
Antonio Bonet Correa,
Pierluigi Carofano,
Fernando Chueca Goitia,
John H. Elliot,
Juan Eslava Galán,
Luis Fernández-Galiano,
Juan García Atienza,
Ernesto Giménez Caballero,
Fernando Marías,
Noemí Martínez Largo,
Pedro Navascués,
Lian O'Conally Paummell
Juan Antonio Ramírez,
Javier Rivera Blanco,
César Ruiz-Larrea,
Santiago Sebastián López,
la Guía Visual de El País y
la revista Geo
En contra:
Juan Miguel Hernández de León,
Francisco Iñiguez Almech,
Henry Kamen,
George Kubler
Tibios:
Fernando Checa,
Agustín Bustamante,
Jorge Fernández-Santos Ortiz-Iribas,
David García López,
Antonio Martínez Ripoll
Y también hay opiniones sobre los parecidos entre El Escorial y el Templo de Villalpando
José Luis ABELLÁN
Luis ARCINIEGA GARCÍA
Manuel AYLLÓN CAMPILLO (Madrid, 28.10.1952)
Catedrático de la Universidad Complutense
"Esta consideración del edificio como microcosmos presuponía una idea previa a la construcción y que esa idea tenía que condicionar la elaboración del diseño. El contenido de esa idea es muy posible que fuera el Templo de Jerusalén, y así lo confirma el historiador por autonomasia del edificio, el famoso fray José de Sigüenza, quien se refiere a El Escorial como "otro Templo de Salomón, al que nuestro patrón y fundador quiso imitar en esta obra". Esta interpretación se confirma si consideramos que Felipe II fue visto en su época como el segundo Salomón".
("La concepción esotérica de San Lorenzo de El Escorial", en El País, p. 25, Madrid, 26 julio 1993)
Profesor del Departamento de Historia del Arte, Universitat de València.
"[...] la aspiración de legitimarse como nuevo Salomón, solicitando para sí el dominio del cristianismo. La voluntad regia de conectar con la dinastía bíblica se manifiesta desde el inicio de la construcción del Monasterio -en la Carta de Fundación y Dotación del mismo, toma Felipe II el título de Rey de Jerusalén- hasta el final de la obra, en 1584, cuando se colocan en la fachada de la iglesia los seis reyes veterotestamentarios del escultor Monegro. Asociación que fue respaldada por diversos tipos de documentos. Por ejemplo tiene resonancia en la reconstrucción del Templo de Salomón llevada a cabo por Prado y Villalpando.
El Escorial aparece en un momento de gran difusión de los tratados arquitectónicos y de estudios de arquitectura bíblica. La arquitectura que perseguía el arquetipo de la perfección encuentra una vía en el estudio de las medidas dadas por Dios a Noé para fabricar l nave, a Moisés para el Tabernáculo y a Salomón para el Templo, así como en la visión de Ezequiel del templo divino, puesto que lo proyectado por Dios no podía ser más que perfecto [...] La reconstrucción del templo salomónico es posterior a la finalización del Monasterio, sin embargo presenta grandes semejanzas que pueden explicarse por la estrecha relación existente entre Herrera y Villalpando. El vitruvianismo sacralizado en El Escorial recoge el testigo de la construcción salomónica; conectándose Felipe II y su Monasterio con la tradición bíblica adquieren un carácter de divinidad que los legitima [...] Es difícil delimitar hasta qué punto los modelos bíblicos están presentes en la ideación de la construcción, pero lo indiscutible es su uso "a posteriori" para destacar la figura de Felipe II y de su obra arquitectónica."
("El Escorial y la Torre de Babel", en Ars Longa. Cuadernos del Arte, III, pp. 20 y 27, Valencia, 1992)
Comenzó estudios de Bellas Artes en 1968. Titulado por la ETSAM en junio de 1975, fue becario del Programa de Formación de investigadores de CSIC bajo la dirección de D. Fernando Chueca Goitia. Fue nombrado Consejero Delegado del Consorcio Urbanístico del Pasillo Verde Ferroviario (CUPVFM) en junio de 1989. Se le ha considerado uno de los grandes maestros del urbanismo moderno y social. Actualmente es arquitecto en ejercicio liberal en "AyF. Arquitectos".
Aparte de por su aparición en numerosas tertulias radiofónicas, es muy conocido por su faceta de novelista. Recientemente prologó el Best Seller «Conspiración», sobre el mundo de Goya (ed. Akal) de Lian O'Conally Paummell, y ha publicado una novela sobre Felipe II y el asesinato de Escobedo que trata muy directamente sobre la relación de El Escorial con el Templo. Mi artículo publicado en la revista del Colegio de Arquitectos ha podido contribuir modestamente a su magnífica prosa histórica, especialmente al vibrante enfrentamiento entre el rey y su arquitecto por las trazas de El Escorial. Es también un gran experto en la relación entre la masonería y la arquitectura. |
Ipso, tantummodo ipso, Novum Templum exstruendus erat, quam ob rem ipse potens facturus esset et, eius gratia, Philippus II novus Salomon Rex [él, y sólo él, consegiría construir el Nuevo Templo y por eso sería poderoso. Felipe II sería un nuevo Rey Salomón gracias a él.] [...] «Nuestro rey es el nuevo Salomón y a él corresponde unir el mundo bajo una sola religión y una sola Corona»
«Las piedras que están aquí duermen, están tranquilas, ya han pasado su dolor [...] he dispuesto que la piedra se labre en cantera y la traigan ya tallada. Con ello se tienen varias ventajas, y no es el silencio la menor de ellas»
Entonces me mostró un libro, De res salutae monumenta, donde, bajo la firma de Benito Arias Montano se veía al rey Salomón estudiando en un plano las trazas del Templo de Jerusalén. Cuál no fue mi sorpresa al ver que la cara de Salomón era la de nuestro rey don Felipe y que los planos del Templo eran los de El Escorial que había dibujado Herrera y que yo había visto poco antes en el gabinete de dibujo que estaba a mis espaldas.
-¿Y cuál es ese papel especialísimo de nuestro Rey? -pregunté intrigado.
-Has de saber, Diego amigo, que el rey Felipe es el nuevo Salomón, hijo del nuevo rey David que fue su padre el difunto césar Carlos -dijo con un extrano brillo en los ojos-. Por ello mi obra no es de arquitectura, aunque así lo parezca ante todo el mundo. Mi trabajo forma parte, y no menor, de un proyecto político: la construcción del Templo para el nuevo orden de los tiempos, y en esa misión la arquitectura no es más que un mero instrumento, bien que majestuoso. Soy arquitecto en la tarea de la fundación del tercer Templo, del templo soñado y prometído, y esa es una tarea polítíca. Tal edificio será el altar del nuevo tiempo, del tiempo del poder de Felipe II como Rey del Mundo, el monarca que ponga fin a la edad de las guerras y del pecado. El Escorial no es un edificio, es un símbolo, el símbolo del poder absoluto, del poder del Rey que sabe el nombre de Dios y por ello oficia ante Él en mayor proximidad, que la del Sumo Sacerdote. Por ese poder y el uso de ese instrumento Felipe acabará con la herejía luterana, con los mahometanos y con los demás infieles y unirá todas las coronas bajo un único cetro, realizando así el sueño de la Roma cristiana y señora del mundo que ni Carlomagno ni el emperador don Carlos alcanzaron a ver conformado. Felipe continuará la obra de su padre y la llevará al cumplimiento de la profecía y yo soy su hombre en ese proceso tan singular. ¿Comprendes ahora que en este momento histórico de responsabilidad, ante el destino que nos marcaron los sueños de Ezequiel, no puedo flaquear en mi tarea?
-Herrera, he estado estudiando estos dibujos de Palladio para la Basilica y creo que tú también deberás estudiarlos. Me interesa su solución de la nave; creo que el edificio ganaría en dignidad trabajando la planta como cruz romana y haciendo larga la nave principal. Lo he hablado con Benito Arias y él también cree que debe ser así. ¿Tú qué piensas?
-Señor, vuesa merced sabe lo que creo al respecto. Desde que Villalpando os trajo sus dibujos no creo que haya habido mejor criterio para construirlo que el profeta Ezequiel, durante su exilio en Babilonia, soñó por obra de Nuestro Señor y que el Concilio de Trento define como verdadero. El sueño de Ezequiel, que es la Palabra del Señor, bien claro dice que el Templo será cuadrado, de quinientos codos de lado y ambos iguales. Es cosa de judíos y protestantes esforzarse en desear la nave basilical, por cuan así se acercan al templo de Herodes y al primero de Salomón.
-Herrera, tú sabes que Dios no puede idear dos cosas diferentes para el mismo edificio y, como dice Arias Montano, los tiempos construidos, el de Salomón y el de Herodes, que fueron ciertos no eran como Ezequiel sueña, y por ello hay que entender esa vision como una referencia ideal que hace a un edificio suntuoso para manifestar el poder de Yahvéh. Dice Arias que las medidas del templo soñado no son más que complementos a considerar para, reconstruir el templo de Herodes, el verdadero Teplo.
-Señor -dijo Herrera indignado-, ¡esas son mentiras de marranos y luteranos... y también de muchos jesuitas! Cuando me hice cargo de las obras conseguí corregir, gracias a vuestra venia, los graves errores que se contenían en las trazas ya cimentadas. Vuestros anteriores arquitectos, usando textos bíblicos falsos y judaizantes, os hicieron creer que era bueno lo que os proponían porque os escondían su verdadera fuente: el Libro de las Medidas de la Misnah y los repugnantes escritos del incierto Flavio Josefo. Por gracia de vuestro permiso paré todo eso y suprimí las torres
centrales y las del presbiterio y modifiqué la planta de la nave para cerrar el cuadro con la Biblioteca. Las dos torres hacen el signo de Jakim y Boaz, y ello en recuerdo necesario a las dos columnas del pórtico de la entrada del verdadero Templo. Vos sabéis mejor que yo que las cosas han de ser así. Hacer caso a Arias y a su templo de Herodes, la obra de un infame servidor de Roma, no es mas que perseverar en su empeño de postergar vuestro poder. Trento lo ha dicho: ¡el Templo es cuadrado, es mágico y pertecto! Es sueño de razón y Dios lo dictó a Ezequiel para que el nuevo pueblo elegido recobrara su poder cuando un monarca sabio hiciera real lo que entonces dispuso. ¡Vos tenéis la obligación, y permitidme en mi modestia que os la recuerde, de conducir al mundo hacia ese destino, y ello nos obliga a todos a seguir el dictado de la profecía!
El Rey escuchaba callado. Miraba a Herrera tan fijamente como tenía costumbre, pero Herrera le correspondía con una mirada más encendida aún que las que nunca había visto en mi amigo. Era una pelea silenciosa entre dos espíritus, uno que se sabía poderoso por su influencia y el otro que no lo era tanto pese a su apariencia, pues no de otra manera se podía entender el atrevimiento de Herrera con el Rey.
-¡Esto es basura que atenta contra vuestra dignidad y nuestro proyecto! -continuó Herrera arrojando los dibujos al suelo ante la mirada imperturbable del Rey Sólo un reflejo de miedo descompuso su gesto un brevísimo instante. Haciendo un esfuerzo por calmarse, Herrera miró fijamente a don Felipe y prosiguió-: Los amigos italianos de Prado, ese jesuita traidor, vuelven a la carga con sus visiones judaizantes. No habéis de preocuparos por eso, señor. Vuestro poder es mayor que el de esa compañía de curas que fundó el vizcaíno de Loyola y que bien infestada está de judíos y de herejes encubiertos. Recordad desde ahora que siempre servirán antes al Papa que a vos, y de sobra sabéis que el sumo sacerdote también se enfrentó a Salomón por la construcción del Templo. También los
levitas temieron de Hiram, el arquitecto de Salomón, como ahora los jesuitas temen de nosotros, vuestros más fieles servidores. -Herrera se iba excitando otra vez mientras don Felipe lo escuchaba con toda atención, con la boca ligeramente entreabierta y sus ojos azules perdidos en la nada-. ¡El Rey Salomón prevaleció sobre el sumo sacerdote al igual que vuestra corona estará más alta que la de Roma! Confiad en mí y en mis amigos, porque nuestra vida y nuestras artes están al servicio de vuestros designios y nada faltará para que se concluya... ni siquiera oro, por mucho de él que necesitéis para pagar las obras y reducir a los que se os resisten.
-Bien sea, Herrera -respondió el Rey recuperando la habitual inexpresividad de su rostro-. Sigue con tus trazas y apareja con presteza solución cumplida a las obras necesarias. Es menester que termines esa basílica, pues en ella está el centro del poder de esta fábrica. ¡Y date prisa!
«Algunos le decimos a Felipe que él es el nuevo Salomón y él se lo cree; se lo cree tanto que incluso juraría bajo tormento que a él, y sólo a él, le corresponde ese destino mesiánico» [...] «está convenciendo al Rey de que tal palacio, o monasterio, o lo que sea, es ni más ni menos que el nuevo Templo de Salomón, símbolo del poder universal de don Felipe y de su triunfo sobre infieles y herejes» [...] «Herrera tiene razón al adularte diciendo que si él [Carlos V] fue el nuevo rey David, creador de un imperio al unificar las tribus de Israel, tú eres el nuevo rey Salomón, y a ti te compete formar un imperio aún mayor y mantener en él la paz que aún no tienes en tus tierras» [...] «El nuevo rey Salomón está llamado a ser instrumento del poder divino, y por ello no ha de extrañar que Dios ponga en sus manos un instrumento que antes no había puesto en manos de otro» [...] «Todo celebra el nacimiento de un nuevo tiempo. ¡Por fin se levanta el tercer Templo y con él el principio de nuestro poder!»
-Benito, yo también te tengo aprecio pese a no estar de acuerdo contigo en muchas cosas -volvía a ser el zorro seductor que yo bien conocía-, y por eso te ruego que no te dejes engañar, te ruego que vengas con nosotros y seas principal en nuestras filas. Ven a fundar el nuevo Templo conmigo y mis canteros. ¡El verdadero imperio está en esta fundación!
-También en eso te equivocas, Juan. No estáis construyendo el tercer Templo en El Escorial, ni Felipe es el nuevo rey Salomón. -La voz de Arias Montano resonaba ahora en la estancia con un eco solemne que nos hacía a todos escucharle con la máxima atención-. El tercer Templo no se profetizó para ser construido con piedras ni maderas. La profecia de Ezequiel, con la que tú obras para construir esta casa, no es más que eso, una visión, una alegoría, un discurso simbólico, no las instrucciones para una obra en el tiempo y en el espacio. Ezquiel no propone en su sueño una visión profética que sirva, stricto sensu, de modelo a posteriores constructores. Lo que hace Ezequiel es proponer un modelo espiritual. El profeta anuncia el tiempo de las postrimerías y lanza unas claves de interpretación de contenido simbólico que más bien se refieren a la naturaleza de las relaciones entre los grandes conceptos, Divinidad, Sabiduría, Culto y Oración, que están en el fundamento de las relaciones de los hombres con Dios. Para Ezequiel, su templo es un escenario espiritual, no físico; es una tabla de referencias que hace a la jerarquía de las cosas y establece un sistema de equivalencias. El modelo de Ezequiel, que tú persigues pero no sabes interpretar, cuenta otras cosas, habla de la primacía de Dios, sobre los hombres, habla de la Sabiduría como medio para llegar a Dios. Los apologistas del Templo ideal que han entendido la visión en toda su hondura hablan de él como un edificio circular rematado con cúpula por cuanto lo que es esférico es más que perfecto y todo dista igual del centro, el punto de lo Absoluto. Quienes han entendido el discurso han sabido que la Sabiduría permite viajar del borde al centro y por ello han remedado la interpretación en clave de correcta interpretación analógica y simbólica. ¿Qué representa sino Santa Sofía, en Constantinopla, o la mezquita de Omar en Jerusalén, erigida sobre las ruinas del verdadero Templo de Salomón? Tú, sin embargo, propones una equivalencia perversa. Tu traza cuadrada en la basílica representa algo que no es divino; tú quieres la primacía absoluta del poder real y temporal sobre todas las cosas; tú estás engañando a don Felipe haciéndole creer que está llamado a ser el Rey del Mundo, cuando en verdad sólo es el soberano de uno de los reinos de la cristiandad, muy poderoso sin duda, pero tan efímero como todos los que en el mundo han sido.
-Señores, basta ya de charlas y teorías -Escobedo volvió a inte-
rrumpir la conversación-. No estamos aquí para que ustedes discutan
cuántos pies de largo o cuantos codos de ancho deben tener las construcciones de El Escorial. Aquí hemos venido por un asunto mucho
mas grave a mi juicio. Herrera debe poner fin al experimento, y si no... habrá de atenerse a las consecuencias -concluyó amenazador. [...]
-Tu habilidad como arquitecto está ya más que demostrada y no necesitas navegar por aguas tan turbias como las que te ha descubierto Fioravanti. La excelencia de tu mejor obra no debiera quedar preñada por la muerte que hoy se alberga debajo de ella. Piensa que yo también he venido aquí a colaborar en un gran proyecto, como tú, y que nuestra tarea en esta obra conduce a la construcción de un aparato de conocimiento y no a la construcción de un símbolo siniestro.
«Felipe II ha creado un mundo de falsedad sobre el que se alza su figura disfrazada de rey Salomón [...] La noche de ese día señalado, cuando todos hubieran abandonado la celebración oficial, Herrera y los maestros canteros enterrarían su última piedra, la piedra negra. A tal fin decidieron donde debían hacerlo. Herrera les explicó que al igual que el edificio sería siempre obra del Rev, ellos debían señalar para los tiempos venideros su trabajo en tal obra, de manera que aquella piedra negra del maestro quedara para la posteridad como su firma en la construcción. La enterrarían en el Templete que se alzaba en el centro del Patio del Monasterio, en mitad del claustro grande, debajo de los cuatro Apóstoles y en medio de las fuentes que brotaban de dicho templete a imagen de los cuatro ríos que salen del Paraíso. Así lo hicieron. [...] Se levantó de la mesa y se acercó a la ventana. Desde allí dominaba el claustro del Monasterio, en cuyo centro se hallaba el Templete. A los monjes nunca les gustó. Decían que era profano y ajeno al recogimiento propio de su regla, que un patio con fuentes y parterres era impropio de la orden jerónima. Nunca sabrían que a sus pies, entre los Evangelistas, en el corazón mágico de España, dormiría para siempre el oro del arquitecto, la piedra del diablo.»
"Pero tanta perfección supo valorarla Arias Montano, que convenció al Rey para hacer de la Basílica la expresión de un nuevo Templo de Salomón, colocando en su fachada las seis efigies de los reyes de Israel al tiempo que otros definían al Monasterio de El Escorial como la Octava Maravilla del Mundo. [N. 25: Cfr. Cabrera de Cordón [sic], L.: Felipe II, II, pp. 386-390. «El de San Lorenzo aumentó su reputación en toda la redondez de la tierra, como la de Salomón su templo, mayor cerca de los extraños, que alababan su piedad, religión y prudencia, en que de razón congruente eceden los reyes a los demás hombres, pues entre tantos fueron escogidos de Dios para ser gobernadores dellos»]".
("La arquitectura de Felipe II" en Felipe II y el arte de su tiempo, p. 504, Madrid, Fundación Argentaria, nº 8, 1998) |
Fernando CHECA CREMADES
Es aquí donde aparece la alusión salomónica [en Excelencias de la Monarquía..., de López Madera, 1597]. El rey de la Biblia es considerado como el personaje sabio por excelencia y es continuamente comparado con Felipe II. Según López Madera fue Salomón quien dijo que el rey justiciero y sabio debía estar armado [...] de igual manera, el cuadro de Lucas de Heere que representa a Felipe II como Salomón es el mejor ejemplo que poseemos de esta idea del rey como Sabio y Justiciero [...] La Reina de Saba, que preside un cortejo que ofrece obsequios a Salomón, quizá simbolice a los territorios bajo el dominio hispánico, representado en la figura real del Felipe II-Salomón.
A lo largo de los años de la construcción no sólo comenzó a elaborarse una mitología en torno al mismo (que lo consideró como la «Octava maravilla del mundo» o un nuevo «Templum Salomonis»), sino que además el programa fue adquiriendo una complejidad cada vez mayor [...] Es éste uno de los temas habituales de la discusión historiográfica en torno al edificio, para el que se han señalado los más diversos orígenes: el Templo de Salomón, la arquitectura hospitalaria española e italiana, el templo de Diocleciano en Spalato, el convento de los benedictinos en Catania... Pero el precedente más inmediato y que probablemente Felipe II y sus arquitectos tuvieron en cuenta debió ser la arquitectura monástica medieval.
Fue a través del propio lenguaje arquitectónico como procuró cristianizar una cultura que, como la renacentista tenía tantos vínculos con el mundo de una Antigüedad anterior a la llegada santificadora de Jesucristo. Es desde este punto de vista desde el que hay que comprender escritos como el Discurso de la figura cúbica de Juan de Herrera, o el tratado sobre el Templo de Salomón que escribirán bajo los auspicios reales, los jesuitas Prado y Villalpando, así como la polémica salomonista entre éstos y Arias Montano [...] y no duda [el padre Sigüenza] en comparar la imagen de Felipe II que estuvo en «alta meditación y en un éxtasis soberano» durante la misa, con «otro Salomón», dando gracias a Dios por haberle permitido ver acabada la grandiosa fábrica de la Basílica [...] Frente al sentido salomónico que adquieren otras partes del edificio -como la fachada de la Basílica o las pinturas al fresco de la Celda del Prior-, o la importancia de los elementos del Antiguo Testamento, los aspectos de la teología católica contrarreformista predominan en este importante espacio [el claustro grande] [...] La Celda Baja del Prior, alrededor de la escena del Juicio de Salomón, obra de Francisco de Urbino [...] alude a un tema capital para la comprensión de El Escorial como es el de la Sabiduría asociada con Salomón, que ahora no se refiere tanto a Felipe II como a la sapiencia que debía adornar al prior que habitaba esa celda [...] La referencia a la Sabiduría se complica con la aparición [de un cuadro en esa misma habitación] que representa a un sacerdote del templo con un niño[...] Llama nuestra atención la presencia de elementos iconográficos vinculados al Antiguo Testamento. Recordemos que el elemento central es el Juicio de Salomón y que en algunas de las pequeñas figurillas que acompañan al conjunto es manifiesta la presencia de sacerdotes del Viejo Templo [...] Comenzaba entonces el mito y la leyenda -de diversos colores según el autor y la época- del Rey Prudente, del nuevo Salomón que encarnaba uno de los momentos estelares de la historia europea.
Además, ésta [la imagen alegórica del monarca] cumple con el requisito de estar basada en la religión cristiana (otra vez la cristianización de la Antigüedad, mediante el recurso de la retórica cristiana), ya que este «retrato digno» no es otro que el de «Salomón, aquel celebratísimo Rey, con quien lo comparo, y aun con un Plus Ultra, diciendo Ecce Plus quan Salomon hic. Mira a éste, más que Salomón» [...] fray Alonso establece una serie de similitudes entre David y Carlos V y Salomón y su hijo Felipe [...] como es lógico, la comparación con Salomón culmina con una referencia a El Escorial, en la que se establece un claro paralelismo entre el edificio y las maravillas del mundo [...] En el sermón predicado por Lorenzo de Ayala en Valladolid, a la vez que se recurre una vez más al tópico de la comparación entre Carlos V y David [...] El edificio y su promotor fueron objeto de intensas discusiones y múltiples interpretaciones. El coste de las obras, [...] su relación con el Templo de Salomón."
Pierluigi CAROFANO
Fernando CHUECA GOITIA (Madrid, 1911-2004)
John H. ELLIOT
Juan ESLAVA GALÁN (firmando con el pseudónimo de Nicolas WILCOX) (Arjona, Jaén, 1948)
Profesor de Historia del Arte en la Universidad Complutense de Madrid. Actual director del Museo del Prado, comisario de la exposición "Felipe II, príncipe del Renacimiento" (1998) y uno de los mayores expertos del Renacimiento español y de Felipe II. Si bien no parece creer que la traza de El Escorial estuviera influida por la del templo hierosolimitano, sí constata el simbolismo adherido al edificio y al mismo rey, y sobre todo su presencia panegírica en las crónicas posteriores.
"Es en este contexto de desmesuradas aspiraciones en torno al significado del edificio done se sitúa la polémica acerca del sentido salomónico del monasterio [...] Pues, como en el monumento de Jerusalén, en el levantado en las cercanías de Madrid se pretendió crear una arquitectura perfecta, una estructura santa que sacralizara, desde el punto de vista cristiano, alguno de los dogmas intocables de la estética vitruviana [...] Pero desde nuestro punto de vista no nos interesa tanto el seguir los pasos de esta discusión, sino simplemente el señalar que la misma -es decir, la relación o no de El Escorial con el Templo de Jerusalén- ha influido en la imagen y en las interpretaciones historiográficas del mismo a lo largo de los siglos."
("Fortuna e infortunios de un edificio", en El Escorial, biografía de una época. La historia, p. 348, Madrid, MEC, 1986)
"Aunque sobre la idea de comparar el templo de Jerusalén con el Monasterio de El Escorial se ha fantaseado mucho, sí es cierto que desde los últimos años de su vida Felipe II patrocinaba una empresa editorial como la llevada a cabo por los padres Prado y Villalpando en Roma."
(Arquitectura del Renacimiento en España, 1488-1599, parte tercera: "El estilo clásico, 1564-1599"; con Victor Nieto y Alfredo J. Morales, Madrid, Cátedra, 1986)
"Si un rasgo caracteriza su protección de las artes es el de cristianización de la Antigüedad y la sabiduría del pasado. Así fue percibido ya por sus contemporáneos, quienes comenzaron a calificarle al final de su reinado de nuevo Salomón [...] aparecían teatros [en la entrada a Bruselas, en 1549] con representaciones de la Biblia o espectáculos en los que figuraba la relación de Felipe con Salomón, que más adelante se convertirá en tópica [...] Los arcos triunfales le recordaban de continuo la grandeza de su estirpe y especialmente la de su padre el Emperador a través de las consabidas alusiones a Hércules, a la historia de Salomón y David [...] El tema sucesorio se convierte en uno de los favoritos de estas entradas; y su ejemplificación a través de la historia de David y Salomón es de las más frecuentes.
(Felipe II mecenas de las artes, pp. 14, 81, 82, 202, 208, 267, 297, 356, 363, 441, 452 y 461 Madrid, Nerea, 1992). Premio al Libro Mejor Editado en 1992 y premio Nacional de Historia 1993.
"Osten Sacken señala el intento de comparar a Felipe II con el rey de Israel, fundador del Templo de Jerusalén, de igual modo que Felipe II habría fundado El Escorial. Tal artificio retórico permitía atribuir al rey español cualidades universalmente reconocidas a Salomón, recordado en la Biblia como rey pacífico, sabio, dedicado al buen gobierno y al aumento de las riquezas de su reino, dotes todas ellas que cualquier soberano debría poseer [Primer Libro de Reyes, III, 1-14]."
(Pierluigi Carofano, "Francisco da Urbino y la decoración de la celda del prior", en Los frescos italianos de El Escorial, coord. Mario Di Giampaolo, p. 99, Electa, Patrimonio Nacional, Madrid, 1993)
Dr. Arquitecto. Acabó la carrera de Arquitectura en Madrid, en 1936, orientándose hacia la investigación. En 1947 publicó Invariantes castizos de la arquitectura española, a los que siguieron La catedral de Valladolid (1947), La arquitectura del siglo XVI (1953), Andrés de Valdelvira (1954) y muchos otros. Como arquitecto cabe mencionar la Casa de las siete chimeneas (Madrid), el Zoco de Alcazarquivir (Marruecos), el Pueblo Español (Mallorca), sus diferentes proyectos para la ampliación del Museo del Prado o la terminación de la catedral de la Almudena en Madrid (1950-93). Catedrático de Historia del Arte y de Historia de la Arquitectura de la Escuela Superior de Arquitectura (Universidad Politécnica de Madrid), Académico de la Historia y de Bellas Artes. Decano del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid, al que salvó en la peor crisis de su historia gracias a su talante liberal.
Fue uno de los mayores expertos en El Escorial, y de los pocos investigadores (junto con Zuazo y Javier Ortega) que se han atrevido a proponer una tesis arquitectónica original (no púramente simbólica) sobre el origen y la evolución de la traza escurialense.
"Deja solo resplandeciente el templo, santuario de la divinidad, pero no asamblea de los fieles. Una vez más, Felipe II se incorpora a la tradición más arcaica, más cerca del Templo de Salomón que de la asamblea de Cristo."
(Casas reales en monasterios y conventos españoles, p. 135, Madrid, Xarait, 1982)
"Miraba por una parte al pasado más remoto, incluso a esa reconstrucción del Templo de Jerusalén, que tanto le sedujo [...] Después de la cautividad de Babilonia, la profecía de Ezequiel era el anuncio de del futuro Reino de Dios. Después del gravísimo cisma de la Reforma luterana, El Escorial era la visión ideal de la iglesia restaurada[...] Los seis reyes simbolizan la restauración del Templo por antonomasia y todos ellos, monumentales y fastuosas, están allí porque todos ellos tuvieron parte en la edificación o restauración del Templo de Jerusalén. No es pues su presencia una glorificación de la monarquía hebrea sino de la Casa de Dios [...] Lo importante es que Felipe II tenía la conciencia íntima de estar resucitando el Templo de la Antigua Ley [...] "
(El Escorial, piera profética, pp. 11, 19 y 36, Madrid, Instituto de España, 1986)
"Quiere reencarnar la ley mosaica manteniendo el espíritu arcaico de los Reyes de Israel. Góngora le llamó Salomón II, y el Monasterio participó de las ideas del padre Villalpando, de su reconstrucción del Templo de Salomón, tal y como aparece en su libro sobre las Profecías de Ezequiel. En la fachada principal del templo, en lugar de otras imágenes, Felipe II colocó las estatuas monumentales de seis Reyes del pueblo hebreo."
(Historia de la arquitectura occidental, t. V: Renacimiento, p. 271 y 277, Madrid, Dossat, 1988)
"Pero ¿cómo podía saber Villalpando cómo era el Templo de Salomón? Lo sabía porque había visto algo muy similar, ya que la planta del Templo de Salomón se asemeja enormemente a la de El Escorial. La similitud no puede sorprendernos, ya que Villalpando era alumno de Juan de Herrera [...] Al tomar El Escorial como modelo, Villalpando está honrando a su maestro [...] No es seguro si el mismo Herrera concibió El Escorial como una versión moderna del Templo de Salomón, y ello ha sido ampliamente debatido. Pero una vez construido no podía escapar a la comparación, y se da el caso de que Fray José de Sigüenza, el gran historiador contemporáneo de El Escorial, dedica todo un Discurso de su historia a la comparación de los dos edificios [...] el Templo de Salomón se convirtió en punto de referencia obligado para El Escorial, llenándolo de significado y simbología. La simbología resultaba aquí especialmente apropiada, puesto que el Rey Prudente tenía todas las características de un Salomón contemporáneo. El Escorial era la residencia del Rey Salomón español y ésta era precisamente la imagen nacional e internacional que se había ido forjando y que estaba latente al final de la vida de este gran rey [...] Para la primera generación de españoles que vivió bajo la pesada sombra del edificio, verdaderamente era el templo del Salomón español".
("El Escorial, símbolo de un rey y de una época", en El Escorial, biografía de una época. La historia, p. 15, Madrid, MEC, 1986)
Licenciado en filología inglesa en Granada, se doctoró en 1983 en Filosofía y Letras con una tesis sobre historia medieval. Es consejero del Instituto de Estudios Giennenses. Historiador, ensayista y traductor, obtuvo el Premio Planeta en 1987 por «En busca del unicornio». Sobre el tema, había publicado antes «El enigma de la Mesa de Salomón» (Mártínez Roca, Barcelona, 1988).
Como Wilcox, habría nacido en Lagos, en 1938, y se habría graduado en historia por Oxford. Según la solapa, se trataría de un gran admirador de España, donde pasaría largas temporadas en la sierra de Cazorla. Habría viajado por todo el mundo como reportero free lance y como productor de la BBC. Curiosamente, en la página 178 se permite la divertida frivolidad de asesinar al personaje Anastasio Cifuentes, claramente basado en él mismo (pp. 73s).
El «best-seller» (¿?) que aquí tratamos es el típico caso de literatura pseudo-histórica que explota el lado esotérico del Templo de Salomón, que tanto daño hacen a nuestra tesis de un Escorial basado en las fuentes históricas del Templo de Jerusalén, lejos del mundo mágico. Debo el hallazgo de este libro a Juan Vacas y a Rosa Collado, y el reconocimiento de su autor a Quino y Emalagon, de Jaén (la historia completa en Amazon.
"El rey Felipe II de España conoció la historia de la Mesa de Salomón y del códice templario, y considerando que ambos le pertenecían, se empeñó en dar con ellos. Estaba obsesionado con la idea de reproducir fielmente el Templo de Salomón, la arquitectura sagrada, en su monasterio de El Escorial. Durante muchos años empleó en la investigación a dos sabios jesuitas, Juan Bautista Villalpando y Jerónimo de Prado [...] No es muy conocido que Arias Montano perteneció a una sociedad secreta denominada «Los Hijos de Dios», una sociedad secreta cristiana y a lo que parece ortodoxa que se interesó por los estudios bíblicos a un nivel entonces desconocido [...] «Los Hijos de Dios» tenían relaciones, sobre las bases de su mutuo interés en la Biblia y en el legado del rey Salomón, con otra sociedad judía más antigua denominada «Tadea Tecta», es decir, «Lámpara Tapada». No es seguro que Felipe II perteneciera a «Los Hijos de Dios», pero desde luego estaba tan interesado como ellos en el legado salomónico; este monasterio es la prueba. Su deseo era reconstruir el Templo de Salomón a partir de Ezequiel y Verginus."
(Nicholas Wilcox, La lápida templaria, p. 283 y 378, Planeta, Madrid, 1997)
Arquitecto y catedrático de la ETSAM de Madrid. Directos de las revistas Arquitectura viva y A&V, así como de la sección de arquitectura del diario El País. COnferenciante asiduo en Europa o América, miembro del comité Científico del XIX Congreso de la Unión Internacional de Arquitectos y del Consejo de Redacción de la revista californiana Design Book Review, ha sido también comisario de exposiciones, asesor editorial, y jurado en importantes concursos nacionales e internacionales. |
Jorge FERNÁNDEZ-SANTOS ORTIZ-IRIBAS
Becario en la Universidad de Cambridge, se ha especializado en el madrileño Juan Caramuel y su «Arquitectura Civil Recta y Oblicua» |
No pienso entrar demasiado en comentar este tipo de libros de fuertes tintes esotéricos. Sin embargo, no me duele reconocer que Atienza propuso antes que yo la misma tesis de la modulación de El Escorial en una trama de 19x15. Sin embargo, como ya he explicado en otro sitio de estas páginas, este hacer compositivo basado en la modulación (tan propia del renacimiento vitruviano) se explica mejor sin tanto ocultismo. Yo la he podido comprobar en la adición y combinación de la trama modular del Templo de Jerusalén, y no en una cadena de construcciones esotéricas que se remontaría a la arquitectura del prerrománico asturiano. |
Profesor de la Universidad Complutense de Madrid |
Obtuvo el Premio de Bibliografía de la Biblioteca Nacional en 1997 por La "librería rica" de Felipe II, estudio histórico y catalogación (Madrid, Ediciones Escurialenses, 1998). También ha publicado El aprendizaje cortesano de Felipe II: la formación de un príncipe del Renacimiento (Madrid, Sociedad Estatal, 1998). |
Distinguido hispanista, doctorado por la Universidad de Oxford, ha enseñado en varias universidades de Inglaterra y de Estados Unidos. Miembro de la Royal Historical Society de Londres. Actualmente es profesor de investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, de Barcelona.
"Es improbable que las ideas ocultistas interviniesen conscientemente en los planes, o que el Rey haya tenido alguna intención de recrear el antiguo templo de Salomón". |
George KUBLER (Los Angeles, 1912-1996)
El renombrado hispanista George Alexander Kubler vivió en Francia y Suiza, hasta que en 1929 recaló en Yale, desde donde escribió numerosos estudios sobre la arquitectura española y portuguesa de los siglos XVI al XVIII.
"Siempre que un rey construye, surge el recuerdo de Salomón [...] la estatua que representa al rey bíblico [...] fue una idea tardía, anterior a 1580, pero ausente del primitivo dibujo herreriano de la fachada [...] la idea de los seis reyes bíblicos no halló expresión hasta el momento en que se encargó su talla a Monegro. Igualmente posterior a la edificación de El Escorial es la lujosas publicación (1598-1604) de un estudio que reconstruye con mucha imaginación el Templo de Jerusalén". |
Fernando MARÍAS (Madrid, 1949)
Estudió historia del arte en la Universidad Complutense de Madrid. Ha sido becario y profesor visitante, entre otras instituciones, del CSIC, Fundación Getty, Harvard y CASVA (Washington). Actualmente es catedrático de Historia del Arte de la Edad Moderna en la Universidad Autónoma de Madrid. Ha escrito más de un centenar de artículos y libros especializados, especializándose en el renacimiento toledano y El Greco, así como en Las Medidas del Romano de Sagredo y Las Meninas. |
Noemí MARTÍNEZ LARGO
Antonio MARTÍNEZ RIPOLL (Murcia, 1947)
"Para entender mínimamente esta obra hay que conocer la mentalidad de Felipe II, y lo que quiso reflejar en ella, proponiéndose levantar un conjunto comparable a las grandes obras de la Antigüedad, que fuera ejemplo para sus contemporáneos y referencia obligada en el futuro [...] El Patio de los Reyes recibe su nombre de las seis estatuas de reyes del Antiguo Testamento: Josafat, Manasés, Josías, Ezequías, David y Salomón, realizadas por Juan Bautista Monegro, como alusión a la construcción de un nuevo Templo de Salomón y a su artífice , Felipe II, teniendo esta última construcción muchas semejanzas con El Escorial".
(Monasterios de España, pp. 189-190, Madrid, Agualarga, 2000)
Doctor en Filosofía y Letras, catedrático de Historia del Arte de la Universidad de Alcalá de Henares (Madrid) y académico de la RABA de San Fernando y de la de Alfonso X el Sabio. Ha ido oscilando desde un salomonismo más o menos convencido, con aportación del conocimiento entre la disputa de dos bandos salomónicos (los biblistas italianizantes representados por Villalpando y los menos ortodoxos aflamencados cuyos mayores exponentes fueron Montano y Sigüenza), al convencimiento de que lo buscado no era el templo salomónico, sino la Jerusalén Celeste.
"Precisamente, su erección [la de El Escorial] fue la causa más o menos tácita que originó el polémico debate sobre la reconstrucción del Templo de Salomón entre Benito Arias Montano y los jesuitas Jerónimo del Prado y Juan Bautista Villalpando [...] Al rey Felipe II se le consideró, con o sin razón, un nuevo Salomón y a su magna obra arquitectónica se la vio como un nuevo Templo de Salomón".
("Pablo de Céspedes y la polémica Arias Montano - Del Prado y Villalpando", en Real Monasterio-Palacio de El Escorial. Estudios inéditos en el IV Centenario de la terminación de las obras, pp. 135-156, Madrid, CSIC, 1987)
"El Escorial movilizó en su torno -propiciados por el mecenazgo real de Felipe II- una serie de ensayos de reconstrucción del prototipo jerosolimitano del Templo de Salomón [...] ¿Cómo sino explicar convincentemente el conocimiento que el rey demostró del arquetipo jerosolimitano presentado por Villalpando, y que le sugirió la corrección y variación de varios elementos? [...] La Idea que informó el diseño o traza universal plasmada originalmente en El Escorial, y no cambiada en lo fundamental, fue la "descripción que hace la Sabiduría de la Santa Jerusalén" sugerida por el mismo Rey Felipe II a sus colaboradores, ejecutada por mano de su primer arquitecto Juan Bautista de Toledo".
("La controversia sobre la reconstrucción del Templo de Salomón entre Arias Montano y los Jesuitas Del Prado y Villalpando", en Fe y sabiduría. La Biblioteca, pp. 53-75, Madrid, Patrimonio Nacional, 1986)
"Nuestra hipótesis de trabajo potencia el simbolismo mesiánico de El Escorial y su sentido apocalíptico [...] potenciando con ello no tanto la idea esotérica del Monasterio como Nuevo Templo de Salomón (lo que ya no nos convence) cuanto su concepción y valoración escatológica como una nueva Jerusalén Celeste en la Tierra [...] El Escorial no es el Templo de Salomón, sino la Ciudad Santa de Jerusalén en la Tierra. Felipe II construyó aquí un centro microcósmico en espera de la llegada del día del Juicio, para que su padre, el último emperador ungido, consagrado y coronado, pudiera cumplir con el requisito de subir a la montaña del Calvario o al Monte de los Olivos, para hacer entrega a Dios de sus símbolos y atributos de poder".
("El Escorial apocalíptico, o la Jerusalén Celeste en la Tierra", en El Monasterio del Escorial y la Arquitectura, Actas del Simposium, Instituto Escurialense de investigaciones históricas y artísticas, El Escorial, 2002, pp. 81 y 98.)
Uno de los más conocidos novelistas irlandeses actuales, experto hispanista especializado en Ilustración y creador de numerosos best-sellers. Se doctoró en la Universidad de Cambridge con una interesante tesis sobre la infancia de doña Begoña de Lucientes, tía de Goya y sorda como él. De alma bohemia y viajera, vivió durante 15 años en Madrid, donde se dedicó principalmente a devorar todos los libros sobre templarios que cayeron en sus manos y a saborear la vida nocturna madrileña. Ya recogido, vive entre Madrid y Zamora con una bella española. |
Juan Antonio RAMÍREZ DOMÍNGUEZ (Málaga, 1948)
Estudió arte en las facultades de Filosofía y Letras de Murcia y Complutense de Madrid. Catedrático de Historia del Arte en la Universidad de Málaga, Salamanca y actualmente en la Autónoma de Madrid, ha desarrollado su actividad docente e investigadora en diversas universidades españolas y extranjeras (Warburg Institute en Londres, Columbia University en NY, Université de París IV y The Getty Center en LA). Gran experto en cuestiones salomónicas, especialmente en el estudio de las evocaciones del Templo en la pintura y arquitectura. |
Javier RIVERA BLANCO
Palentino, de raices leonesas y vallisoletanas, es Doctor y Profesor de Historia del Arte en la Universidad de Valladolid. Gran experto en el arte de los siglos XVI y XVIII en Castilla y León, especialmente en la arquitectura cortesana).
"Así pues y como está probado, a Juan Bautista de Toledo se debe la disposición general del cuadro laurentino y «cuando un edificio tiene una referencia simbólica, ésta viene generalmente reflejada en el trazado de su planta, que es lo que principalmente determina su carácter», por lo que no se puede enajenar de la búsqueda gráfico-estética de la representación de El Escorial como el Templo de Salomón".
Rivera señala como en la «Regole di Architettura di Bartolomeo Ammanati e Giuseppe Valeriano», publ. por Antonii Possevini Mantuani, S.I., Bibliotheca selecta de Ratione Studiorum, Venetiis, MDCII (1603), vol. II, pp. 286-291, en el capítulo XVII: «An aedificandi ratio petit debeat ex uno Vitruvio. Nun item ex Salomonici Templi, quae olim extabat, extructura» tiene una alusión a Juan Bautista de Toledo como arquitecto de Felipe II.
"Así nacieron esas piedras y maderos cada uno de los cuales proclamaban al fundador [...]el centro de sabiduría porque era un nuevo Salomón y un hombre del humanismo [...] Un Vaticano Ibérico que es a la par la summa de los conocimientos de la época, el símbolo de la Contra-Reforma, la recreación de un nuevo Salomón y el punto de inflexión de la cúltura hispánica desde el Renacimiento al Barroco".
(Juan Bautista de Toledo y Felipe II. La implantación del clasicismo en España, pp. 43, 64, 289 y 359, Valladolid, Universidad de Valladolid, Departamento de Historia del Arte, Caja de Ahorros Provincial de Valladolid, 1984)
("Architecture and magic. Considerations to the Idea of the Escorial". En Essays on the History of Architecture, presented to Rudolf Wittkower, Londres, Phaidon, 1967; ed. esp. "Arquitectura y magia. Consideraciones sobre la idea de El Escorial", en Traza y Baza, 6, pp. 5-62, Barcelona, 1976. Ed. post. Madrid, Siruela, 1992) |
Cornelia VON DER OSTEN SACKEN (1950-1982)
Santiago SEBASTIÁN LÓPEZ (Villarquemado, Teruel, 1931 - Valencia, 1995)
Investigadora alemana, presentó su tesis doctoral en la Universidad de Munich sobre el significado profundo de El Escorial.
"Llama la atención que la mayoría de los cronistas recurran al tópico de «Felipe II, el nuevo Salomón» y «El Escorial, el nuevo Templo Salomónico». No se sabe en qué año apareció este lugar común ni quién lo empleó por vez primera, pero está presente desde las primeras crónicas conocidas; así por ejemplo, en la «Descripción» de Juan Alonso de Almela (1594) y en las «Memorias» de Fray Juan de San Jerónimo (1591). Mientras que en algunos relatos el fundador y la obra son apostrofados sencillamente como «Nuevo Salomón», en otros encontramos comentarios prolijos. El más explícito es aquí también José de Sigüenza que, acontinuación de la historia de la obra y de su descripción, dedica todo un capítulo a comparar este edificio con otras construcciones famosas, principalmente con el Templo Salomónico [...] Hay muchos ejemplos de este tipo. Felipe II lleva el título de «rey de Jerusalén» [....] Los puntos de apoyo que permitieron a los contemporáneos ver al rey español efectivamente como un nuevo Salomón podrían ser los siguientes [resumimos]:
No se debe afirmar desde un principio que los mencionados rasgos comunes sean propios exclusivamente de El Escorial -existen algunos «eo ipso» entre esa «acrópolis político-religiosa» y la ciudad de Salomón en lo relativo a su unión de templo y palacio- ni tampoco que se trate de una idea consciente y deliberada por parte de Felipe II [...] Las [re]construcciones del Templo de Villalpando y Arias Montano surgieron, por así decirlo, a la vista de Felipe II y fueron financiadas por él [...] [Las semejanzas entre el Escorial y los alcázares de Siria] se deben al hecho de que los palacios de los omeyas, por su parte, tienen su origen en los campamentos fortificados que los romanos construían en sus provincias [...] En el único fresco figurativo de todos los recintos del convento nos encontramos al rey Salomón. Las celdas, el refectorio y la capilla del convento no tienen ninguna clase de frescos y las bóvedas de la sacristía y de la sala capitular están decoradas con frescos únicamente ornamentales (grutescos, rosetas y otros adornos), en el esquife de la bóveda de la habitación del prior de la planta baja del gran claustro está representado el juicio de Salomón [...] De la misma manera que el fundador emula a Salomón, así también el representante elegido por el fundador, el prior, ha de tener siempre el mismo modelo ante los ojos. También a él han de guiarle la sabiduría y la justicia [...] Donde más claramente se ve la intención del fundador de legitimarse como «Nuevo Salomón» es en la «galería de reyes» de la fachada de la iglesia [...] En vista de que estas seis estatuas sobre la entrada principal de la fachada occidental, aparte de la del santo titular San Lorenzo, constituyen el único adorno figurativo del exterior de El Escorial, hay que suponer que se les confiere gran importancia."
(San Lorenzo el Real de El Escorial. Studien zur Baugeschichte und Ikonologie, 1979; El Escorial. Estudio iconológico, pp. 119-136, Madrid, Xarait, 1984)
Licenciado en Historia de América en Sevilla y Madrid, doctorándose en Historia del Arte en la Complutense de Madrid. Se formó con Diego Angulo en el Instituto Diego Velázquez (Madrid, CSIC). Estuvo pensionado en Heidelberg (Alemania) y becado en Yale. Profesor titular de las Universidades de Valle (Cali, Colombia), Palma de Mallorca (desde donde dirigió la revista "Traza y Baza", tan importante en el desarrollo de la iconología en España), Barcelona y Córdoba. Finalmente fue director del Departamento de Historia del Arte en la Universidad de Valencia, ciudad donde murió. |
GUÍA VISUAL DE PINTURA Y ARQUITECTURA
GEO
Por otra parte, debemos reseñar en un capítulo aparte las muchas páginas en que se ha estudiado la posible relación con la obra de Villalpando, ya sea por su origen común salomónico o por su parecido formal, incluso salvando la diferencia de fechas entre ambos proyectos.
Moya creía posible la influencia por vía indirecta de las láminas del Templo de Ezequiel de Villalpando, cuyas primeras pruebas pudieron ser contemporáneas al monasterio. Como no parece posible que los alcázares sirios que tanto se parecen al Monasterio fuesen conocidos por los hombres de El Escorial, Moya explica las coincidencias por los orígenes tipológicos comunes de la arquitectura oriental. Los principios de El Escorial estarían en la imitación del Templo de Salomón, en su mejora y ampliación del Templo de la Visión de Ezequiel. El autor llega a insinuar que el estupendo y desconocido arquitecto que hizo los primeros diseños para el libro de Prado y Villalpando fuera el propio Juan Bautista de Toledo: "En ellas se ve una arquitectura muy interesante, sin precedente; pero que, observándola bien, puede serlo de El Escorial, antes que en éste apareciesen las «impurezas de la realidad», y antes también de que apareciesen los chapiteles y las pizarras" (Composición, p. 9). Pero el Monasterio no sería un modelo ideal no construido. Mientras Prado y Villalpando estudian un templo irreal y algo vacío, el rey, la corte y los jerónimos exponen las necesidades de las que proviene la realidad constructiva de Toledo y Herrera.
El arquitecto Hernández León cree que "comparada con la del Monasterio, la real o la de sus propuestas, la relación no deja de estar limitada a un similar esquema generador, de parecida importancia a los antecedentes tipológicos propuestos por Mor Moya o Zuazo".
René Taylor señaló que las fachadas tienen en ambos edificios una complicada superposición de órdenes de aire más plateresco que romano (Villalpando; ideas estéticas, p. 416-422). A los lados de la fachada, se dibujan unas logias adinteladas, que formarían un conjunto semejante al de la fachada Sur de El Escorial con la Galería de Convalecientes. El estilo muestra, en palabras de Taylor, una corrección casi académica, muy lejos de las estridencias y caprichos del manierismo inicial de Miguel Angel, Giulio Romano y Machuca. Taylor tenía claro que Villalpando no pudo influir en los diseños de Toledo, pero ello no quitaba que Felipe II estuviera interesado en el tema mucho antes. Incluso encuentra parecidos formales entre las dos plantas: "Si se suprimen los tres patios interiores del templo que miran hacia el oriente, nos quedamos virtualmente con el plano de San Lorenzo. El lugar que ocupa el santuario del templo es el mismo que ocupa la iglesia en el conjunto escurialense, y los patios restantes están también dispuestos de manera casi idéntica. Tal semejanza no puede ser accidental. Es probable que ya se había intentado años antes reconstruir el templo en sus líneas principales, pero que le cupo al jesuita elaborar el proyecto con todos sus detalles". En Arquitectura y magia (p. 30) sólo señalaba que los paralelismos con el arquetipo divino eran de naturaleza puramente simbólica: "Nunca se pretendió hacer una transcripción literal del divino arquetipo. Por lo tanto, sería inútil buscar en el texto bíblico una identidad de forma y dimensiones. No obstante, es evidente que existían ciertos paralelismos y el Padre Sigüenza cita algunos de ellos [...] La explicación más verosímil es que el parecido se debe a que ambos proceden de la misma idea básica, modificada en el caso de El Escorial por consideraciones prácticas".
Para Chueca, sin embargo, es más verosímil pensar en las influencias del monasterio sobre las trazas del Templo, que en lo contrario: "lo curioso es que el templo de Jerusalén según lo interpreta Villalpando tiene no pocos puntos de contacto con El Escorial, cosa no inverosímil, pues parece que el sabio jesuita pidió ayuda a Juan de Herrera para penetrar en el laberinto de las descripciones arquitectónicas del Profeta" (Piedra profética, p. 19).
Fernando Checa cree también que Villalpando "pretendía reconstruir la verdadera imagen del templo hierosolimitano, inspirándose ciértamente, y ahí están los grabados para demostrarlo, en el edificio escurialense" (Arquitectura del Renacimiento, p. 321).
J. A. Ramírez piensa también que los diseños del jesuita están influidos por la estética de Herrera, de quien había sido discípulo como arquitecto (Construcciones ilusorias, p. 120). También establece un cuidadoso estudio de la representación formal del libro de Villalpando y las «estampas» de Herrera, concluyendo con su intencionado parecido formal en cuanto a su representación gráfica, sobre todo "teniendo en cuenta que la primera idea no era publicar los tres inmensos volúmenes, sino un sencillo opúsculo literario que daría breves explicaciones a las excelentes láminas del templo (Dios, arquitecto, pp. 28s).
Para Osten-Sacken, las dos plantas se basan en la misma concepción ideal, que en el caso de El Escorial está adaptada a las necesidades prácticas, aunque se encuentran similitudes más allá de la planta: "Los dos edificios se levantan sobre altos muros de terraplenamiento divididos por nichos de arcadas, que en El Escorial no sobrepasan una medida realista y funcional y que, por el contrario, en Villalpando son tres veces más altos que la propia obra; la misma sucesión monótona de ventanas rectangulares en el piso del zócalo y en otros cuatro pisos separados por una cornisa; en El Escorial se suprime el quinto piso debido a los tejados de pizarra; el piso principal se continúa en Villalpando a ambos lados en columnatas, que en El Escorial se corresponden ópticamente con la galería de Convalecientes del Oeste. Las construcciones de cimentación sobre las que se asienta el jardín de los monjes de El Escorial sirven en Villalpando, según se desprende de una inscripción, para posibilitar mayores antepatios al templo [...] elevación de las esquinas y de las "zonas articuladas" del esquema de retícula, y el santuario o la iglesia destacando en el centro" (Estudio iconológico, p. 127).
El parecido formal de la planta se debería según Antón Capitel al uso decidido en los dos casos del tradicional sistema compositivo de crujías en torno a patios o claustros: "los vacíos son los que están arquitectónicamente configurados, los que definen el espacio, tanto planimétrica como figurativamente, los que arquitectónicamente están más «llenos»" (Planimetría y tradición, pp. 74s).
Kubler destaca que "Villalpando fue discípulo de Herrera, y su reconstrucción revela la influencia de las trazas escurialenses en muchos aspectos. No es probable que el rey conociera la obra de Prado antes de que el jesuita partiera para Roma en 1592. A pesar de su grandiosidad, los apocalípticos alzados y plantas del Templo realizados por Villalpando están tan lejos de la arquitectura del Monasterio como las visiones de William Blake lo están de los dibujos técnicos de un ingeniero" (La obra de El Escorial, p. 70).
Ana Chávarri y otros, El País-Aguilar, Madrid, 1997
"Parece inspirarse en la tradición de hospitales cruciformes, con elementos del Renacimiento italiano y siguiendo como referente la idea que se tenía del Templo de Salomón".
Pablo Colado y otros, G y C España Ediciones, nº 149, p. 145, Madrid, Junio 1999
"El monasterio es una ciudad sagrada [...] La idea de Felipe II, registrada en los documentos fundacionales, era la de construir un recinto sagrado, aislado del mundanal ruido, donde descansaran los restos de su padre, el emperador. [...] Su antecedente mítico hay que buscarlo en el Templo de Salomón".
Parecidos entre la reconstrucción del Templo de Salomón de Villalpando y El Escorial
(4. Reconstrucciones) |