4.9.a.III. Los libros de viajes a Tierra Santa (s. XV y XVI)

.

En el Renacimiento, el peso de las descripciones de la mezquita de la Cúpula de la Roca, en la que los peregrinos querían ver el destruido Templo de Salomón, cristalizaría en numerosos libros de viajes, algunos con magníficas ilustraciones. Probablemente, como sugiere Ramírez, de ellos provenga la imagen del Templo de Salomón como edificio de planta centralizada (circular u octogonal) que se puede ver en la gran mayoría de los cuadros donde aparece el templo de Jerusalén en este período. De hecho, la imagen de la ciudad también suele ser redonda, como lo son los mapa mundis denominados «mapas rueda» con el Este hacia arriba y los tres continentes partidos en forma de «T»: arriba Asia, sobre Europa y África. Jerusalén se situaba invariablemente en su centro, como relataban Ezequiel (Ez 5:5, «ista est Hierusalem in medio gentium posui eam et in circuitu eius terras»: Ésta es Jerusalén. Yo la había puesto en medio de las gentes y de las tierras que están en derredor suyo) y los Salmos al templo destruido (Sal 73:12 «Deus autem rex meus ab initio operatur salutes in medio terrae»: Eres mi rey de antaño, el que opera rescates en medio de la tierra). Además el mismo Salomón en el Ecclesiastes (Ecl 1:5) certificaba que la tierra era plana y tenía, por tanto, un centro: «Oritur sol et occidit et ad locum suum revertitur ibique renascens»: Sale el sol, y se pone el sol, y se apresura a volver al lugar de donde se levanta.

Centraremos este amplio asunto en las ediciones y manuscritos que se conservan anteriores al siglo XVI, señalando especialmente las que conoció Felipe II. De esta época son los primeros ejemplares de literatura sobre las Cruzadas, como La gran conquista de Ultramar (1503), un subgénero de las novelas de caballería, que tendrá uno de sus puntos culminantes en la Gerusalemme liberata (1580) de Torcuato Tasso y la Jerusalén conquistada (1609) de Lope de Vega. Éste creía que el título de Felipe III como rey de Jerusalén había sido conseguido por Ricardo Corazón de León, mediante la boda de su hija Leonor con Alfonso VIII. Lope insinuaba que el mismo rey le había sugerido el tema. No trataremos aquí las numerosas ediciones de Josefo, ya que -aunque fue muy usado por los peregrinos- se trata de una obra del siglo I y por lo tanto anterior a la construcción del Domo de la Roca.

Esta literatura se enmarca en el ambiente milenarista propiciado por la gran cantidad de acontecimientos que llegaron con el cambio de siglo (descubrimiento de América, expulsión de los musulmanes de España, etc.). Afectó a conocidos personajes del momento como Colón, Cisneros y San Ignacio de Loyola. La dificultad de unir a los príncipes cristianos llevó al aumento de los peregrinos, que solían partir de Roma a Venecia, Corfú, Creta, Chipre, Jaffa y Jerusalén. Las rutas terrestres partían de El Cairo o de Trípoli (Siria).

Jota en los restos del Templo   Jota en el muro, lamentándose
La Cúpula de la Roca, la mezquita que se alza desde el siglo VII d.C. sobre los restos del Templo de Jerusalén, del que sólo se mantiene en pie su muralla exterior (Muro Occidental o «Muro de las Lamentaciones»)



1356: Jean de Mandaville

El único manuscrito que existe del Libro de las Maravillas, escrito en francés hacia 1356 por un caballero inglés o flamenco (Johan de Madeville; St. Albans? 1298 - Lieja 1372), perteneció a Felipe II y está en su librería rica en El Escorial. El primer capítulo trata de su viaje a Jerusalén y Tierra Santa en busca de los principales objetos sagrados del cristianismo, como la cruz de Cristo, los clavos, la lanza de Longinos, etc. No cita el Templo, pero es una interesante guía de Palestina.

(Libro de las marauillas del mundo y del viaje de la tierra santa [...], Valencia, Jorge Costilla, 1521).



1486: Bernardo de Breidenbach

Fueron especialmente imitadas las ilustraciones del «Viaje de la Tierra Santa» de Bernardo de BREIDENBACH (muerto en 1497), grabado en madera por su compañero de viaje el holandés Erhard REEUWICH, auténtica guía de viaje para peregrinos, donde la mezquita aparecía con el rótulo de «Templum Salomonis». Este deán de Maguncia peregrinó a Jerusalén en 1483-84 junto a unos amigos entre los que se contaba el pintor Reuwich. Juntos realizaron una edición latina (Maguncia, 1486), seguida de una alemana, francesa y flamenca. La edición castellana (Zaragoza, 1498) fue ampliada por su traductor, Martín Martínez de Ampiés, que añadió un Tratado de Roma para atender las necesidades de los peregrinos que debían pedir en el Vaticano autorización papal. Añadió también numerosos comentarios: ataques a los gitanos, defensa de las leyes de Aragón y Castilla, etc. Ello, como puso de manifiesto Pedro Tena Tena en su tesis doctoral de 1995 (La labor literaria de Martín Martínez de Ampiés y el Viaje de la Tierra Santa, debe enmarcarse en el ambiente apocalíptico, fanciscano y mesiánico que apareció con fuerza en la Península Ibérica en los últimos años del siglo XV, especialmente en la corona de Aragón.

Templvm Salominis

(Bernardo de Breidenbach, Viaje de la Tierra Santa; ed. facsímil con introd. de Jaime Moll, Ministerio de Educación y Ciencia, Madrid, 1974).

«Viaje de la Tierra Santa» de Breidenbach
Vista de Jerusalén en el «Viaje de la Tierra Santa» de Bernardo de Breidenbach



1493: Hartmann Schedel

El «Liber Cronicarum» de Hartmann SCHEDEL (Nuremberg, 1493) tuvo numerosas traducciones y reimpresiones, así como imitación de sus grabados. En él, el Domo de la Roca aparece elevado sobre una escalinata en el centro de una Jerusalén circular con murallas concéntricas sin nada que ver con el sistema defensivo de la Jerusalén real, en el que un sólo muro le separa del exterior. Incluye cerca de 1.800 ilustraciones realizadas en 19 meses, dato que se extrae del contrato, que aún se conserva. Es seguro que tuvo que intervenir un gran equipo de grabadores. Todos los grabados son nuevos, excepto unos pocos tomados de la Biblia de Koberger, de 1481. Muchas de las vistas de ciudades son convencionales y se repiten. Este libro fue comprado en 1543 por Calvete de Estrella para el príncipe Felipe para su librería rica.

Liber Cronicarum
Detalle del Domo de la Roca como Temum Salomonis

(Liber chronicarum, [ilustraciones] de Michaele Wolgemur, Wilhelmo Pleydenwurff y Albrecht Dürer, Norimbergae [Nuremberg], Antonius Koberger, 12 julio 1493)

[Pulse en la imagen para ampliarla] [Pulse en la imagen para ampliarla] [Pulse en la imagen para ampliarla]



1507: Fray Antonio de Lisboa

Este fraile jerónimo de Guadalupe escribió la pequeña guía Viaje a Oriente, de la que sólo se tiraron 100 ejemplares. El autor viajó con su hermano desde Tomar hasta llegar a Jerusalén, donde terminó su relato.

(Viaje a Oriente, ed. de A. Rodríguez Moñino, Diputación Provincial, Badajoz, 1946)



1512: Fray Diego de Mérida

Se trata de otro monje jerónimo de Guadalupe, cuyo manuscrito se conserva en la Biblioteca Nacional.

(Viaje a Oriente, ed. de A. Rodríguez Moñino, Balmesiana, Barcelona, 1946)



1513: Alonso Gómez de Figueroa

El poeta cordobés se centra en la figura del Gran Capitan Fernández de Córdoba, proponiendo una Liga Santa para hacer una nueva cruzada, sirviendo de paso para que cesen las hostilidades entre cristianos.

(Alcázar imperial de la fama del Gran Capitán, ed. de L. García-Arbrines, CSIC, Madrid, 1951)



1520: Fadrique Enríquez de Rivera, marqués de Tarifa

Fachada de la Casa de Pilatos
Fachada de la Casa de Pilatos con las tres cruces jerosolimitanas rodeadas todas con el mismo texto: "4 DIAS DE AGOSTO 1919 ENTRO EN IHERUSALEM"

Don Fadrique (1476-1539) fue el constructor de la Casa de Pilatos, en el sevillano Barrio de Santa Cruz. El palacio fue probablemente llamado así (aunque sobre esto ha habido gran polémica) por ser la primera estación del via crucis que el marqués creo tras su peregrinación hasta la Cruz del Campo. Una procesión salía de la capilla palaciega por la puerta principal cada viernes de Cuaresma.

Las viejas leyendas sevillanas decían que el Marqués copió en Sevilla el modelo arquitectónico que había contemplado en el pretorio romano de Jerusalén, donde se sitúa la Primera Estación del Via Crucis, llamado comunmente "Jesús ante Pilatos". No parece probable esta similitud arquitectónica, ya que el manuscrito de don Fadrique describe así su interior: "la cámara dicha, adonde a nuestro Señor azotaron, que estaba lleno de estiercol de bestias"

(Desde Sevilla a Jerusalén. Con versos de Juan de la Encina y prosa del primer marqués de Tarifa, ed. de Joaquín González Moreno, Desde Sevilla a Jerusalén, Monte de Piedad y Caja de Ahorros, Sevilla, 1974; manuscr. BNM R-9355 de 1519; ed. anteriores: Sevilla 1521 -¿perdida?-, Sevilla 1606 y Lisboa 1608. Véase también el estudio sobre el manuscrito de Pedro García Martín, La cruzada pacífica, Serbal, Barcelona, 1997)



1523: Pedro Manuel de Urrea

Peregrinación a Jerusalén.



1533: Fray Antonio de Aranda

Este autor escribio la Verdadera informacion de la Tierra Sancta, con varias ediciones a lo largo del siglo XVI. El autor perteneció a un grupo de cuarenta franciscanos que fueron llevados a Jerusalén en 1529 hasta 1531, tras la toma de Jerusalén en el año 1516 por los turcos otomanos de Solimán el Magnífico, para sustituir a los que habían ocupado cuatro monasterios durante los últimos tres años. El franciscano trataba de explicar lo fácil que se podía hacer el viaje desde Venecia. Para que sus lectores comprendan mejor los edificios que explica los compara con edificios españoles de la época. El capítulo XXIII lo dedica a describir el "templo de Salomón y algunas otras yglesias que están dentro de la cibdad", explicando la diferencia entre el mismo y la mezquita octogonal que ocupaba su explanada; describe su muro , que compara con una "cerca de un gran alcazar": "El templo de Salomón [...] está sobre la frente y parte oriental del monte Syon y en baxo de toda la cibdad [...] es de saber porque ninguno se sienta engañado que, dado que se llamó templo de Salomón, ni lo es ni cosa que le parezca, salvo que el edificio que agora ay, sin falta ninguna está en el mismo sitio y lugar que el templo de Salomón estuvo, y por eso retiene el nombre; y también porque en memoria dél, con ciertas consideraciones christianas se han hedificado en el mesmo los edificios que agora están [...] Lo primero que se ha de considerar bien para entender bien este hedificio es un muro quadrado, como cerca de alguna villeta o alcáçar muy grande. Tiene el cuadro o paño oriental (porque no se puede medir por otra parte) .dc. [600] pasos de los míos". A continuación describe una "plaza principal" solada en mármol a myor elevación que la explanada, en cuyo centro se sitúa la mezquita de la Roca: "un hedificio redondo con un cimborrio alto y hermoso". Su parte inferior está forrado de mármol, mientras que la superior lo está de "mosayco rico". Describe de una forma sorprendementemente exacta su interior, ya que se excusa primero de que el que entrara en el edificio tenía que convertirse o morir, ya que "los moros la habían convertido en su mezquita mayor" debido a su reverencia por David y Salomón: "dizen que es de dentro como un claustro redondo con colunas y arcos, y en medio tiene una piedra (otros dizen que es montón de tierra, cerrado con una verja de madera). Desta piedra dizen dos mil mentiras y supresticiones [sic]". Un ejemplar de esta obra perteneció a la hermana de Felipe II, la princesa Juana de Austria, según descubrió recientemente José Luis Gonzalo al catalogar su biblioteca.

(Verdadera informacion de la Tierra Sancta segun la disposicion en que en el año de mil quinientos y treynta el auctor la vio y passeó, Toledo, imprenta de Juan de Ayala, 1537; ed. de Joseph R. Jones, Viajeros españoles a Tierra Santa (siglos XVI y XVII), p. 245-291, según ed. impr. Juan Ferrer, Toledo, MDL, Miraguano Ediciones, Madrid, 1998)

Domo de la Roca, tras los arcos de entrada   Domo de la Roca



1536: Jacob Ziegler

Ziegler escribió la Terrae Sanctae descriptio en 1532, aunque no fue editado hasta 1536. Las ilustraciones son de Wolfang Vuessenburg, e incluyen ocho xilografías de 230 x 340 mm, con planos dobles de Palestina, Asia, África y el Norte de Europa. El príncipe Felipe tuvo un ejemplar de este libro en su librería rica.

(Terrae Sanctae, qvam Palasestinam nominant, Syriae, Arabiae, Aegypti & Schondiae doctissima descriptio, una cum singulis tabulis earundem regionum topographicis, authore Iacobo Zieglero Landaio Bauaro. (Etc) Terrae Sanctae altera descriptio [...] Vuolffgango [...], Estrasburgo, Wendelinum Rihelium, 1536 [Septiembre])

Terrae Sanctae
[Pulse en la imagen para verla ampliada]



1538: Herman Beerntz van Burculo

Esta Vista de Jerusalén de pertenece a su libro del Viaje a Tierra Santa. Las imágenes de la Capilla de la Natividad de Belén, la Cúpula de la Roca, el Santo Sepulcro, la Puerta Dorada y los demás monumentos de Jerusalén están representados de forma muy fidedigna. La cartela superior incluye el escudo y el sello imperial de Carlos V, con el Plus Ultra.

[Pulse en la imagen para ampliarla]
[Pulse en la imagen para verla ampliada]



1550: Sebastian Münster

Ya hemos hablado en otro sitio de este conocido orientalista y matemático alemán (1489-1552). Como casi todos, también nombra «Salomo[n]s te[m]pel» al Domo de la Roca. Es probable que se trate de del Ciuitas en 8ª, por Gripho que Calvete compró para el príncipe Felipe en 1545 y que se encuentra perdido en la actualidad.

(Sebastian Münster, Cosmographia universalis, Bâle, 1550)

Ierusalem civitas sancta   Detalle del Domo como Templo de Salomón

De esta época es también un plano que Teddy Kollek fechó en 1575 que mi buen amigo Juan Vacas me ha traido en edición facsímil desde Amsterdam junto con un grabado de El Escorial. Dado que la obra del monasterio terminó en 1584 y que Herrera hizo con Perret sus grabados en 1589 debemos más bien fecharlos hacia finales del siglo. El texto está en latín y describe Jerusalén en época de Cristo (a la izquierda) y en el siglo XVI (a la derecha). Inserto, abajo a la derecha, aparce Moisés recibiendo las Tablas de la Ley en el Monte Sinaí. Abajo a la izquierda, Jesús es crucificado en el Gólgota, espacio ocupado a la derecha por el Santo Sepulcro. Aunque el texto habla del Templo de Salomón, la representación debería corresponder al Templo de Herodes, ya que el de Salomón fue destruido diez siglos antes. La representación del Templo es muy curiosa: mientras que el Domo de la Roca es una representación realista de la mezquita jerosolimitana, el Templo de Herodes es cuadrado, con una disposición aterrazada que recuerda a los zigurats babilónicos, y un pórtico que se adelanta más de lo habitual, casi como el actual del Domo. La primera terraza está jalonada de arcos de medio punto, similares al dibujo de Villalpando de 1595, pero de mucha menor altura, casi como el muro de los frailes de El Escorial.

Jerusalén en época de Cristo y en el siglo XVI

Detalle del Templo de Herodes



1584: Cristiano Adrichiano

El sacerdote católico holandés Cristiaan van ADRICHEN (Delft 1533, Colonia 1588) nos ofreció una minuciosa reconstrucción topográfica de Jerusalén en su libro «Jerusalem sicut Christi tempore floruit» (Colonia, 1584), con un plano del Templo muy simplificado que sería reproducido, con más o menos variaciones, por muchos tratados de la época. En 1603, el dominico valenciano Vicente Gómez (+1638) traduce al castellano la «Breve descripcion de la ciudad de Jerusalén». El holandés reorientó el sentido de la peregrinación de los via crucis en un camino más real e histórico, con un éxito sorprendente que había de durar al menos dos siglos. Adrichen murió en el exilio, perseguido por los protestantes holandeses. El mapa de Jerusalén y su Templo era del pintor mecliniense Juan Verheyden.

Lám. 39c: Cristiano Adrichomio

Aquí presentamos su edición en castellano, "sus exidos y lugares en que J.C. padecio como entonces se conocian". Se basa en el esquema rectangular de Maimónides y Nicolás de Lyra, que tanto influirá posteriormente en Arias Montano. Las medidas generales del Templo serían de aproximadamente 135x300 codos, proporción que coincide con la del grabado, pero el Sancta Sanctorum debería ser un cuadrado de 20x20 codos, con la nave del Sancta delante de 20x40. Estas deformaciones, que ya incluía Maimónides, servían a Lyra para justificar que el Templo de Ezequiel fuera un cuadrado de 500x500 codos y servían para fusionar elementos de los dos Templos en el de Salomón.

(Breve descripcion de la ciudad de Jerusalen y lugares circunvecinos, como estaba en tiempo de Cristo nuestro señor [...] compuesta en latín por Cristiano Adricomio Delpho y traducida al castellano por el P. F. Vicente Gómez, en casa de J.P. Piferrer, Barcelona, 1603)


(4.9.b. El Renacimiento) Reconstrucciones del Templo   Menú principal