0. SÁENZ DE MIERA, Obra insigne y heroica, 25-27. Archivo General de Simancas, Casas y Sitios Reales, leg. 134. Es probable que en estos momentos Felipe aún no hubiera asumido las últimas voluntades del Emperador justo antes de morir, ya que su anterior codicilo señalaba que se le enterrara en Granada junto a sus padres y abuelos maternos, e incluso si hubiera muerto fuera de la península ibérica (cfr. infr. nota 58). Pese a lo sugerente de la conclusión de Sáenz de Miera, en realidad esta carta sólo prueba que en 1559 aún "no concebía como funeraria la fundación que iba a dedicar a San Lorenzo". Es difícil conocer la certeza de la idea que Felipe II estaba desarrollando esos años hasta que en 1562 comenzaron las obras en El Escorial, pero desde luego tuvo tres años para perfeccionarla. Lo cierto es que el codicilo de Carlos V no es especialmente claro. Sí parece que rechaza Granada como enterramiento, pero a la vez sólo menciona una "fundación por las ánimas de ambos", caso de que el enterramiento de Carlos V y su mujer "sea en este dicho monasterio" (Yuste), "donde querría y es mi voluntad que fuese mi enterramiento".

1. Por ejemplo, KUBLER, La obra del Escorial, 155: "Cuando murió Felipe II, El Escorial estaba terminado con excepción de la estructura del que fuera su propósito fundamental y primero, la cámara funeraria, circular y subterránea, que iba a albergar las sepulturas de la dinastía". La misma idea es expuesta por BUSTAMANTE (Panteón, 170).

2. IÑIGUEZ, Trazas, 78.

3. ZARCO, Documentos, III, 99 y 114; cfr. IÑIGUEZ, Trazas, 78 y n. 135: "[...] mirad vos y él si habría algo de ésto que pudiera servir para los sepulcros de San Lorenzo, teniendo atención a que van a ser en la pared y no en el medio". Se refiere a diez piezas del escultor Pompeyo Leoni, que Zarco fecha el 22 de abril de 1567. Tres días antes, Berzosa, el Secretario de la Embajada de España en Roma, proponía un epitafio para la tumba de Carlos V, añadiendo: "las [tumbas] que en Italia se estiman en mucho son las de Julio II que esta aquí y la del Marqués de Marinán que esta en Milán la que Su Santidad ha hecho a Paulo IV vale poco. Para hacer presto y de mármoles de mistura y colores y a menos costa parece que ninguna parte seria tan a propósito como Roma y Su Santidad acudiría y algunos Cardenales con lo mejor que hay aquí". BUSTAMANTE (Octava Maravilla, 124) nota que todos los sepulcros citados son parietales, no exentos, por lo que propone la posible influencia de este informe en el cambio de idea del rey.

4. Arch. de Zabalburu, caja 146, núm. 32, s.f.; cfr. IÑIGUEZ, Trazas, 135, n. 135; que a su vez toma el dato de F. J. Sánchez Cantón: «Los pintores de los Austrias», en Boletín de la Sociedad Española de Excursiones, vol. XXII (1914), 230-235. El texto puede encontrarse con mayor facilidad en Fernando J. Bouza: "La Memoria del Rey Católico; cien y más textos sobre Felipe II y su tiempo", en El Escorial; biografía de una época [la historia] (catálogo de la exposición), pp. 220-221, Ministerio de Cultura, Madrid, 1986. Cfr. Epistolario español. Colección de cartas de españoles ilustres antiguos y modernos, II, sel. y ed. de Eugenio Ochoa, Biblioteca de Autores Españoles, Madrid, 1870. "Si Su Majestad es servido que se haga algún día sepultura suntuosa a la santa memoria del Emperador [...] podría tener, como tiene, ganada la voluntad del dicho Miguel Angelo acabar con él que hiciese algún designo de la dicha sepultura, del cual después se pudiese tomar, cuando Su Majestad quisiese, lo que bien pareciese [...] Y porque no sé cuál sería en este caso la voluntad y deseo de Su Majestad no digo más".

5. LÓPEZ SERRANO, Trazas, lám. VII. La tesis es de MARTÍN GÓMEZ, Casa perpetua, 79. En realidad la capilla redonda a la que se refiere el autor es, como veremos, el propio Panteón de Reyes.

6. SAN JERÓNIMO, Memorias, 93-95: "Fuera de la dicha puerta de la portería [...] estará hecho un túmulo ó estrado con tres gradas al derredor por donde se suba a él, sin las cuales terná veinte y ocho pies de cuadro poco más o menos, y en medio dél habrá una mesa sobre que se han de poner los ataudes de cinco pies de ancho y diez y nueve de largo [...] yendo por de dentro de las vallas que estarán hechas, y la demás gente por de fuera [...] Los ataudes se pornán en la mesa del dicho túmulo de manera que esten los rostros de los cuerpos Reales y los pies frontero de la puerta del monasterio [...] el Emperador y Emperatriz en el medio, y al lado del Emperador y mano derecha el de la Reina de Francia, y luego el del Infante D. Fernando, y al lado de la Emperatriz, que será á la mano izquierda, el de la Princesa Doña María, y luego consecutivamente el del infante D. Juan como irá designado en un papel aparte para mas claridad" (Entrada y recepción de Juana «la Loca», Carlos V, Isabel de Portugal, sus hijos Fernando y Juan, sus hermanas Leonor y María, y la primera mujer de Felipe II, María de Portugal, con fecha 22 de enero de 1574). Para más noticias de estos monumentos funerarios de madera, decorados por Hernando de Briviesca, ver CERVERA, «Túmulos», 557s, con documentación adicional.

7. PORTABALES, Verdaderos artífices, CLXVIII.

8. LÓPEZ SERRANO, Trazas, 22, lám. XXIV, n. 28.

9. Se refiere al cronista Esteban de Garibay y Zamalloa (1533-1599).

10. QUEVEDO, Historia (1849), 300.

11. Id.: "[...] por desgracia ni la elección del local, ni las luces a las que está colocado el sepulcro, ni su traza, contribuyen en nada a la majestad, severidad y armonía que tanto se procuró en la edificación de aquel templo, y que formaba el más grandioso de sus encantos".

12. SIGÜENZA, Descripción (1605), II.XII, 440: "[...] en todos los cuatro pilares y sus correspondencias, dieciséis altares, todos de una misma forma. Y encima de ellos, otros dieciséis, que ahora no sirven de nada, pueden, andando el tiempo, llenarse de estatuas y figuras reales que se enterraran en este tan célebre mausoleo, pues apenas habrá quien ose emprender otro más digno de los Príncipes de España [...]".

13. A. G. Simancas, Obras y Bosques, Escorial, leg. 1; cfr. PORTABALES, Verdaderos artífices, LVI.

14. Todavía el 31 de diciembre de 1570 se pagaba a cuenta a los canteros y albañiles que habían trabajando en el Panteón: "31 diciembre 1570, a Simon Sanchez cantero y Gaspar Sanchez albañil vezinos de la cibdad de Toledo y Alonso de Torres y Francisco Lorenzo albañiles vecinos de la villa de Deleytosa 16427 rls. para en quenta y parte de pago de la obra de cantería y mamposteria de la capilla baxa del altar mayor de la yglesia principal del dho monasterio y otras circunstantes a ello y las ventanas y coro baxo que circundan la obra de la dha capilla" (cfr. BUSTAMANTE: Octava Maravilla, 186; Archivo de la Biblioteca del Monasterio, 11-57).

15. ZARCO, Memorias de Villacastín (1603), f. 27, 47.

16. El 3 marzo de 1566 la bóveda estaba ya en marcha: "a Sebastian de la Llama cantero 84 rls. que los ovo de auer porque reuoco y retundio la bobeda debaxo del coro de la capilla del sepulcro" (cfr. BUSTAMANTE, Octava Maravilla, 137; Arch. Bibl. Monast., 1-44). Ese mismo año recibió sus muros y bóvedas (KUBLER, La obra del Escorial, 111). En 1569 se contrataba el cierre de la bóveda del Panteón, la continuación de los caracoles comenzados y las escaleras de subida a los aposentos (RUBIO, «Cronología», 45).

17. LÓPEZ SERRANO, Trazas, lám. XXIV.

18. SIGÜENZA, Fundación (1600), I.VI, 76 y II.XIV, 492. En otro punto (I.XIV, 173) señala la posición de los bancos al comentar que "tendría también no sé qué incidencias andar por entre los ataúdes", lo que nos lleva a pensar que se colocaban precísamente dentro de su círculo, la zona por la que se andaba, y no a modo de columbarios, como prefiere el profesor BUSTAMANTE (Panteón, 168), que criticaba esta idea, apuntada por René Taylor. El mismo autor, cegado por esta idea, trata de justificar el desmantelamiento de esta capilla funeraria ante la dificultad de colocar un número adecuado de ataudes en los laterales, idea que rebatiremos más adelante.

19. HERRERA, Svmario (1589), 23.

20. XIMÉNEZ, Descripción (1764), V.IV, 344: "Los dos de estos lunetos caen á Oriente, y sirven para dar luz á esta Pieza. Tiene también una ventana desde donde se puede oír Misa desde Palacio; y otra que corresponde á las de Oriente, para dar luz á la Bóveda donde descansan otros Cuerpos Reales".

21. SIGÜENZA, Fundación (1600), I.XIV, 171. La misma carta está recogida en las Memorias de Juan de SAN JERÓNIMO, 407.

22. Una de las primeras referencias al Panteón como lugar de enterramiento real la encontramos en una carta de Juan Bautista al Rey de noviembre de 1564, que incluye modificaciones de las ventilaciones de los lunetos: "El aspirador de la bobeda baxo del aposento de Su Magd. donde han de estar los cuerpos muertos se haga como lo scrive, y no la saetera que estava acordado" (A. G. Simancas, Obras y bosques, Escorial, leg. 2; cfr. PORTABALES: Verdaderos artífices, XXXII).

23. CHUECA, Casas reales, 135s: "la iglesia como tal se ha reducido al máximo, atrofiándose y quedando convertida en un insignificante apéndice de la capilla regia. Obsérvese que Juan de Herrera no utiliza la palabra iglesia más que para referise al sotacoro. Lo demás no es iglesia, es templo. La cosa no es baladí porque iglesia, ecclesia, lugar de reunión de fieles, no existe en El Escorial si exceptuamos el modestísimo sotacoro".

24. El primer crucifijo, debido a Pietro Tacca, se encuentra en la actualidad en el altar de la Sagrada forma. Hubo un segundo crucifijo de bronce de 140 cm, debido a Gian Lorenzo Bernini, que en la actualidad está en la iglesia del Real Colegio (cfr. NAVARRO, Real Panteón, 736 y QUEVEDO, Historia, 342). El actual fue diseñado por el italiano Alonso Carbonel y realizado por Bartolomé Zumbigo (BUSTAMANTE, Panteón, 205), aunque autores como NAVARRO (Real Panteón, 735) citan a Doménico Guidi. La posición del altar se deduce claramente de la posición de la tumba de Carlos V, bajo la columna del eje este-oeste.

25. Id., I.XIV, 172. Para acceder a esta capilla subterránea se usaban dos escaleras de caracol, que ya existían el 19 de abril de 1566, como podemos leer en la carta de Almaguer a Hoyo citada antes: "El otro çimiento de la yglesia por la parte de la sacristia está ya igual a lo que Su Magd. mandó, y por la otra parte de la capilla [el panteón] se va alargando lo que es neçesario para proseguir aquella, escalera de la parte de septentrión al ygual de la otra, y en la capilla se han asentado las hiladas hasta donde Su Magd. tiene mandado".

26. Id., I.XIV, 173: "Mudó después el fundador este intento [el de enterrarse en el Panteón]. Pareciole que ésto estaba muy distante, triste y dificultoso de ir y venir allí, y que tendría también no sé qué incidencias andar por entre los ataúdes [...] mandó que entre esta iglesia o capilla baja y entre la principal o alta se hiciese una bóveda que viniese a estar en medio de ella, debajo del altar mayor, y así se hizo y se repartió en tres cañones que toman toda la mesa que está encima de las gradas primeras del altar". También puede seguirse el proceso en CABRERA, Felipe II (1619), t. III, 200, que informa de cómo el lunes 3 de noviembre de 1586 se llevaron al "túmulo hecho en medio de la iglesia los cuerpos celebrando su oficio de ángeles á los vivos y de difuntos á los otros, se colocaron en una bóveda debajo del altar mayor en tres cañones repartida, que toman toda la mesa que está encima de las primeras gradas del altar, porque en la otra capilla pareció al rey estarían muy a la vista y a la mano. Fue puesto en el medio el Emperador y á sus lados la Emperatriz ..."

27. Esta disposición seguía la que realizó el Emperador desde Yuste en 1558: "[...] se haga mi sepultura en medio del altar mayor [..] que la mitad de mi cuerpo hasta los pechos este debajo del dicho altar; y la otra mitad de los pechos a la cabeza, este fuera del, de manera que cualquiera sacerdote que dijere misa, ponga los pies sobre mis pechos y cabeza".

28. SEPÚLVEDA, Historia (1603), 368s: "Son doce los cuerpos reales entre hombres y mujeres sin los niños y niñas, y entre ellos dos príncipes jurados. Están debajo de las gradas del altar mayor en una bóveda que allí hay harto estrecha y escura, porque nunca tuvo el buen Rey intento que estuviesen aquí, sino en una iglesia que está debajo de esta bóveda, que llaman el Panteón, y que allí bajasen los niños seminarios a ofrecer misa, pero pareciéndole después que aquello estaba muy a tras mano y que sería muy húmedo y por lo mesmo muy enfermo, aunque la experiencia ha enseñado otra cosa después acá, lo dejó y ansí se están aquí sobre dos bancos atravesados, cubiertos con un angeo, harto pobremente puesto; de manera que el sacerdote que dice la misa, estando en medio del altar tiene los pies sobre la caja donde está enterrado el gran Filipo segundo, consideración que tuvo muchos años antes tan santa comopía".

29. ZARCO, Memorias de Villacastín (1603), f. 27, 47.

30. SIGÜENZA, Fundación (1600), I.XIV, 173.

31. CABRERA, Felipe II (1619), t. III, 199: "Antes de partir de San Lorenzo el Real [en 1586] dejó ordenada la traslacion de los cuerpos reales al sepulcro, de que es adorno toda esta maquina y fin segundo della, en la iglesia principal, que debajo de su altar mayor forma una capilla que por su figura redonda es llamada hoy el Panteon, de buena arquitectura, de piedra bien labrada, harto capaz y de mucha grandeza y nobleza para este efecto, con su capilla proporcionada donde pudiese estar el altar y una tribuna en su puesto para celebrar el oficio, misas y vigilias por los difuntos, y por los lados cavidades para las caxas, de marmol jaspe, para conservar las cenizas de tantos religiosisimos principes. Bájase á ella desde el altar mayor por dos caracoles colaterales secretos y por otras dos escaleras más llanas y mayores".

32. SANTOS, Descripción (1657), II.V, 127: "Capilla Real dedicada a Dios; vnico fin siempre de la zelosa piedad de semejantes Heroes, que solo atienden a su culto".

33. XIMÉNEZ, Descripción (1764), IV.I, 334.

34. HERRERA, Svmario (1589), 23.

35. Las obras de estas tres bóvedas se hicieron ese mismo año, pero no se acabaron de pagar hasta el 22 de noviembre de 1583. El testimonio del secretario real Escudero resulta especialmente interesante por cuanto refiere la pulcritud y definición del encargo: "En la villa del Scurial a syete dias del mes de Jullio de mill y quinientos y setenta y seys años [...] dixeron que se obligauan y obligaron de labrar y sacar y asentar los cañones o bobedas que bienen en la cabezera de la yglesia principal del dho monesterio debaxo del altar mayor a su costa de oficiales y gente segun y conforme con las condiciones que azerca dello estan fechas que son del thenor siguiente [...] El oficial que se encargare de hazer la dha obra a de sacar la piedra en las canteras comarcanas que llaman comunes y a de ser piedra moderada no muy dura ni blanda y a de thener cada douela de lecho pie y medio y de alto pie y quarto y porque los dhos canones no son de una anchura se le repartiran las dobelas que ovieren de auer en cada uno y aunque sean mayores o menores que de pie y quarto a de dar lleno de medida el pie y quarto y no mas ni menos. An de ser labradas las dhas bueltas a picon y no escodadas y sanas sin desportilladuras y an de llebar sus lunetas en los nichos y encuentros de los canones como se les hordenaran. Y assimismo las an de asentar muy bien y rebocar a contento del aparejador y an de hazer las zimbras a su costa dandoles madera y clabos para ellas". La tabiquería y el jaharrado, o enyesado, se tasó el 25 de febrero de 1585: "Las bouedas de los Entierros de los reyes y el paso que entra a ellas y otra boueda que entra a ellas y otra boueda que cae debaxo de la sacristia principal y de la escalera que baxa a ella" (cfr. BUSTAMANTE, Octava Maravilla, 477-479, n. 104 y 105; Archivo de la Biblioteca del Monasterio, V-5, ff. 27-28v y X-1).

36. SIGÜENZA, Fundación (1600), I.XXII, 278.

37a. LHERMITE, Passetemps, t. II, 152s: "Et ce faict se retira Sa Majesté vers son quartier, et aulcuns de nous autres entroient aussi en la mesme vossure pou y curieusement veoir et remarquer la disposition d'icelle, car long temps avoit que personne n'y pouvoit entrer, et ainsi remarquay legierement en quel ordre tous les sarceuilz y estoient miz. En premier lieu est la piece en forme d'une allée estroicte toutte blanchie et rayssonnablement claire, et tout au long d'un costé de la paroy estoient miz des tresteaux et sur iceulx les sarceuilz, et aulcuns en des niches en ladicte paroy par le suyvant ordre. Premierement, à l'entrée de la dicte piece, celluy du serme don Juan de Austria, en une niche de la paroy, qui estoit de la façon d'un coffre à deux serrures, couvert de toyle d'argent avec une croix rouge et en desoubz avoit l'etandart du grand turc qu'il vainquit en l'armée navale, peint de bleu et tout chargé de demi-lunes. Item, les corps des sermes prince don Carlos et de la royne doña Maria sa mere, infante de Portugal, qui y sont aussi, miz en des forts riches sarceuilz l'un apres l'autre sur des trestaux. Item, celluy de l'infante de France doña Yzabel, troisiesme femme de feu roy. Item, celluy de la royne doña Ana, sa dermiere femme, et là, tout préz le sien et joinct, celluy de feu l'empereur Charles le V., son pere. Item, de l'imperatrice sa femme. Item les deux roynes de France et d'Hongrie, doña Maria et doña Yzabel ses soeurs, les uns aprés les autres, tous miz sur les dicts tresteaux et fort richement garniz et couverts et avec des rouges croix. Et aprés, en un niche, celluy du serme archiduc Wencislao, avec une croix, avec une croix de St Jehan. Et plus outre, en certaines autre niches qu'il y avoit esparoys, jusques au nombre de six pettites cassettes, couvertes de toyle d'argent avec leur croix rougess, touttes des en fans de feu Sa Majesté. Il y avoit aux coings de cest enterrement des grandes croix faictes de bois, aux bras desquelles d'un costé et d'autre pendoient certains foüets ou disciplines de cordes, en signe et remoustrance de lieu de penitence et contrition".

37b. MORIGI (Historia brieve, p. 57) describe los trece escalones que iban desde la tumba de Felipe hasta el altar. El texto original reza: "Ma seguitando di raccontar l'altre degne parti dell'ordine di questarara fabrica, dico che da basso del pauimento dell'Altar maggiore v'è un picciolien pio, dove sono posti, e collocati in atto molto pietoso, i corpi de gi Rè di Spagna, che discendono dalla Casa d'Austria. Della parte laterali del pavimento, salendo però prima li tredeci scaglioni della Chiesa, si sono i superbi Sepolchri delli Rè, fabricati di finissima pietra, e bronzi corrispondenti all'Ancona. Nell fine delli quali ci sono l'armi Imperiali, e Reali, le quali so no di tanta eccellenza, e pregio che non eccedono alla rarisima al mondo Custodia. & queste sono vscite dallo raro ingegno del medesimo Trezzo.
Da basso désse si veggono tre Capelle per ciascuna, dove s'hanno da collocare le figure di relieuo delli Rè, in quello dalla parte del Vàgelio, sarà la statoua del gran Carlo quinto, e quella dell'Imperatrice, & della Regina Giovanna sua madre. Nella parte dell'Epistola, ci sara quella del Potentisimo & inmortale Filippo Rè nostro Catolico, e quelle delle sue mogli, & de i Prencipi soui figliuoli".

38. GUADALAJARA, Historia potifical (1612), 429, col. 2B y 430, col. 1D: "[...] fue puesto en vna caxa de madera aforrada de raso blanco y cubierta de brocado de oro y negro, y la pusieron dentro de la Sacristia sobre vn cadalso de vna bara de alto, cubierto de tercio pelo negro, a la cabecera vna almohada con vna Corona, y quatro achas en cada lado [...] Subiose de alli a la Iglesia donde estaua hecho un cadahalso como el q. se refirio arriua, y otro menor encima, y sobre este vna cubierta con vn riquissimo paño d. brocado, bordado las Zanefas de muertes, y en ella vna Corona y vn Christo con no mas luces que tuuo en la Sachristia".

39. XIMÉNEZ, Descripción (1764), 369: "Como hay tanta distancia desde la sacristía de la Iglesia principal hasta el Panteón, determinó el señor Felipe Quarto, que esta Real Capilla suya tuviese más a mano su particular Sacristía: para esto hizo eleccion de la Pieza que está enfrente de la Bóveda; á la que se entra por un callejón de diez y ocho pies de largo, y ella tiene treinta pies en quadro, solada en piedra Berroqueña; y las paredes y Bóveda de mucha blancura. Dale luz bastante una ventana de Mediodia". La blancura del encalado, además de por sus evidentes ventajas higiénicas y de conservación de la piedra, estaba asociado a los edificios más nobles de los romanos; cfr. E. ROSENTHAL, Catedral de Granada, 37-39.40.

40. "Quiero e mando que si falleciere fuera de la cibdad de Granada, que luego sin detenimiento alguno, lleven mi cuerpo entero como estoviere a la cibdad de Granada [...] me pongan en una sepultura baxa que no tenga bulto alguno, salvo una losa baxa en el suelo, llana, con sus letras esculpidas en ella". Testamento de los Serenísimos Reyes Católicos, Allegationes, libro III, fol. 185; cfr. ROSENTHAL, Catedral de Granada, 193. Este testamento tenía también una cláusula que obligó a levantar el suelo de la Catedral una vara (84 cm) "fuera de tyerra".

41. L. AYALA, "Sermón..." (Valladolid, 1601); cit. por DÁVILA, Sermones, 103: "[...] pues siendo tan rica toda aquella milagrosa fabrica, Yglesia y sacristia, solo el deposito de los cuerpos Reales está pobre, que sobre unas vigas, como se vinieron trazadas del bosque, estan unas pobres arcas o ataudes cubiertos de unos pobres paños negros".

42. HERRERA: Svmario (1589), 23.

43. "[...] se digan [por Carlos V] cuatro misas de Requiem, y que los sacerdotes que las dixeren vayan a decir sus responsos, acabada la misa, debaxo de las gradas del altar mayor delante del Sancto Sacramento [...] acabadas las dichas misas, los sacerdotes digan sus responsos debaxo de las gradas delante del altar y Sancto Sacramento [...] Queremos que en los responsos [...] los ministros del altar se pongan debaxo de las gradas, o detrás de la tumba si la hubiera de haber, e que el convento baxe del coro a decir los dichos responsos; pero que en las otras misas de Requiem que se han de decir de cada día, los ministros estén debaxo de las dichas gradas e el convento los diga en el coro" (epg. 24, 27 y 31). Para otros (BUSTAMANTE, Panteón, 166) podría ser la sacristía de la iglesia subterránea, aunque parece difícil pensar que un "coro baxo" sea otra cosa que, efectivamente, un coro. Puesto que el superior parece destinado a la familia real, no parece descabellado pensar que el inferior lo estaba a un número reducido de frailes, ya que parece el lugar adecuado para cantar los responsos.

44. IÑIGUEZ, Trazas, 78. Algunos autores han querido entender que esta orden se debía al mantenimiento de la idea de un cenotafio central bajo la cúpula. En realidad el "detrás de la tumba, si la hubiere" se refiere a la duda que se mantenía aún sobre la colocación de las tumbas en la capilla o la cripta. Creemos que con la colocación de las estatuas del Presbiterio sobre la cripta se dejó zanjada la cuestión.

45. Deben considerarse también la influencia ejercida por Santa Constanza de Roma y el Anástasis del Santo Sepulcro de Jerusalén, cuyos centros estaban ocupados por tumbas, o incluso el fuerte simbolismo funerario de la cúpula de Miguel Angel colocada sobre la tumba de San Pedro.

46. Según J. HUBERT (cit. por ROSENTHAL, Catedral de Granada, 75), las altas rotondas orientales de los templos merovingios eran generalmente mausoleos espacialmente autónomos, aunque en el período carolingio eran normalmente oratorios. Muchos siglos después, y como homenaje a los emperadores alemanes enterrados bajo el crucero de la Catedral de Speyer, el padre de Carlos V, Maximiliano, planeó una rotonda compuesta por doce columnas, con una estatua de un personaje real sobre cada una de ellas, que iba a ser colocado delante del altar mayor de la catedral (cif. ibid., 133).

47. Por ejemplo, los reyes medievales de Castilla fueron enterrados en la Capilla de Santa Catalina, estructura independiente situada detrás de la capilla mayor de San Isidoro de León.

48. Saint Charles Borromeo's Instructions on Ecclesiastical Buildings (1572), pág. 9; cfr. ROSENTHAL, Catedral de Granada, 134, n. 34 y 146, n. 89.

49. "Se faga una honorrada capilla a la mano derecha de la capilla mayor de la dicha yglesia, en la qual sean [...] nuestros cuerpos sepultados, la qual dicha capilla se ha de llamar de los Reyes"; Testamento, fol. 185. La Capilla se construyó junto a la antigua mezquita del siglo XI, con una nave principal de 170x48 pies y 70 de altura (cfr. ROSENTHAL, Catedral de Granada, 195, doc. 4).

50. El diccionario ESPASA (t. XXVI, 1020, voz "Granada") comenta: "No obstante, estos magníficos sepulcros no guardan los restos de unos y otros monarcas, que se encuentran en sencillos ataúdes bajo las bóvedas de humilde enterramiento, al pie de los cenotafios". Como vemos, exactamente la misma solución que Felipe II repitió en El Escorial.

51. Hasta su traslado a El Escorial, los familiares más directos de Felipe II estaban enterrados aquí, por lo que el acto de separación en Granada de los antecesores de Carlos V, consecuencia más o menos tácita de su testamento, debe entenderse como un subrayado de la identidad imperial de los Habsburgo. Como BUSTAMANTE (Panteón, 162) ha destacado, el César Carlos había sido el último emperador del Sacro Imperio Germánico ungido por un Papa. En diciembre de 1574, en el "acto de entrega que se ha de hazer de los cuerpos reales de Granada al obispo de Jaen" realizado "dentro de la boueda de la capilla real de la dicha ciudad" se cumplieron las órdenes para trasladar los cuerpos de la emperatriz Isabel y la princesa María de Portugal y los infantes Fernando y Juan a San Lorenzo, que estaban "en dicha boueda en deposito hasta que su magestad ordenase donde se hauian de mudar y trasladar", a la vez que se trasladaba a la reina Juana a Granada junto a su marido Felipe (cfr. CERVERA: «Túmulos», 562s).

52. Era la hija de don Juan III de Portugal. Para otros, como Francisco de Paula Valladar, se trata del pequeño príncipe don Miguel, el primer nieto de Isabel y Fernando. El hijo unigénito de don Manuel O Venturoso y la primogénita de los Reyes Católicos, que hubera sido, rey de España y Portugal. Tras la muerte de su madre en el parto, murió poco antes de cumplir los dos años. También podría ser el primogénito de Isabel y Fernando, el príncipe don Juan, único hijo varón, muerto en 1497 a los 18 años poco después de su boda, aunque por el tamaño del ataud parece poco probable.

53. Fonseca comunicó a Felipe II en 1565 las tres posibilidades que se barajaron: "La orden que en esto se podia tener es quanto al sitio que los cuerpos reales se passasen al cimborio de la yglesia porque en el ay gran comodidad para en todos los encasamientos y quadros, poner cajas, y urnas de cuerpos, y tienen magestad en la postura [...]; o poner los dichos cuerpos Reales en las capillas que ay dentro de la dicha capilla mayor que son siete con sus rejas, y adereços ricos que seria una cosa muy principal, y de gran magestad o dexarlos en la dicha capilla real en el lugar donde agora estan, y vaciar un arco grande de la dicha capilla que sale a la capilla de la iglesia mayor en frente del altar mayor que está ya hecho, y creo se hizo a este fin, y de qualquiera destas quatro maneras vienen los cuerpos reales a estar enfrente del altar mayor de la dicha iglesia y assi del Santissimo Sacramento". Esta carta da testimonio de la idea del Emperador de enterrarse en la Catedral ante su disgusto por la Capilla Real: "[...] la Magestad Cesarea del Emperador nuestro señor que esta en gloria el año de 1526 quando estubo en Granada y vio la dicha Capilla Real dixo [...] que mas parecia capilla de Mercader que de Reyes por la estrechura y obscuridad que tenía" y por ello "su Magestad cessarea trato de enterrase en la yglesia mayor y no en la capilla, como a su magestad Real y a todo el mundo esta notorio"; Parecer que dio el Doctor Fonseca al Sr Presidente de Granada para informar a su magestad sobre la union de la Capilla Real a la Iglesia Catedral de aquella ciudad, en Allegationes, l. II, ff. 163-165 (Arch. Catedr); cfr. ROSENTHAL, Catedral de Granada, doc. 130, 218. Según la descripción de CHUECA (Ars Hispaniae, s. XIV, 234; cit. por supr. en 27), se trata de unos nichos apaisados sobre los arcos que rodean el altar "pensados para sarcófagos de reyes y que sin este destino son algo incomprensibles". En la actualidad contienen unas pinturas de los doctores de la Iglesia Grecorromana (1635-1688) realizados por Atanasio Bocanegra. Siloe repitió la configuración de este altar-mausoleo circular en San Salvador de Úbeda: en el contrato de 1536, el arquitecto señalaba que en los nichos situados a ambos lados del altar de la capilla mayor de San Salvador podrían colocarse altares o sepulcros.

54. Puede consultarse a VALLADAR (Real Capilla, 50-60) en relación con los esfuerzos de la Capilla Real para evitar que los sepulcros fueran trasladados a la Catedral. El testamento de la reina Isabel pedía que sus tumbas fueran colocadas frente al Santísimo Sacramento de la Catedral, condición que cumple el crucero de la Capilla Real dada la orientación centrípeta del altar de Siloe. En cuanto a la separación de los Austrias de sus abuelos, BUSTAMANTE (Panteón, 162) apunta certeramente a la lesión a su cargo que hubiera supuesto un enterramiento común con sus padres y abuelos. Así, Felipe II tendría que hacer algo totalmente nuevo en España, sepultar a un emperador, por lo que tuvo que crear un edificio de nueva planta.

55. Acta del depósito del cadáver del Emperador Carlos V en Yuste (23 de septiembre de 1558, Arch. Gral. de Simancas, Patron. Real, leg. 29, fol. 12): "[...] ordena y manda [Carlos V] que su cuerpo este y se deposite en este dicho monasterio [Yuste] hasta quel Rey nuestro Señor su hijo [...] ordene donde a de ser su enterramiento; [...] también lo vieron y conocieron el qual dicho cuerpo fue metido en lo hueco del altar mayor de la dicha yglesia [...]" (cfr. ROSENTHAL, Catedral de Granada, 134, n. 36). Rosenthal no cree que Carlos se decidiera en contra de su enterramiento en Granada, sino que simplemente cedió la decisión a su hijo.

56. Esta suposición de VALLADAR (Real Capilla, 44) hecha en 1892, ha sido puesta en duda por ROSENTHAL (Catedral de Granada, 26, n. 51).

57. ROSENTHAL, Palacio de Carlos V, 28, 61 y 174-176: "La función de esta cámara interior sigue siendo un misterio. Aunque en los documentos aparece identificada como la capilla, no hay en ella característica alguna que indique que estaba destinada al culto o a fines funerarios".

58. CÁRDENAS: Carlos V, 149-150. Este Codicilo dictado por el Emperador Carlos en Yuste a su secretario, Martín Gaztelu, apenas dos semanas antes de su muerte, el 9 de septiembre de 1558, señalaba sus condiciones: : "[...] su majestad ha hecho y otorgado su testamento ante Francisco de Eraso [...] en seis días del mes de junio del año que pasó de 1554 [...] quedando el dicho testamento en todo lo demás, excepto en lo que en este codicilo será declarado [...] en una cláusula del dicho mi testamento, decía y declaraba que, do quier me hallase cuando Dios Nuestro Señor le pluguiera de me llevar de la presente vida, que mi cuerpo se sepultase en la ciudad de Granada [...] si yo muriese antes y primero que nos veamos el rey mi hijo y yo, mi cuerpo se deposite y esté en este dicho monasterio, donde querría y es mi voluntad que fuese mi enterramiento, y que trajese de Granada el cuerpo de la Emperatriz [...] tengo por bien de remitillo, como lo remito, al rey, mi hijo, para que él haga y ordene lo que sobre ello le pareciere, con tanto que, de cualquier manera que sea, el cuerpo de la emperatriz y el mío estén juntos [...] por cuya causa mandé que estuviese en el entretanto en depósito, y no de otra manera, en la dicha ciudad de Granada [...] Otrosí, ordeno y mando que, si yo muriere antes de verme con el rey, mi hijo, y si acordare y le pareciere que mi enterramiento y el de la emperatriz sea en este dicho monasterio, que en tal caso se haga una fundación por las ánimas de ambos y de mis difuntos, con los cargos y sacrificios que al rey y mis testamentarios, a quien lo remito, pareciere. Y, asimismo, yo ordeno y mando que, en caso que mi enterramiento haya de ser en este dicho monasterio, se haga mi sepultura en medio del altar mayor de la dicha iglesia y monasterio, en esta manera: que la mitad de mi cuerpo hasta los pechos, esté debajo del dicho altar; y la otra mitad de los pechos a la cabeza, esté fuera dél, de manera que cualquiera sacerdote que dijere misa, ponga los pies sobre mis pechos y cabeza. Item, ordeno y es mi voluntad que, si mi enterramiento hubiere de ser en este dicho monasterio, se haga en el altar mayor de la iglesia dél un retablo de alabastro y medio relieve, del tamaño que pareciere al rey y a mis testamentarios y conforme a las pinturas de una figura que es mía, que es del «Juicio Final», de Ticiano [...] Y, asimismo, se haga una custodia de alabastro o mármol, conforme a lo que fuere el dicho retablo, a la mano derecha del altar; que para subir en ella haya hasta cuatro gradas, para adonde esté el Santísimo Sacramento; y que, a los dos lados de ella, se ponga el busto de la emperatriz y el mío, que estemos de rodillas, con las cabezas descubiertas los pies descalzos, cubiertos los cuerpos con sendas sábanas del mismo relieve, con las manos juntas [...] Y que, en caso que mi enterramiento no haya de ser ni sea en este dicho monasterio, es mi voluntad que, en lugar de la dicha custodia y retablo, se haga un retablo de pincel [...]". El anterior testamento puede encontrase en FERNÁNDEZ ÁLVAREZ, Corpus, t. IV, pp. 66 y ss.

59. Luis Méndez de Quijada escribía ese día a Felipe II (id., 154): "Yo fui de distinto parecer, por no tener esta casa las calidades que se requieren para dos príncipes tan grandes, y que era mejor su majestad se dejase llevar a Granada, donde los Reyes Católicos habían señalado aquel lugar para tal efecto. A ésto me respondió algunas cosas que Vuestra Magestad entenderá a su tiempo [...] y se sepulte debajo del altar mayor desta Iglesia, la mitad del cuerpo debajo de él, y la otra que salga fuera".

60. "El dicho cuerpo fue metido en lo hueco del altar mayor de la dicha iglesia, que para este efecto se hizo [...] y luego se cerró lo que estaba abierto y roto del dicho altar, por los oficiales que para ello allí estaban, con los materiales que tenían" (id., 164-166). El padre Sigüenza, en la Historia de la Orden de San Jerónimo apuntaba que "para cumplir del modo posible este mandato, se derribó el altar mayor y se sacó hacia fuera, con objeto de depositar detrás de él el cadaver, pues debajo no podía estar por ser lugar exclusivo de los santos que la iglesia tiene canonizado".

61. PORREÑO, Dichos y hechos (1628), cap. VIII, 129 y cap. XIII, 186.

62. MARTÍN GÓMEZ, Casa perpetua, 118. El autor defiende la tesis de que la disposición de las dos capillas, la del Presbiterio y la del Panteón, son parte de un cuidado programa simbólico, en la que el sentimiento de verticalidad de la muerte tiene adecuada expresión en el eje tabernáculo-custodia-altar-entierro (id., fig. 19, 105).

63. KUBLER, La obra del Escorial, 155s. Estuvo a punto de variarse el emplazamiento de este segundo enterramiento, ya que tras la muerte de Felipe III, su sucesor tuvo problemas con un arroyo que estropeó los mármoles y bronces. Al saber lo que se tramaba, el vicario de San Lorenzo, Fray Nicolás de Madrid comunicó al rey un plan de soluciones, por lo que se le responsabilizó de la obra.

64. En 1765, Antonio PONZ, en su Viage de España (II.III, n. 68, 375), también daba el mismo nombre, pero otros autores fijan la autoría de su decoración en Juan Gómez de Mora entre 1617 y 1620, durante el reinado de Felipe III.

65. QUEVEDO, Historia (1849), 300.

66. Id., 301: "En honor a la verdad, este local, que no tiene luz no ventilación ninguna, es demasiado pobre, y hasta poco decente para que estén en él depositadas las cenizas de personas tan augustas [...] es la única cosa que en El Escorial no corresponde á la grandeza y magnificencia de lo demás".

67. XIMÉNEZ, Descripción (1764), III.I.VI, 222v y IV, 319s: "La [puerta] de la Bóveda está á mano derecha como salimos; y lo primero que se encuentra entrando por ella es una Pieza que tiene de largo treinta y seis pies, de ancho dieciséis, y de alto otros tantos; bien lucida, y aliñada. A lo último de ésta hay un hueco de ocho pies de travesía, en que se forma un Caracol de piedra Berroqueña, bien labrada; que ofrece subida á otra Bóveda de la misma longitud, y desahogo que la de abaxo: y ésta es la que sirve de segundo Panteón á los que no se ponen en el principal. Por toda su distancia y capacidad, hay tres órdenes de Nichos para los Ataudes".

68. "El extremo opuesto a la puerta y los dos lados de esta habitación (sin ventana) que no tiene otra salida que la puerta por donde se entra están dispuestos precisamente como biblioteca, pero mientras los anaqueles de una biblioteca están preparados en proporción a los libros a ella destinados, éstos lo están en los ataúdes que son colocados uno tras otro, la cabeza contra la pared, los pies al borde de los anaqueles que llevan la inscripción de la persona que está dentro. Estos anaqueles se hallas revestidos unos de terciopelo, otros de brocados [...]" (Viaje al Monasterio de 1721; cfr. MARTÍN GÓMEZ, Casa perpetua, 120).

69. Sin embargo se hizo con accesos girados que desorientan a los visitantes e incluso a cronistas como al Padre SANTOS (Descripción, 171: "para el Altar y el Retablo que están al Oriente"). Para el probable seguimiento de la orientación canónica de la capilla en el proyecto original no he encontrado más pistas que la alineación regular de los ataúdes en el manuscrito de Juan de San Jerónimo, junto al epígrafe la Carta de Fundación que dice que los responsos se realizarían en el coro de debajo de las gradas enfrente del "Sancto Sacramento", junto con la comprensión del concepto de simetría renacentista, que en El Escorial se compagina con la clásica manera hispano-musulmana de entrar tangencialmente a los espacios, según supo ver Chueca, frente a los ejes escenógraficos barrocos, que no comprenden otro acceso que el del eje principal. Dada la disposición «desorientada» de los accesos al Panteón escurialense y la falta de un muro en la parte oriental donde situar algún tipo de retablo, nos atrevemos a sugerir que tal vez el altar de la primitiva Capilla enterrada estuviera situado en el centro, como en el caso de la Catedral de Granada y el Santo Sepulcro de Jerusalén.

70. Frente a las opiniones que sitúan un simbólico Sancta Sanctorum escurialense en el Presbiterio, debemos recordar las palabras del Rey Salomón durante la apertura del Arca de la Alianza en su Templo: "Yahvé, has dicho que habitarías en la oscuridad. Yo he edificado una casa para que sea tu morada, el lugar de tu habitación para siempre" (I Re 8:12-13). Para un estudio más extenso sobre el tema, consultar mi artículo sobre los paralelismos entre el Templo de Jerusalén y El Escorial: «Felipe II y el judaísmo», en Raices, nº 25, Madrid (invierno 95-96), 40-46.

71. El texto del dibujo, a tinta y regla, dice textualmente (f. 410): "La órden y traza que el Rey nuestro Señor dió para que se pusiesen los cuerpos Reales en la bóveda debajo del altar mayor, la cual se guardó y guardará para siempre. / En 3, 4 y 5 de noviembre de 1586 años se metieron los ataudes de los cuerpos Reales en la bóveda de la iglesia principal debajo del altar mayor, como aquí estan trazados siguiendo los números. (Aquí siguen los nichos trazados con pluma con sus numeros corespondienies en este órden.)"

72. "D.O.M. / CAROLO. V. ROMAN. IMPER. AVGVSTO. HOR. / REGNORUM VTR. SCIL. ET HIERVSALEM REGI / ARCHIDVCI. AVSTR. OPTIMO / PARENTI PHILIPPVS. / FILIVS. P. // IACENT SIMUL ELISABETHA VXOR ET MARIA / FILIA IMPERATRICES, ELEONORA ET MARIA / SORORES, ILLA FRANC. HÆC VNGARIÆ / REGINÆ" y "D.O.M. / PHHILIPPVS II. OMNIVM HISPA. REGNOR. / VTRIVSQVE SICILIÆ ET HIERVS. REX CATHOL. / ARCHIDVX. AVSTR. IN HAC SACRA ÆDE QVAM / A FVNDAM. EXTRVXIT SIBI. V. P. // QVIESCVNT SIMVL ANNA, ELISABETHA, ET / MARIA, VXORES CVM CAROLO PRINC. FILIO / PRIMOGEN". SIGÜENZA, Descripción (1605), II.XIV, 488s. "[...] Mando y ordeno que cuando nuestro Señor fuere seruido de lleuarme desta presente Vida [...] hize fundar y dotar para poner en el los cuerpos del Emperador Don Carlos mi señor y padre y dela Emperatriz Doña Isabel mi señora y madre como al presente lo estan- y en su compañia los cuerpos de las reinas de Francia y Hungria mis tias y de la Prinçesa Doña Maria mi muy chara y muy amada muger- y de la Reina Doña Isabel mi muy chara y muy amada muger- y de la Reina Doña Ana mi muy chara y muy amada postrera muger- y los del Príncipe Don Carlos- del Príncipe Don Fernando- del Príncipe Don Diego y del Infante Don Carlos Lorenço y Infanta Doña Maria mis muy charos y muy amados hijos- y de los Infantes Don Fernando y Don Juan mis hermanos- y también el del Archiduque Vençeslao mi sobrino y el Sr. Don Juan mi hermano donde también se han de yr poniendo los demas cuerpos Reales de mis suçessores que quissieren sepultar se alli [...] conforme a las traças que estan hechas al proposito [...]".

73. SAN JERÓNIMO, Memorias, 105s: "Los ataudes de los cuerpos Reales se pornán en la bóveda que está debajo del altar mayor, donde se entra por los dichos altares collaterales, juntamente con los de la Reina Doña Isabel y Príncipe Don Cárlos [...] con los rostros vueltos al altar mayor [...] En medio de la dicha bóveda á la parte de la epístola el del Emperador, y á la del evangelio el de la Emperatriz, de manera que ambos estén en medio del lugar que responde al altar mayor [...] Los ataudes de los Infantes D. Fernando y D. Juan se pongan á los pies del Emperador [...] El de la Reina Doña Leonor estará á la parte del Emperador en lo último de la bóveda [...] A la mano izquierda de la Emperatriz luego consecutivamente el de la Reina Doña Isabel, y trás ella el de la Princesa Doña María, y luego el del Príncipe Don Cárlos. Y a esta parte en lo último de la bóveda junto á la entrada del altar de los Reyes el de la Reina de Hungría [...]".

74. ALMELA, Descripción (1594), 32: "Aunque están de prestado [los simulacros de los cuerpos de los reyes], porque están mandados hacer de bronce dorado como dicho queda, no obstante por debajo de toda esta real capilla hay, de bóveda hecho, un repositorio de los cuerpos difuntos de los reyes y príncipes dichos, y de otros que allí su majestad ha trasladado; los de los niños en ataúdes forrados de telas de plata, y los cuerpos mayores en ataúdes forrados de terciopelo carmesí, puestos en este bajo como sepultura o carnero, por el orden que están los simulacros arriba guardando el orden de la mano derecha e izquierda".

75. SIGÜENZA, Descripción (1605), II.XIV, 488s: "Si alguno de los descendientes de Carlos V sobrepujare las glorias de sus hazañas, ocupe este lugar primero; los demás absténganse con reverencia" (delante, izquierda). / "La providencia y cuidado de los descendientes deja este lugar vacío a los hijos y los nietos, después que, vividos muchos años, paguen la deuda natural de la muerte" (detrás, izquierda). / "Este lugar que aquí queda vacío lo guardó quien lo dejó de su grado, para el que de sus descendientes fuere mejor en virtud; de otra suerte ninguno lo ocupe" (delante, derecha). / "Este lugar queda aquí destinado, con particular y pensado cuidado de los hijos, para que sea con sus claras memorias ilustrado cuando, después de largo espacio de vida, murieren (detrás, derecha)".