Esta ciudad está situada en el Oeste de los Países Bajos, en la provincia de Holanda Meridional, en la confluencia de los ríos Hollandsche Ijssel y Gouwe, 20 Km al Noreste de Rotterdam y 50 Km al Sur de Amsterdam. Aparte de por su famoso queso, Gouda es conocida por haber sido un gran foco de cultura renacentista. De aquí eran los padres de Erasmo, que tuvo que ir a nacer a la vecina Rotterdam por la vergüenza de ser hijo de uno de los canónigo de Sint Janskerk.
El conde Floris concedió el fuero a Gouda en 1272. Por su situación entre dos ríos, la ciudad se conviertió en el centro de una productiva industria cervecera durante el siglo XV. El crecimiento del comercio del queso en el siglo XVII trajo más prosperidad. Este queso, sinónimo de la ciudad, puede comprase en un mercado en verano y en el mercado semanal, donde puede encontrarse también artesanía local. En navidades se cantan villancicos en el mercado, que se ilumina con velas para la ocasión. Estos mercados tienen lugar en la enorme plaza cerca del Stadhuis (1540), que es uno del ayuntamientos más antiguos de los Países Bajos. El edificio cuenta con pináculos y pequeños chapiteles de estilo gótico flamígero. Las estatuas en nichos de la fachada representan a los antiguos gobernadores de Gouda.
Debe visitarse también el Stedelijk Museum Het Catharina Gasthuis (s. XIV), antigua hospedería para visitantes y casa de beneficencia para ancianos, que expone bellos paisajes de impresionistas holandeses y espeluznantes instrumentos quirúrgicos y de tortura; otro curioso museo es el Stedelijk Museum De Moriaan (The Blackamoor, 1617), pequeño museo del tabaco con sus pipas de barro con boquillas largas y diminutas cazoletas.
Pero sobre todo, el mayor atractivo de la ciudad son las fantásticas vidrieras de Sint Janskerk.
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